El mercado volvió a ponerse a prueba en la jornada del viernes tras los atentados perpetrados en Barcelona al testar el impacto que puede tener sobre el principal nutriente del PIB español: el turismo. El Ibex 35 se dejó apenas un 0,56 por ciento y continuó de esta forma poniendo en evidencia el escaso impacto que el terrorismo ejerce en el conjunto de valores cotizados. De hecho, ni siquiera el cierre en rojo de la última jornada de la semana impidió que el selectivo cerrase con un aumento acumulado del 1 por ciento desde el lunes. Sin embargo, el miedo sí se trasladó a aquellos valores más dependientes del turismo, haciéndoles perder a los grandes del sector hasta un 2,4 por ciento de media en el día posterior al atentando en la ciudad Condal.
Entre las razones que más han contribuido al auge del turismo en España se encontraba la nula actividad terrorista que ha existido en nuestro país en contraposición con la acaecida en los países de nuestro entorno. Sin embargo, con el primer ataque en ocho años, muchos turistas extranjeros podrían plantearse escoger otro destino para sus vacaciones. Este miedo no tardó en trasladarse a las grandes compañías cotizadas del sector.
Entre los valores del Ibex que más cayeron el viernes, estuvieron Meliá, IAG y Aena. Todos ellos cedieron más de un 2 por ciento desde que su cotización comenzase a resentirse a partir de la recta final de la sesión del jueves. A estas compañías se sumó NH Hoteles, que cotiza en el Mercado Continuo y fue la más castigada de todas, llegando a descender un 3,8 por ciento, su peor día desde el pasado 23 de junio cuando su cotización retrocedió un 4,3 por ciento.
La hotelera, que cuenta con 25 hoteles en Barcelona, llevaba desde el lunes experimentando un alza superior al 2 por ciento, cuando comenzó a caer una vez que la noticia saltó a los medios, pasadas las cinco de la tarde.
En lo que respecta al Ibex, el valor turístico que más posiciones cedió fue otra hotelera, Meliá. La compañía fundada por Gabriel Escarrer bajó un 1,97 por ciento el viernes, aunque no es un dato determinante en medio de la alta volatilidad que presentan sus acciones. Basta retroceder apenas una semana para encontrar una jornada más caliente para la cadena, cuando en solo dos días acumuló un descenso superior al 4 por ciento, afectada por la depreciación del dólar, que supone la mitad de sus ingresos.
Otra de las compañías del selectivo que más se resintió fue IAG. Desde el inicio de la semana, el conglomerado aéreo entre Iberia y British Airways se anotó una revalorización del 3 por ciento. Sin embargo, apenas unos minutos antes del cierre del mercado del jueves, su cotización dio un giro de 180 grados y el precio de sus títulos empezó a bajar hasta acumular un descenso del 2,21 por ciento durante el viernes, el peor dato desde finales de junio. En total, la aerolínea vio esfumarse casi 300 millones de euros de su valor bursátil.
Por último, el mercado también viró hacia Aena para trasladar al precio de su acción el lastre que puede significar el terrorismo en el movimiento de turistas hacia nuestro país. Si todo el conflicto laboral que se está desarrollando en el aeropuerto del Prat apenas ha movido el precio de sus títulos, bastaron 15 minutos de la tarde del jueves para que el gestor aeroportuario perdiese 125 millones de euros, todo lo que llevaba ganando en esa jornada. Ayer, la cotización de la compañía continuó la senda bajista y volvió a retroceder un 2 por ciento, haciendo desaparecer otros 300 millones de su valor bursátil.