
Para la gestora, la renta variable será el mejor activo para buscar rentabilidades atractivas el año que viene, con el apoyo de las políticas fiscales en Estados Unidos y el soporte del Banco Central Europeo. Para Santander Asset Management 2017 será un año de gran volatilidad dentro de un entorno de menos incertidumbre.
Sin tener todavía todas las cartas sobre la mesa, entienden que con una inflación controlada, "vemos un entorno más favorable para la renta variable que para la renta fija". La razón fundamental es la infravaloración de las acciones, ya que el año que viene las bolsas deben recoger de forma natural las mejores perspectivas de beneficio por acción (BPA).
Por sectores, José Antonio Montero de Espinosa, responsable de renta variable ibérica y zona euro, ha explicado que "hay que moverse hacia sectores que han estado más penalizados en los últimos años y que se beneficiarán de esa subida moderada de los tipos de interés y un entorno con algo más de inflación. Es decir, hacia sectores más cíclicos, "aunque no todo vale", ha puntualizado. 2017 va a ser un buen año, vemos "retornos de doble dígito para la renta variable europea", ha explicado.
Las políticas de los bancos centrales han creado unas condiciones de financiación "muy ventajosas" para las cotizadas, que han reducido los niveles de endeudamiento bastante en los últimos años. "Todas las compañías están refinanciando su deuda a la baja y todo apunta a que los beneficios empresariales van a tender a mejorar", ha asegurado.
En este contexto, otro aspecto a señalar es la valoración por dividendo de la renta variable: "Veremos rentabilidades por dividendo del 3 o el 4% el año que viene", ha concretado. Y esta, además, sigue siendo más atractiva que en términos relativos frente a la renta fija.
De hecho, las medidas expansivas del BCE han agotado todo el potencial que encuentran en este activo, para el que no esperan "rentabilidades positivas el año que viene", ha explicado Lola Ybarra, responsable de inversiones de Santander AM. El elemento diversificador que tenía siempre la deuda en sus carteras casi ha desaparecido. Por clase de activo, prefieren la deuda corporativa y menos renta fija soberana. Y, dentro de ésta, "tenemos un posicionamiento pro cíclico", ha puntualizado Ybarra.
"Desde que no tenemos tipos de interés, el paso de ahorrador a inversor es obligado", ha asegurado Ana Rivero, directora de estrategia de Santander AM España. "Hay que cambiar el chip, es imposible ganar dinero sin asumir riesgos", ha puntualizado.
Rivero pone como ejemplo que, en el año 1995, un inversor tenía que invertir el 100% de su cartera en renta fija para obtener una rentabilidad del 7,5%; hoy, deberá diversificar mucho más. Según sus cálculos, debería invertir un 12% en bonos y el grueso de su cartera en renta variable.