Con el presidente Donald Trump ya al frente de la primera economía del mundo, los expertos señalan ya cuáles serán sus principales retos en materia económica. Beth Ann Bovino, economista jefe de S&P Global explica a elEconomista.es que una de las principales prioridades del presidente debe buscar fin a la profunda división que sufre el país. "Tenemos una nación dividida. Aunar a la población no sólo aumentará la confianza y la moral de los ciudadanos sino que también ayudará a la mejora de la productividad para fortalecer la economía", señala.
A pie de parqué, los operadores de la Bolsa de Nueva York recibían con vítores al nuevo inquilino de la Casa Blanca, en un momento en que el rally bursátil fruto del resultado electoral parece perder algo de fuerza. Aún así, desde Goldman Sachs, David Kostin, estratega jefe para Estados Unidos, asegura que el S&P 500 escalará hasta los 2.400 puntos en el primer trimestre en el que nos encontramos, para perder fuelle posteriormente y cerrar 2017 en los 2.300. En J.P. Morgan, su director de análisis, Nicholas Rosato, es más optimista y considera que el principal indicador de renta variable americana cerrará el año en los 2.400. Otros como Deutsche Bank optan por un punto medio, con un objetivo de 2.350 puntos.
"La expansión económica actual cumple ya 90 meses de vida, más del doble que cualquier otras desde 1900", explica a este periódico Sam Stovall, estratega jefe de CFRA. "Nos encontramos en el segundo mercado alcista más caro desde la II Guerra Mundial y este espíritu no suele morir de viejo sino por el miedo", matiza.
En este sentido sale a relucir la palabra "recesión" y el hecho de que los 10 presidentes republicanos que han tomado las riendas del país desde la administración de Teddy Roosevelt, han enfrentado una recesión durante sus primeros cuatro años en la Casa Blanca. Sin embargo, Stovall cree que el PIB estadounidense despedirá 2017 creciendo un 2,5% para entonces los tipos de interés alcanzarán el 1,13% y el S&P 500 rondará los 2.335 puntos.
Dicho esto, Wall Street muestra los primeros síntomas de desconcierto ante la incertidumbre que hasta ahora reina sobre los planes económicos del nuevo presidente. Dudas que según las previsiones que barajan los expertos en las mesas de inversión del sector financiero deberían ser pasajeras. Al menos si atendemos a las previsiones sobre el impacto que las principales propuestas de Trump tendrán en la economía y por ende en los mercados.
Rebaja del impuesto de sociedades y repatriación de beneficios
"La reforma del impuesto de sociedades favorecerá el crecimiento", reconoce Joseph LaVorgna, economista jefe de EEUU de Deutsche Bank en Nueva York, quien considera que la agenda de Trump propiciará una "robusta recuperación de los beneficios". El banco alemán observa que la economía puede llegar a despuntar por encima de un 3% en la recta final de este año. Más optimistas son aún los estrategas del Citi Wealth Management, que consideran que las rebajas fiscales de la próxima administración pueden llevar al Dow Jones a tocar los 21.000 puntos y al S&P 500 hasta los 2.425 puntos en el último trimestre de 2017 a medida que materializan los recortes, que deben recibir el visto bueno del Capitolio. De llegar a buen puerto, el crecimiento de los beneficio de las compañías estadounidenses puede superar el 9% en el conjunto del año.
Reserva Federal y la posible Trumpflación
Las últimas proyecciones de la Fed hacen pensar que el Comité Federal de Mercados Abiertos subirá tipos hasta en tres ocasiones este año. "A medida que la inflación se acelera, la política monetaria tendrá que responder", indica Joe Little, estratega jefe global de HSBC, quien advierte que Janet Yellen y el resto de miembros del FOMC mantendrán un ascenso muy gradual, ya que la Fed "sigue siendo muy sensible a las condiciones financieras externas. Matt Toms, director de inversiones de Voya Investments, añade que el banco central "mantendrán un ritmo cauto en la normalización monetaria". "Aunque el tono parezca más agresivo, con tres subidas este año, históricamente sigue siendo bastante acomodaticio", manifiesta. Desde BlackRock, el equipo liderado por Richard Turnill, estratega jefe global, considera que las reducciones de impuestos y el gasto en infraestructura impulsarán el crecimiento y la inflación pero también ampliarán el déficit fiscal. "Esto debería dar lugar a mayores rendimientos en el bono americano a largo plazo, aunque vemos este ascenso limitado por factores estructurales", advierten.
Dólar
El índice dólar ha llegado a tocar máximos de los últimos 14 años desde el resultado de las elecciones presidenciales en EEUU. Marc Chandler, estratega jefe de divisas del banco Brown Brothers Harriman, quien considera que este indicado puede tocar los 120, explica a elEconomista que su visión optimista llega gracias a la importante divergencia monetaria y financiera. "Con la experiencia de la era Reagan-Volcker creemos que la nueva fórmula de políticas económicas, con una política fiscal más acomodaticia y una política monetaria más restrictiva es la mejor receta para el dólar", incide. Dicho esto, una apreciación demasiado rápida del dólar a nivel comercial hará "que la Fed frene sus subidas, sobre todo si una mayor demanda mundial no acaba por materializarse".
Comercio
Desde Bank of America Merrill Lynch, su economista, Michelle Meyer, advierte que seguramente "Trump declarará a China como un manipulador de su divisa". Un hecho que daría comienzo a una serie de conversaciones bilaterales entre ambos países. "Si quiere ir más allá puede imponer tarifas de emergencia e instigar la renegociación de tratados comerciales como el NAFTA, esto dañará la confianza", explica. La imposición de aranceles aumentaría el coste de bienes y servicios tanto para empresa como consumidores. "Esto reducirá los beneficio, generará inflación y mermará el crecimiento", aclara Meyer. Richard Koo, economista del Nomura Research Insitute, avisa que las últimas declaraciones de Trump, sobre todo con las automovilísticas, acabarán presionado a la nueva administración a imponer aranceles a todos los productos procedente de China, México u otros países como Japón. "Esto implicará que estos países responderán poniendo en peligro el marco de la Organización Mundial de Comercio", dice aludiendo al escenario vivido en los años 30, con la imposición de tarifas a través de la Ley de Tarifas espolvorizada por los senadores Reed Smoot y Willis Hawley.
Desregulación
El repunte que ha vivido el sector financiero y energético desde que se conociese el resultado electoral ha estado impulsado en cierta forma por las promesas por flexibilizar ambos mercados. "La aprobación de proyectos estancados en materia de exploración y excavación beneficiarán al sector energético", señala Paul Christopher, estratega global del Wells Fargo Investment Institute. Además, la victoria republicana en el Capitolio y la elección de Trump de Andrew Puzder como secretario de Trabajo, "descarrilarán cualquier posibilidad de incrementar el salario mínimo federal, algo que beneficiará a varias industrias, incluidas las minoristas", añade mientras repite que "una menor regulación, especialmente en el sector financiero y energético apoyará el crecimiento económico". La banca podría beneficiarse enormemente si Trump y el Congreso deshacen la regla de Volcker.