
Se cumplen dos años desde que el Gobierno bajó la comisión de gestión máxima de los planes de pensiones españoles del 2% al 1,5%. Aún así, casi la mitad de los que se comercializan en España cobra el tope y, en muchos casos, esto no justifica una buena gestión: en renta fija, el 30% de los planes tiene el coste más elevado y ninguno se cuela entre los más rentables a cinco años
Siempre han sido el producto de ahorro estrella para la jubilación, aunque eso no quiere decir que los planes de pensiones sean la mejor o la única alternativa de ahorro a largo plazo para complementar la futura y menguante pensión pública. De hecho, cada vez son más los inversores que están defraudados con el suyo, entre otras cuestiones, por la escasa rentabilidad que logran en comparación con los costes que soportan, más elevados que en los fondos de inversión. Según los datos de Morningstar, la comisión de gestión media anual de los planes de pensiones se sitúa actualmente en el 1,25 por ciento, frente al 1 por ciento de los fondos -ver gráfico-. Y eso a pesar de que el tope es mayor en estos últimos -del 2,25 por ciento- y de que se cumplen justo ahora dos años desde que entrara en vigor la reforma del Gobierno para topar el coste máximo de gestión en pensiones al 1,5 por ciento (antes estaba en el 2 por ciento) y el de depositaría al 0,25 por ciento (desde el 0,5 por ciento anterior).
El Partido Popular se olvidó, eso sí, de establecer las comisiones máximas en función del activo en el que se invierte -de menor a mayor riesgo, productos garantizados, de renta fija, mixtos y de renta variable-, una histórica reivindicación de la industria. Esto explica que aún hoy haya planes, sobre todo de deuda, que cobran más de lo que pueden ganar según la expectativa de rentabilidad de su mercado (para ésta, la expectativa de rentabilidad para el año que viene es del 0,75 por ciento) por lo que aumenta la posibilidad de que el inversor acumule pérdidas y no ganancias.
Para Fernando Luque, editor senior de Morningstar, el motivo es simple: "No hay competencia a nivel de planes de pensiones y el inversor está atrapado dentro del producto, por lo que las entidades pueden cobrar más comisiones que en los fondos de inversión". Una realidad que lleva, según Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis, a que no reciban "más dinero que el absolutamente necesario para obtener la deducción fiscal". "Nadie los ve como el mejor instrumento financiero para la jubilación. Se compran por los impuestos o por la vajilla y televisión que te regalan", arremete. Muestra de ello es que la mayor parte de las aportaciones a este tipo de productos se realizan durante el último trimestre del ejercicio.
No obstante, desde Inverco, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones, insisten en que, desde el año 2013, las comisiones se han reducido paulatinamente. Dan datos: hace tres años, el coste medio era del 1,42 por ciento; en 2014, del 1,28 por ciento; y en 2015, del 1,18 por ciento. Lejos queda ya el máximo de 2008, cuando la media en España era cobrar un 1,65 por ciento en concepto de gestión. Una proporción que desde la propia asociación critican: "No estaba justificada, parece que el sector ahora está rectificando", sostiene José Luis Manrique, director de estudios del Observatorio Inverco.
Aclara, eso sí, que hay razones que explican que el porcentaje que cobra un plan de pensiones individual sea más elevado que el de un fondo, por dos cuestiones: en primer lugar, porque "la gestión administrativa de un plan de pensiones es más cara dado que hay que gestionar todas las cuentas de los partícipes"; y en segundo, porque "en el caso español, al ser planes más pequeños, no se da el efecto de economía de escala", puntualiza.
La realidad es que, si se analizan las distintas categorías, la renta variable es la única excepción en la que los fondos de inversión resultan más caros (cobran un 1,4 frente a un 1,55 por ciento anual). Ahora bien, la mayor diferencia se produce en los productos monetarios, que hay que recordar que tienen una rentabilidad ligada, sobre todo, a los tipos de interés, que ahora están en el 0 por ciento. Por ello, sorprende que, de media, los planes de pensiones cobren hasta un 0,95 por ciento de comisión de gestión anual frente al 0,48 por ciento de los fondos, esto es, prácticamente el doble -ver gráfico-.
La mayoría no paga una buena gestión
Es cierto que, en ocasiones, un coste más elevado justifica que hay detrás una gestión diferencial con mejores resultados que el mercado. El problema es que no ocurre así siempre. De los 1.300 planes de pensiones que se comercializan en España, 610 soportan el coste de gestión máximo, del 1,5 por ciento, según datos de Morningstar, lo que representa un 47 por ciento del total (entre ellos, hay 105 EPSVs vascas, de las que más de la mitad tienen el tope del 1,6 por ciento en su caso, que también bajó hace un año desde el 2 por ciento anterior). Eso sí, si analizamos las distintas categorías se observan diferencias. 18 de los 20 planes de renta variable más rentables a cinco años cobran el tope, claro que el 75 por ciento de los productos lo tiene. Una fotografía distinta que la que se observa en renta fija. El 30 por ciento de los planes tiene el coste de gestión máximo y, sin embargo, ninguno de ellos se cuela entre los diez productos más rentables a cinco años. De hecho, todos ellos tienen un coste inferior al 1,3 por ciento.