
Resulta sorprendente cómo hace sólo unos meses nadie hablaba de inflación y ahora, sin embargo, no se hace otra cosa. Durante el congreso anual organizado por Citi en Londres, Jonathan Stubbs, el máximo responsable de renta variable europea de Citi, reconoce ser de aquellos que apuestan por rotar carteras en un mundo que prevé una subida del precio dinero, tanto en EEUU como en Europa, pero en el que la realidad, aún, es de un contexto de tipos cero.
- A usted está claro que le gustan los bancos europeos
Los bancos han protagonizado la peor evolución en bolsa de los últimos diez años, pero es una historia que ha cambiado relativamente rápido en los últimos tres meses. A nivel sectorial se debería empezar a pensar qué ha cambiado, por qué se ha empezado a hablar de la inflación, ya que ha pasado a ser un riesgo a la hora de analizar la localización de activos. Estamos viendo una subida del precio de las materias primas y una tendencia hacia la relajación de las políticas fiscales de muchos países. Y esto es algo que también se ha visto en las propias elecciones americanas en donde Clinton y Trump no estaban de acuerdo en nada, excepto en aumentar el gasto público.
- ¿EEUU presionará a Europa para iniciar antes el tapering que ustedes prevén para abril de este año?
Si asumimos que es una historia de un dólar más fuerte, desde nuestra perspectiva un euro débil ayuda. El BCE es más proclive ahora a bajar el presupuesto del QE, hasta los 60.000 millones de euros al mes.
- Dadas sus bajas valoraciones, ¿es el momento de comprar bancos?
Contamos con las expectativas de inflación más altas de los últimos cinco años que, de seguir así, hará que el crecimiento de las entidades financieras sea importante. La mayoría de los bancos europeos se enfrentan a ciertos riesgos, algo que les hace estar baratos por valoración, aunque menos que hace tiempo.
El PER [número de veces que la acción recoge en precio el beneficio] del sector en Europa presenta un 50% de descuento respecto al mercado, el mismo que el que tenían durante la crisis financiera, pero en los últimos dos meses ese descuento se ha reducido hasta el 30% (por su propia subida bursátil). De hecho, muchas entidades europeas han presentado por primera vez desde 2009 unos resultados positivos, batiendo las expectativas. El 80% de los bancos europeos superará lo que el consenso de mercado espera de ellos este año.
- ¿Ya están anticipando una rotación de carteras ante la nueva era de la inflación?
Sí, pero le explico por qué. Para llegar ahí, hay que identificar tres daños colaterales a los tipos de interés que van a ser dolorosos para los inversores. El primero de ellos es que, ante un aumento del precio del dinero, lo lógico es que si estoy en liquidez me mueva hacia renta variable para protegerme, del mismo modo que si tengo bonos en cartera vaya hacia el cash. El segundo daño es la valoración.
Las acciones baratas lo siguen estando, aunque se empieza a ver un momento positivo de los beneficios. De cara a este año, el consenso de mercado espera un crecimiento de las ganancias del 15%, que nosotros ajustaríamos a una horquilla de entre el 5 y el 10%. Y el tercer daño son los bancos. Muy pocos inversores se atreven ahora mismo a estar en ellos.
- Entonces, ¿qué opciones le quedan a un inversor conservador?
Muchos inversores han sido presionados a tomar cierto riesgo para evitar pérdidas. Nuestro escenario básico es que la inflación suba, puesto que ya es algo que se esperaba antes y no sólo después de la victoria de Donald Trump. Desde luego es difícil elegir en un mundo en el que los bonos están infraponderados.
Claramente, vemos más oportunidades en renta variable, pero si los inversores no quieren tomar más riesgo, aunque no vean atractiva la renta fija, ¿qué parte de la renta variable podría tomar este relevo? La estrategia que mejor se ajusta a la previsión de una futura subida de tipos, pero en un momento en el que todavía están bajos, responde a la búsqueda de compañías con rentabilidad por dividendo y crecimiento del beneficio. A la conclusión a la que llegas es que debes apostar por cíclicas y financieras, pero claro, no es una estrategia exenta de riesgo.
- ¿Cómo cree que afectará el calendario electoral de 2017 a los mercados después de haber vivido casi en primera persona el Brexit?
Muchos riesgos políticos tienen que ser mucho más agresivos de lo que son para afectar realmente al sistema, que fue recompuesto tras la crisis de 2008. Ahora es mucho más fuerte y se ha demostrado que Europa sobrevivirá sin Reino Unido. Otra cosa es si lo hará también sin algunos de sus principales miembros (como Francia o Alemania). Hay que tomarse en serio los riesgos políticos, pero, sobre todo, determinar cuáles son más probables. Es peligroso asumir que la retórica política se convierta siempre en una realidad o, al menos, que lo vaya a hacer en el corto plazo. Debemos tener cuidado en cómo ponemos en precio las hipótesis políticas en los mercados.