Bolsa, mercados y cotizaciones

La próxima crisis de deuda estará fomentada por las empresas y los bancos centrales

Si la crisis financiera de 2008 que culminó en la mayor recesión mundial desde la Gran Depresión estuvo alimentada por el apalancamiento de individuos y familias a través de tóxicas hipotecas basura, en estos momentos la deuda de las empresas se postula como una posible bomba de relojería. Gracias a los estímulos de diversos bancos centrales, que incluyen desde la Reserva Federal, el Banco de Japón o el Banco Central Europeo, las compañías han aumentado sus pasivos en 2,81 billones de dólares durante los últimos cinco años, hasta alcanzar un récord de 6,64 billones de dólares.

Sólo en 2015, el apalancamiento de las entidades no financieras aumentó en 850.000 millones de dólares, 50 veces más que la caja registrada por estas compañías, según los datos que maneja S&P Global Ratings. Una situación que comienza a preocupar a muchos expertos que señalan como el apalancamiento empresarial crece a un ritmo mucho mayor a sus beneficios. Un hecho que en EEUU coincide con una recesión en los beneficios corporativos después de que el ciclo empresarial tocase techo en octubre de 2014. Pese a que en estos momentos una recesión económica parece poco probable, la baja demanda y sobre todo la débil inversión de las empresas son factores a tener en cuenta.

Cuando echamos un vistazo a las empresas estadounidenses es fácil dejarse embelesar por algunas excepciones. El récord de caja alcanzado por las multinacionales de EEUU, que asciende hasta los 1,84 billones de dólares, está concentrado en sólo algunas entidades como Apple, Microsoft, Google y otras grandes tecnológicas. De hecho, si eliminamos de la ecuación los 945.000 millones de dólares que acumulan las 25 compañías más adineradas, de acuerdo a las cifras de S&P, el 99% de las empresas no financieras cuentan con un panorama poco alentador. El porcentaje de su caja con respecto a sus deudas se sitúa ya en mínimos de la última década.

Una situación que ya ha provocado que el número de compañías, buena parte de ellas energéticas, que han cometido algún impago se haya duplicado con respecto al mismo periodo del año pasado. Entre ellas destacan Peabody Energy o Midstates Petroleum.

Para muchos, el problema generado por el excesivo endeudamiento de las empresas está en que las compañías no han utilizado dicho dinero en invertir y expandir sus operaciones, algo que seguiría generando empleo, mejorando las condiciones de sus empleados y potenciando el crecimiento de la economía. Por el contrario, parte del dinero prestado se ha empleado en impulsar los beneficios a través de ingeniería financiera como recompras de acciones o retribuciones de capital en forma de dividendo. Desde 2009, la compañías del S&P 500 han desembolsado más de 2 billones de dólares en recompras de títulos propios, operaciones que han alimentado el rally de las bolsas estadounidenses, a medida que la Fed engullía activos y bonos mientras mantenía los tipos cerca del 0%.

Es por ello que a medida que se normalice la política monetaria, algo que todavía llevará su tiempo si tenemos en cuenta las últimas noticias procedentes de la Fed, algunos temen que la deuda de muchas empresas podría suponer una importante carga en un momento en que el crecimiento económico, tanto en EEUU como a nivel global, sigue dejando mucho que desear.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky