
Mapfre se ha erigido como una de las inesperadas vencedoras con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. La posibilidad de que los planes de estímulo defendidos por el candidato republicano terminen por resucitar a la ya casi olvidada inflación y obligue a los bancos centrales a subir tipos a un ritmo mayor al esperado ha reavivado el optimismo de los inversores sobre el futuro de la compañía.
El repunte en la probabilidad que los mercados otorgan a que el BCE suba tipos en septiembre de 2018, que ya es del 52%, unido a la posibilidad de que la autoridad monetaria aplique el tapering -retirada gradual de los estímulos- ha provocado que los inversores hayan deshecho posiciones en renta fija. El bono español a 10 años provoca pérdidas del 2,5% desde las elecciones en Estados Unidos y del 5,3% desde los máximos marcados en septiembre, tras ascender su rentabilidad desde el 0,86% hasta el 1,53% (su rendimiento se eleva cuando disminuye el precio).
Este repunte en la rentabilidad de los bonos cae como agua de mayo para Mapfre, ya que, según JP Morgan "se estaba viendo perjudicada por el entorno de bajos tipos de interés". No en vano, cuenta con 29.000 millones de euros en renta fija gubernamental, de los cuales unos 18.000 millones son en bonos españoles, algo que, ante los bajos tipos de interés por entonce, añadía incertidumbre sobre en qué activos reinvertirlos al vencimiento.
La aseguradora española ha experimentado la segunda mayor revisión al alza de los beneficios esperados para el trienio del Ibex desde el triunfo de Trump, solo superada por ArcelorMittal, beneficiada por la imposición de restricciones a las importaciones de acero procedente de China. Los analistas prevén ahora que Mapfre gane 2.503 millones de euros entre 2016 y 2018, un 5% más que los 2.382 millones de euros que esperaban el día antes de la celebración de elecciones en Estados Unidos. Además, su precio objetivo se ha disparado un 14% desde entonces, tras escalar desde los 2,26 euros que le otorgaban el 8 de noviembre (fecha en la que se celebraron las elecciones en Estados Unidos) hasta los 2,58 euros actuales. De este modo, los expertos consideran que la compañía ha pasado de cotizar un 16% por encima de su precio justo hasta el 7,4% actual.
Sin embargo, las revisiones al alza de firmas como NMas 1, que, además de reiterar su recomendación de compra ha elevado su precio objetivo desde los 2,8 euros hasta los 3,2 euros, no le ha permitido escalar posiciones en La Liga Ibex de elEconomista, pues continúa como farolillo rojo, aunque ha reducido u brecha respecto al penúltimo.
Estas mejoras de las previsiones de beneficio se ha trasladado al parqué. La aseguradora española se anota un avance del 4,4% desde la celebración de las elecciones en Estados Unidos, convirtiéndose así en el sexto valor más alcista del Ibex 35 desde entonces -el índice cede un 3% en el período-.
Sin embargo, el rebote es inferior al experimentado por el resto de aseguradoras europeas, que se anotan un 7,7% desde entonces.