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La elecciones presidenciales en EEUU agitan el nerviosismo y la incertidumbre en los mercados

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos y la nueva administración que desembarcará en la Casa Blanca en los primeros compases de 2017 se han convertido en uno de los riesgos más importantes para la economía. "Existe un elevado nivel de incertidumbre, sobre todo a la hora de tomar decisiones de inversión", reconoce John E. Silvia, economista de Wells Fargo Securities. Una situación que podría extenderse incluso más allá del 8 de noviembre cuando los estadounidenses acudan a las urnas para disidir quién ocupará el Despacho Oval durante los próximos cuatro años. ¿Será la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump?.

Según señala Silvia el desacuerdo entre ambos partidos políticos y el bloqueo legislativo continuará, especialmente si tenemos en cuenta que ambas cámaras del Capitolio también se someten al escrutinio de las urnas el próximo mes. Está previsto que los republicanos mantengan una mayoría en el Congreso pero pueden perder el Senado, especialmente tras la guerra civil abierta dentro del partido por el polémico Trump. "Mientras que esperamos que el ritmo de crecimiento económico repunte en la segunda mitad del año, el aliento de la actividad sigue siendo limitad", justifica el economista de Wells Fargo Securities.

Por un lado el consumo y el mercado inmobiliario seguirán siendo los pilares de la expansión económica pero, por otro, el incremento moderado pero continuo de la inflación, la posible subida de tipos por parte de la Reserva Federal y la debilidad de los beneficios empresariales pueden empañar y limitar el crecimiento. Desde el banco proyectan que en el trimestre en curso, la economía crecerá un 2,2%. Según el indicador GDP Now que elabora la Fed de Atlanta, el PIB se expandió en el tercer trimestre un 2,1%. Niveles que registran un impulso con respecto a la primera mitad del año, cuando EEUU sobrepasó a duras penas un crecimiento de más del 1%.

Dadas las circunstancias y con las elecciones a menos de un mes, desde Bank of America Merrill Lynch, Michael S. Hanson, economista del banco estadounidense, recogía en un informe las lecciones que los inversores estadounidenses deben tener presentes y haber aprendido del referéndum británico a favor del Brexit a la hora de saber cómo lidiar con las elecciones a este lado del Atlántico. "Suena a un cliché pero la única certidumbre en estos momentos es la incertidumbre", señala Hanson.

Desde su punto de vista, existen varias lecciones principales que la votación a favor del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea han enseñado a los mercados durante los últimos meses. La primera, y una de las más importantes, es que los sondeos no hicieron un buen trabajo a la hora de proyectar el resultado, por lo que se pide cautela a la hora de interpretar las encuestas en EEUU. En estos momentos, la media de todas las encuestas publicadas entre el 3 y el 11 de octubre, que recopila el portal RealClear Politics, ofrecen una ventaja de 6,2 puntos a Clinton frente a Trump.

Por otro lado, el equipo de expertos de BofAML liderado por Hanson reconocen que es difícil de medir y cuantificar el impacto de dicha incertidumbre así como de los posibles shocks. De hecho, casi todos los modelos, no sólo los del banco sino los de otras instituciones, como el Fondo Monetario Internacional observaban una reacción más violenta a la votación que apoyó el Brexit. Es cierto que el proceso no ha comenzado, ya que todavía no se ha activado el Artículo 50, pero a corto plazo las repercusiones han sido limitadas. En el caso de las elecciones presidenciales se espera que las políticas del próximo presidente de EEUU se clarifiquen en los próximos seis meses una vez celebradas las elecciones, lo que implica que muchas compañías podrían retrasar sus decisiones para asegurarse de cuál será el nuevo clima regulatorio en Washington.

En tercer lugar, el efecto proteccionista que ha resurgido con el Brexit y que Trump promociona a este lado del Atlántico no ha marcado el panorama económico durante las últimas décadas. "Es muy difícil cuantificar un Brexit o el abandono por parte de EEUU de tratados de libre comercio como el NAFTA porque no existen precedentes por lo que es difícil descontar su riesgo", explica Hanson. Todo esto sugiere que hay que tener un enfoque humilde al predecir el impacto de las elecciones estadounidenses. "Cuanto mayor sea la ruptura percibida con el status quo, más crecerán las posibilidades de un potencial shock generado por la incertidumbre. Pero calcular el tamaño y el momento de ese choque es complicado", avisan desde BofAML.

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