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Los récord de financiación se alejan: el bono español no regresará a mínimos

  • Los expertos prevén que la rentabilidad a 10 años superará el 1,6% en 2017

2016 acabará como el año en el que los inversores han exigido el menor precio a España por financiarse con deuda a largo plazo. Y, como consecuencia, también las empresas han logrado nuevos costes de financiación jamás vistos en el mercado español. Las políticas de los bancos centrales han permitido ver estos récords, pero los expertos consideran que no serán replicables en los próximos años, cuando en el horizonte ya se contemplan incluso subidas de tipos en la zona euro en 2018. Las probabilidades de volver a verlo son cada vez menores, mientras crece la expectativa de que la financiación se encarezca, aunque sea de manera progresiva.

La rentabilidad del bono español a 10 años, que puede tomarse como la referencia que marcará la financiación pública y de las empresas en el mercado de deuda, tocó mínimos históricos en el 0,88% a finales de septiembre. Un nivel que los expertos consultados no prevén volver a ver ante el repunte de inflación esperado y el crecimiento de la economía, pese a que en las últimas sesiones el rendimiento se ha relajado hasta el 1,337%, tras el 1,61% que llegó a tocar en noviembre.

"La situación es asimétrica, es más probable ver la curva de tipos como está o en niveles más altos que en mínimos históricos", sostiene Javier Guzmán, codirector de mercado de capitales de Société Générale. "En circunstancias normales, creemos que la rentabilidad del bono español a 10 años ya ha tocado suelo", comparte Miguel Llorente, gestor de patrimonios de Value True. Esto no quiere decir que la deuda se tome ciertos respiros, pero "será difícil, aunque vaya a haber momentos alcistas para el bono español, que vuelva a mínimos históricos", añade.

Bajadas solo puntuales

No hay que olvidar que el Banco Central Europeo (BCE) continuará comprando deuda, al extender su programa hasta diciembre de 2017, lo que presiona los precios de la deuda al alza y las rentabilidades a la baja. De ahí que "el bono pueda irse al 1,25 o incluso el 1,10%, pero es difícil volver a verlo por debajo del 1%", opina Manuel Villalba, director de renta fija de GVC Gaesco Beka.

Y, en cualquier caso, sería puntual. La intensidad del programa bajará a partir del mes de abril, y el mercado ya descuenta que las balas del BCE se están agotando. "El margen de maniobra de los bancos centrales ha disminuido y va a seguir reduciéndose con el paso del tiempo", advierte el equipo de Bankinter, que estima que la rentabilidad del bono español a una década escalará al 1,7% en 2017 para pasar al 2% en 2018.

Estas proyecciones, no obstante, son comedidas, ya que no implicarían que los costes para Estado y empresas se disparen de un plumazo, y las pérdidas para el inversor que tengan bonos serían del 3,3% desde los niveles actuales; este porcentaje sería la caída del precio, que es lo que recoge la minusvalía para el inversor.

Explosión 'contenida'

Si los expertos coinciden en que los mínimos en rentabilidad podrían ser historia, también comparten que las rentabilidades de la deuda y, por ende, la financiación, seguirán en niveles bajos, y que la escalada será gradual. "Si hay tapering será moderado, la burbuja de bonos no explosionará de forma descontrolada, se desinflará de forma organizada", confía Manuel Villalba, de GVC Gaesco Beka.

Uno de los puntos que juega a favor de España es que la rentabilidad del bono está subiendo únicamente por el alza en los tipos, y no porque los inversores perciban más riesgo que en otros países. Así lo explica Javier Guzmán, de Société: "La rentabilidad del bono tiene dos componentes: los tipos de interés (curva swap) y la prima de riesgo. Creo que si el Gobierno consigue aprobar unos Presupuestos que sean ortodoxos y cumplan con Bruselas, en España no debe ampliarse la prima". Esto es crucial, ya que "si repuntase, la subida de la rentabilidad sería doble", aclara.

Aunque sea de forma progresiva, muchas firmas ven posible que el rendimiento del bono español a 10 años rompa en 2017 al menos los niveles del 1,6% con los que se topó en noviembre tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU. "Si se siguen manteniendo las circunstancias económicas actuales y la Fed continúa con su política de subida de tipos, que podrían ser tres en 2017, el año que viene se superará esa rentabilidad en más de una ocasión", apunta Miguel Llorente.

La siguiente cuestión es si este efecto se notará de forma inmediata en las compañías o si la deuda corporativa resistirá mejor que la soberana. "En cuanto se estabilice el mercado irán emitiendo a tipos ligeramente superiores, pero aún así siguen siendo muy baratos", considera Llorente. Y de cara al inversor, en Bankinter insisten en que "los mayores riesgos en deuda soberana se trasladarán progresivamente a la renta corporativa, que podría registrar ampliaciones de spreads y caídas de precio".

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