Desde que Engie anunció el recorte de su dividendo para 2017 y 2018, han sido varias las firmas de inversión que han rebajado su optimismo respecto a la compañía francesa. Las últimas en revisar a la baja la recomendación que emiten sobre sus acciones han sido Credit Suisse, que lo ha hecho de sobreponderar a neutral, y HSBC, de retener a reducir.
Este menor respaldo de los analistas después de que la eléctrica admitiera que el dividendo que venía pagando "era insostenible", según incide JP Morgan, se está reflejando en bolsa, donde se está comportando peor que como lo hace el sector europeo. Engie cae un 15% en lo que va de año, mientras que el subíndice que reúne a las utilities del Stoxx 600 cede un 7%.
La debilidad de las materias primas ha erosionado el negocio de la compañía, que en los últimos años ha realizado una fuerte apuesta por las energías alternativas, menos competitivas ahora que el gas, el carbón o el petróleo se han desplomado. Este escenario ha obligado a Engie recortar la retribución al accionista para los próximos ejercicios, uno de sus atractivos históricos.
Además de rebajar el consejo que emite sobre los títulos de Engie, Credit Suisse ha reducido el precio objetivo en el que los valora de 15,20 euros a 14,20 euros. También HSBC, de 16 euros a 13 euros, JP Morgan, de 21 euros a 14,49 euros, o AlphaValue, de 18 euros a 17,50 euros.
Eso sí, la media de las valoraciones emitidas por el conjunto del consenso que sigue la cotización de sus acciones eleva su precio objetivo hasta los 16,72 euros, hasta donde cuentan con un potencial alcista del 20%.
De momento, elMonitor mantiene la estrategia que abrió sobre las acciones de Engie el pasado 25 de noviembre con el objetivo de aprovechar el 7,2% de rentabilidad que ofrece su próximo dividendo -éste no ha sufrido recortes- y que pagará el próximo 9 de mayo.
