
El mercado espera una caída del 7,5%, impulsada por China, el crudo y la revalorización del dólarLos índices estadounidenses deben aguantar los soportes para que las bolsas europeas resistan
Una tensa calma se transmite en el parqué de la Bolsa de Nueva York, donde Ken Polcari, director de O´Neil Securities, confiesa que "los datos señalan que los resultados financieros correspondientes al primer trimestre serán decepcionantes". Un presagio en el que no son necesarios ni algoritmos ni bolas de cristal si tenemos en cuenta el tremebundo arranque de año para la renta variable estadounidense. Si sólo en febrero el S&P 500 borró un 5% de su valor, el pasado mes sumó dicha cantidad y un 2% más de propina en una de las recuperaciones más trepidantes de los últimos años.
Sin embargo, sospechosos habituales como el ajuste en China y su correspondiente impacto en los flujos de capital y su divisa, la todavía tímida recuperación del crudo y un dólar que comienza a perder fuelle pero que hasta ahora ha hecho pupa a las multinacionales estadounidenses, prometen pasar factura a la oleada de cifras que conoceremos a partir de esta semana. Con las malas noticias a medio digerir, la pregunta ahora es cómo de pesado será el empacho. "Si se materializan las previsiones, por primera vez desde 2009 las compañías que componen el S&P 500 acumularán caídas interanuales en su beneficio por acción durante tres trimestres consecutivos", avisa Sam Stovall, estratega jefe de S&P Capital IQ.
Desde esta casa de análisis se proyecta una caída del 7,5% interanual en el beneficio por acción agregado de S&P 500, lo que supone que éste rondará los 26,37 dólares por título. Recordemos que en los últimos tres meses de 2015, el traspiés fue de un 4,2%. "El lastre del dólar o los temores de China se han reducido entre enero y marzo, aún así el billete verde ha registrado un incremento ligeramente por debajo del 2% en el primer trimestre cuando se compara con su valor hace un año y los precios del crudo han caído cerca de un 30%", justifica Stovall.
Si el dólar y el petróleo siguen jugando una mala pasada a muchas compañías estadounidenses, el hecho de que la economía de EEUU creciera a un ritmo del 0,1% según las últimas proyecciones de la Reserva Federal de Atlanta, actualizadas el pasado viernes, tampoco ayuda. Una vez más los inventarios parecen jugar en detrimento de la actividad económica americana. Una situación de la que la presidenta de la Fed, Janet Yellen, es consciente. De ahí que decidiera no mover ficha el pasado 16 de marzo y descarte implícitamente hacerlo en abril. El pasado jueves, en una mítica reunión junto sus predecesores en el cargo, Ben Bernanke, Alan Greenspan y Paul Volcker, la máxima funcionaria del banco central sugirió que no describiría la actividad en EEUU como "una economía en una burbuja".
Sin embargo, como matiza Jay Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs, "el mercado laboral tendrá que aminorar su crecimiento para evitar un sobrecalentamiento". "Este hecho requiere unas condiciones financieras más duras y requerirá unos tipos de interés más altos", explicó el experto, que considera que la Fed subirá los tipos tres veces este año. Aún así, las últimas proyecciones de la Fed telegrafían sólo dos incrementos en 2016. Los dimes y diretes en el seno del Comité Federal de Mercados Abiertos de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) contribuyen también a la incertidumbre entre las compañías patrias, especialmente en del sector financiero.
Qué sectores sufrirán más
"Esperamos que el primer trimestre del año sea un fracaso debido a la debilidad en los mercados de capitales y las pérdidas relacionadas con el aprovisionamiento de créditos al sector energético", comenta Vivek Juneja, analista de JPMorgan en Nueva York, quien añade que estos factores obnubilan otras señales positivas para la banca como la buena calidad del crédito en otras categorías de préstamos y el limitado beneficio de la subida de tipos del pasado 16 de diciembre. Aún así, el sector financiero no será el que más sufra en la retahíla de resultados que conoceremos a partir de hoy, cuando al cierre de la sesión americana Alcoa presente sus resultados.
Obviamente, el sector energético junto con el de materiales y tecnología de la información serán los que mas sufran, según el consenso. Otros, no correrán la misma suerte. El despunte del dólar y el abaratamiento de la gasolina impulsan relativamente el gasto de los estadounidenses, de ahí que el sector de consumo discrecional sea uno de los mejor posicionados junto con el de servicios de salud y las telecomunicaciones. "Seguimos favoreciendo compañías con alta exposición doméstica y balances muy saneados", señala Ben Snider, estratega de Goldman Sachs, quien menciona valores como Facebook, Netflix y Adobe, dado al potencial incremento de sus ventas este año, y Amazon o AIG como compañías con el mayor potencial de crecimiento en su beneficio por acción.