
El rally de la renta fija ha provocado que muchos de estos fondos hayan alcanzado sus objetivos de rentabilidad antes de tiempo. Es mejor vender que mantener.
Corría el año 2013 cuando las gestoras ideaban una fórmula alternativa a los garantizados para retener el ahorro más conservador, un tipo de ahorro que en España concentra el 41 por ciento de todo el dinero gestionado en fondos. Lo llamaron fondo con rentabilidad objetivo y a diferencia de los garantizados, que sí aseguran el 100 por ciento del capital invertido, estos productos prometían una rentabilidad no garantizada a un plazo de vencimiento que no ha hecho otra cosa que ir en aumento. La fórmula no era ni mucho menos novedosa -las gestoras extranjeras ya la utilizaban desde hace años-, pero funcionó. De hecho, de 2012 a 2013, el patrimonio de las IIC pasivas, donde se incluyen los fondos con objetivo de rentabilidad, pasó de los 3.000 a 16.000 millones de euros, un 433 por ciento más.
Este éxito tan repentino obligó a la CNMV a lanzar su primera advertencia sobre estos productos al obligar a las gestoras a que pusieran en mayúscula en sus folletos que esas rentabilidades objetivos no estaban garantizadas. La segunda ha llegado hace tan solo un par de semanas cuando publicó una guía técnica en la que establecía que este tipo de productos, así como los garantizados, deberían informar de los riesgos que incurren los inversores cuando rescatan antes de vencimiento ante el alargamiento de los plazos de estos productos o de las diferencias que pueden encontrarse en el valor de su fondo entre la fecha en la que compran participaciones y la fecha en la que el fondo empieza a valorarse. Pero, además, la CNMV ha pedido a las gestoras que avisen en los informes trimestrales a sus partícipes sobre si su fondo ha alcanzado ya rentabilidad objetivo, para que el partícipe tenga más información sobre si le merece o no la pena seguir invirtiendo en ese producto.
El problema es que sirve de poco tener esa información a pasado, ya que teniendo en cuenta la gran volatilidad que hay en el mercado, el valor liquidativo del fondo puede variar mucho entre el tiempo en el que se hace el informe y el tiempo en que lo recibe el partícipe. Para evitar este jet lag, desde Inversión a Fondo se ha analizado si de forma general -se han estudiado los 50 mayores fondos por patrimonio- los fondos de rentabilidad objetivo que se venden en nuestro país han alcanzado ya o no su objetivo de rentabilidad. Y la conclusión es clara: ya ha llegado el momento de deshacer posiciones, al menos si el fondo en cuestión es de renta fija.
De hecho, y con datos a 14 de febrero, el 54% de los 50 fondos analizados ofrece ya TAEs desde su lanzamiento muy superiores a las que prometen esos fondos en sus folletos. Por ejemplo, Caixabank Rentas Octubre 2018 Estándar, el cuarto fondo de este tipo más grande por patrimonio ha dado, según Morningstar, una TAE desde su lanzamiento del 3,12%, muy por encima del 2,50% que buscaban. El caso de Caixabank Rentas Julio 2019 es incluso más llamativo. En su folleto se marca como objetivo conseguir una TAE de hasta el 2,10% para su clase más institucional y a día de hoy, más de dos años antes de alcanzar vencimiento, ya ha conseguido desde que se lanzó una TAE del 3,90%, casi el doble. Hay muchos más ejemplos, como el de DWS Renta Plus 2019 FI, fondo que ya gana cerca de un 6% anual, más del doble de lo que marca su objetivo o el de Bankia Objetivo 2019, que ya consigue una TAE del 4%.
Por qué sería raro que dieran más
La causa que justifica que sean muchos los fondos que han superado ampliamente sus expectativas de rentabilidad es la misma que ahora puede justificar que los partícipes empiecen a recoger beneficios en estos productos: el rally que ha protagonizado el mercado de renta fija en los últimos años. Sin embargo, teniendo en cuenta que el actual contexto de mercado apunta a un suelo ya en las tasas de inflación y también de las políticas expansivas de los bancos centrales, lo previsible es que las caídas de precios que ya han empezado en los mercados de renta fija -los fondos de bonos de gobierno ya pierden este año un 4 por ciento- se mantengan en el tiempo, lo que reducirá la rentabilidad que hoy dan ya los fondos de rentabilidad objetivo, al menos de renta fija. "A medida que los tipos de los bonos han ido cayendo, los fondos de rentabilidad objetivo han dejado de tener sentido y desde Ibercaja hemos informado a la red comercial cada vez que han alcanzado su objetivo de rentabilidad", afirma Raquel Blázquez, gestora de Ibercaja. "No se lo recomendaría ni a mi madre", apunta Luis Martín Jadraque, de Deutsche Bank.
En este contexto, todo partícipe de un fondo de rentabilidad objetivo -en España hay más de medio millón, según Morningstar- debe hacer tres cosas. La primera, mirar en el folleto la rentabilidad que se marcaba su fondo como objetivo. La segunda, preguntar a su banco o asesor qué rentabilidad le está dando ese producto a precio de mercado y la tercera, analizar lo que le costaría venderlo o traspasarlo antes de tiempo. "Es muy importante que se mire la comisión de salida, ya que eso puede limitar mucho la rentabilidad del mercado y si no siempre se puede esperar a rescatar en una ventana de liquidez", apunta Antonio Salido, de Fidelity.