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El dividendo de Shell es el más rentable de 2017

No es la primera ni la última vez que se ha contado la merma que ha supuesto la caída del precio del petróleo para los beneficios de las compañías del sector. Un recorte que ha tenido otros daños colaterales, como el incremento de la deuda o la suspensión del dividendo. Por este motivo, no deja de resultar paradójico que sea una petrolera la que lidere la rentabilidad por dividendo de la cartera de elMonitor (también es uno de los cinco pagos más rentables de Europa). Según recogen las previsiones del consenso de mercado que recoge FactSet, las retribuciones del grupo ofrecerán un interés este año superior al 7%.

A este respecto, se espera que la petrolera reparta en cuatro entregas 1,76 euros por acción, es decir, un 2,2% más que lo pagado en 2016. Quizás una de las pegas que ha tenido el dividendo de Shell es que su beneficio no ha sido suficiente para pagar estas cuantías, ya que su payout (parte de las ganancias destinada al dividendo) ha superado desde 2015 el cien por cien. Esta no es la situación más deseable, ya que si la empresa no recorta el dividendo, como es el caso de Shell, debe tirar de reservas de libre disposición o endeudarse más para pagar a sus accionistas. De hecho, ni siquiera en su peor año, 2015, cuando ganó 1.900 millones de dólares, recortó la retribución al inversor. No obstante, si bien se espera que este año Shell también supere un payout del cien por cien, a partir del próximo ejercicio la situación comenzaría a normalizarse, ya que para 2018 se prevé una ratio del 84%, mientras que para 2019 ya bajaría hasta el 70%.

Desde que el precio del petróleo marcó mínimos en enero del pasado año por debajo de los 28 dólares por barril, la compañía ha subido en bolsa casi un 50%.

Buscando soluciones

Con una deuda estimada superior a los 50.000 millones de euros (llegó a sobrepasar los 60.000 millones) la petrolera anglo holandesa está buscando soluciones. Así lo demuestra la venta que anunció a principios de marzo por la que se deshará prácticamente de todo su negocio de arenas bituminosas (petrolíferas) en Canadá por unos 6.800 millones de euros, que irán destinados a reducir su deuda (tiene un objetivo de desinversiones de 30.000 millones de dólares para 2018).

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