
La rentabilidad del inversor más conservador es ya del 0% pero asumiendo solo un poco de riesgo se puede arañar ese extra de rentabilidad que aunque sea bajo ayudará a cubrir el aumento de una inflación que no hará otra cosa que subir en 2017.
Adiós a 2016, adiós al año en el que todo salió del revés (Brexit, Trump ganando las elecciones, referéndum en Italia?) y adiós al año en el que la volatilidad extrema del mercado influyó tanto en el inversor que provocó la resurrección de los productos garantizados en detrimento de los exitosos fondos perfilados que tantos escaparates habían llenado solo un año antes. Este cierre del año deja el 47 por ciento del patrimonio de los fondos de inversión concentrado en productos de bajo riesgo y, por tanto, también de baja e incluso nula rentabilidad. Deja también a un fondo garantizado como es Caixabank Rentas Euribor como el fondo más vendido del año. Y deja también a los depósitos, esos que ahora dan el 0,15 por ciento de rentabilidad a doce meses, con crecimientos patrimoniales positivos (hasta junio han crecido un 1 por ciento, según Inverco) por primera vez desde 2012.
Y todo ello a pesar de que no hay firma de inversión o gestora de fondos que se precie que no coincida en dos cosas. La primera, que en la renta fija más conservadora no hay ya nada que sacar, y la segunda, que quien quiera rentabilidad más allá del 0% que da ahorra el ahorro más conservador, debe invertir en renta variable. Esa es la teoría pero la práctica es que no todos los inversores están dispuestos a asumir riesgo aunque ese riesgo implique que puedan tener una mayor rentabilidad. El problema es que muchos de ellos no saben que en 2017 son las inversiones que históricamente han sido menos arriesgadas, como las de renta fija, las que pueden dar los mayores sustos ya que puede que inversor de bolsa esté dispuesto a perder un 10 por ciento de sus ahorros pero los inversores de renta fija no están aún preparados para ello. Desde Inversión a Fondo hemos querido preguntar a los expertos las opciones que tienen esos inversores que ante los riesgos de mercado optaron por alguno de estos tres caminos: mantener o aumentar sus ahorros en depósitos, contratar fondos de renta fija alentados por el respaldo que da a estos activos el Banco Central Europeo -su quantitative easing contempla la compra de deuda pública europea- o volver a incluir en sus carteras fondos garantizados pese a sus plazos de permanencia cada vez más largos y sus rentabilidades cada vez más cortas.
Si quien hoy lee este artículo es uno de esos tres tipos de inversores, la primera pregunta que debe hacerse es ¿cuál es su perfil de riesgo? o, lo que es lo mismo ¿cuánto porcentaje de lo que invierta está dispuesto a perder? Si la respuesta es 0, las únicas opciones seguirán siendo los depósitos o los fondos garantizados, aunque con muchos peros. Sí, con ambos productos se obtendrá a vencimiento el 100 por cien del capital invertido, pero el extra de rentabilidad será del 0,15 por ciento o menos en el caso de los depósitos e inferior al 1 por ciento en el caso de los productos garantizados, que además exigen permanencias de hasta ocho años. En ambos casos y en un contexto en el que se prevén inflaciones al alza, -la expectativa del BCE para 2017 es que el IPC en la zona euro se sitúe en niveles del 1,7 por ciento- esas rentabilidades nominales suponen una pérdida de dinero en términos reales ya que no cubrirán la inflación. Eso sin mencionar que lo previsible es que los rendimientos de ambos productos tiendan a la baja a medida que se vayan renovando si se mantienen, como es previsible, los bajos tipos de interés en la zona euro.
Aun así, no son pocos los expertos que coinciden en que es mejor aceptar eso a obligar al inversor a que cambie su perfil de riesgo si no está preparado para ello. "Da igual el tipo de inversor que uno sea ya que uno debe mantenerse fiel a su estrategia de inversión y a su perfil de riesgo", afirma Fernando Luque, editor de Morningstar en España. "Nosotros somos controladores de riesgo. Prefiero tener a un cliente en liquidez que en un activo que puede perder dinero. En general se está intentando cambiando el perfil de riesgo de un cliente, pero nosotros no lo hacemos", apunta Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum. De hecho, desde esta sociedad de valores incluso recomiendan mantener el 60 por ciento de la cartera en activos de tesorería y efectivo para sus clientes más conservadores.
Asumiendo riesgo, aunque sea poco
Sin embargo, hay también otros inversores que a la pregunta ¿cuánto dinero está dispuesto a perder con sus inversiones? sí responde con una cifra. En estos casos entra otra pregunta en juego: ¿cuál es el horizonte temporal de su inversión? La recomendación general de las gestoras es que ese horizonte no debe ser nunca inferior a los cinco años pero según el estudio Global Investor Study 2016 de Schroders la realidad es que son pocos los inversores que están dispuestos a esperar tanto tiempo antes de ver resultados positivos en sus inversiones. En concreto, los inversores europeos mantienen sus inversiones una media de 3,3 años y los españoles son incluso más cortoplacistas ya que el tiempo medio que están dispuestos a mantener una inversión es de tan solo 2,2 años, 1,8 años en el caso de que esos inversores sean de la generación bautizada como Millenials, es decir, con edades comprendidas entre los 20 y los 35 años. Estos horizontes tan cortoplacistas dificultan que alguno de esos inversores, sobre todo los más conservadores, se atrevan a cambiar sus seguros y pocos rentables depósitos por la inversión en bolsa, a pesar de que es el único activo que hoy presenta un extra de rentabilidad más allá del 0 por ciento que dan los tipos de interés.
Aun así, existen diferentes opciones para que los inversores vayan asumiendo poco a poco algo de riesgo en sus carteras. Rose Marié Boudeguer, directora del servicios de estudios de Banca March, recomienda a la hora de elegir un fondo "fijarse no solo en la rentabilidad sino también, y quizá más importante, en la volatilidad histórica del fondo". Es decir, en lo que históricamente el fondo ha perdido como máximo anualmente. "Un inversor muy conservador podría decantarse por fondos de renta fija a euros a corto plazo que incluya bonos soberanos más crédito de alta clasificación crediticia y con una volatilidad inferior al 1,5 por ciento", apunta esta experta. Según los datos de Morningstar dentro de la categoría de renta fija diversificada en euros a corto plazo, el fondo Renta 4 Renta Fija Corto Plazo, sería una de las opciones más atractivas, con una volatilidad del 1,90 por ciento y una rentabilidad del 3,45 por ciento este año y del 2,43 por ciento anualizada en los últimos tres años.
Otra opción para esos inversores muy conservadores sería la de sustituir el depósito por un fondo monetario, el equivalente en fondos a los depósitos, aunque aquí sería muy importante seleccionar uno que tuviera una muy baja comisión ya que ésta puede ser la diferencia entre tener una rentabilidad positiva o negativa, como acumula ahora el 75 por ciento de los fondos monetarios en 2016. "Una recomendación sería seleccionar un monetarios en euros de muy baja comisión de gestión que además se beneficie en caso de que suban los tipos de interés del mercado como por ejemplo Deutsche Floating Rates Notes o tener un fondo de renta fija de corto plazo flexible como Carmignac Securité", apunta Luna. Este experto incluso recomienda tener una parte del dinero invertido en algún fondo garantizado o en los llamados buy and hold -productos que invierten a bonos a vencimiento-, "pero siempre y cuando sea para un dinero que no se vaya a necesitar a corto y medio plazo y asumiendo el horizonte temporal que exige cada producto".
La flexibilidad gana importancia a la hora de seleccionar
Subiendo un escalón en la escala de riesgo, el inversor puede encontrarse con una gran lista de fondos de renta fija flexible, para los más conservadores, o mixtos, para aquellos que sí están dispuestos a asumir parte de la volatilidad que exige cualquier inversión en renta variable que se precie. "La recomendación que haríamos sería la de ir asumiendo riesgo poco a poco a poco. Durante el primer año se podría ir incluyendo fondos de duraciones cortas, menos expuestos a subidas de tipos de interés, o de gestión flexible", recomienda Ignacio Rambaud, de Fidelity Iberia, para "luego ir virando hacia mixtos muy conservadores y siempre con enfoque global".
Dentro del grupo de renta fija flexible, José María Luna recomienda productos como Pimco Income, Renta 4 Valor Relativo o Janus Global Unconstrained Bonds, gestionado este último por el otrora rey de los bonos Bill Gross. Sin embargo, atendiendo a criterios de rentabilidad y sobre todo de volatilidad, los fondos Fidelity Funds - Global Strategic Bond A, Lombard Odier Funds - Global BBB-BB Fundamental (EUR) R o Amundi Funds Bond Global Total Return AE-C Class han rentado más del 6 por ciento anual en los últimos tres años con volatilidades inferiores al 7 por ciento, según Morningstar. En cuanto a los fondos mixtos más moderados los más rentables en los últimos años han sido Aviva Fonvalor Euro e Intervalor Bolsa Mixto, que han logrado rentabilidades anualizadas del 9 por ciento aunque para ello ha habido que asumir volatilidades también del 9 por ciento. De entre los que cuentan con volatilidades inferiores al 5 por ciento, el más rentable de los últimos tres años ha sido Fon Fineco Best FI, con una rentabilidad anualizada del 3 por ciento.
En la lista de opciones que tienen los más conservadores que quieran modificar su perfil de riesgo no pueden faltar tampoco los productos llamados de retorno absoluto, una de las grandes apuestas de este año que hoy termina. De hecho, estos productos, que buscan ganar dinero pase lo que pase en el mercado, habían captado al cierre del mes de noviembre -últimos datos disponibles- 676 millones de euros en suscripciones netas y el medio millón de partícipes, lo que supone un aumento del 16 por ciento con respecto a 2015. Sin embargo, no es fácil discernir cuál es el producto dentro de esta categoría que puede adecuarse mejor a una cartera ya que las estrategias que siguen difieren mucho entre sí. La figura del asesor financiero es más importante que nunca para una correcta selección.