
Nadie habría dicho a finales del año pasado que la deuda pública europea aún daría alegrías, más incluso de las que ofrece la bolsa. Su recorrido está agotado, decían unos. Es una bomba a punto de estallar, argumentaban otros. Sin embargo, quien haya incluido bonos soberanos en cartera a principios de año se apunta ya ganancias latentes que de media se sitúan en el 3,4%.
A pesar de que la renta fija se ha convertido en un activo igual de volátil que la bolsa, la inestabilidad que desde principios de año experimenta la renta variable ha llevado a los inversores a comprar deuda pública -y no solo europea, también estadounidense-, relajando aún más sus rentabilidades. Sobretodo cuando la expectativa es que el programa de estímulos de Mario Draghi siga sujetando al mercado de renta fija.
Al contrario de lo que sucede en la bolsa, los rendimientos de la renta fija bajan cuando su precio sube. Lo que ha propiciado que, en los dos primeros meses del año, algunos bonos soberanos dejen ganancias superiores incluso al 4% mientras todas las bolsas pierden.
A pesar de que el ruido del Brexit acompaña a Reino Unido, su papel a diez años no ha experimentado sustos en el mercado secundario, el lugar en el que cotiza la deuda una vez que es emitida. Las compras han elevado su precio reduciendo su rentabilidad del 1,96% al 1,43%, lo que implica ganancias del 4,8% este año. Las mayores entre los principales bonos europeos.
El segundo papel que más demanda está teniendo este año es el alemán, que tradicionalmente ha actuado como refugio en tiempos de turbulencias. Las dudas sobre la recuperación de la economía global, con el añadido de los bajos precios del petróleo han llevado a los inversores a cobijarse en la deuda pública alemana relajando su rendimiento en dos meses del 0,62% al 0,18%, lo que vuelve a suponer retornos del 4,6% para el inversor. Pero Francia no se queda atrás, ya que con su deuda se gana un 4,3% este año.
A pesar de que también arroja beneficios, las compras de los inversores en la deuda periférica de países como España e Italia están siendo más débiles. Así, mientras con el Ibex 35 se pierde más de un 8% este año, el bono español a una década deja beneficios de prácticamente el 2%; mientras que con el italiano los retornos se sitúan en el 1,4%.
La deuda americana también da alegrías
A pesar de que el ciclo en Estados Unidos difiere al de Europa porque allí la Reserva Federal busca la fórmula para retirar la respiración asistida a su economía de forma gradual, el apetito por la renta fija también llega al otro lado del charco.
Y el rendimiento del treasury a diez años ha bajado en dos meses del 2,26% al 1,82%. Aunque los economistas encuestados por Bloomberg ya ponen fecha de caducidad a su rally, que estiman que durará hasta fin de mes.