Bolsa, mercados y cotizaciones

Wall Street se encomienda a un gobierno demócrata

  • La bolsa intenta no matar la tradición de que un año preelectoral es alcista
  • En legislaturas demócratas ha subido un 42% frente al 27% de republicanas

Olvídense de China, los estímulos del Banco Central Europeo o el Banco de Japón. Ignoren por un minuto el rumbo que tomará el dictamen de la Reserva Federal durante el próximo año, cuando se espera que Janet Yellen y sus chicos aprieten con 100 puntos básicos la política monetaria estadounidense. En un año donde los retornos de la renta variable estadounidense se prometen tímidos, con un incremento en el precio de entre el 4 y el 5% para el S&P 500, según el consenso del mercado, tanto Wall Street como las gestoras de fondos y los inversores institucionales siguen por el rabillo del ojo el pulso entre demócratas y republicanos por intentar ocupar la Casa Blanca el próximo noviembre.

Una carrera de la que todavía desconocemos cuáles serán los dos delfines oficiales encargados de enfrentarse cara a cara por ocupar el Despacho Oval. Sin embargo, a la espera del pistoletazo de salida de las primarias en Iowa y New Hampshire, el Comité Nacional del Partido Demócrata parece estar convencido que Hillary Clinton, ex secretaria de Estado, ex senadora por Nueva York y ex primera dama estadounidense, se convertirá en su estandarte para conservar la herencia demócrata dejada por Barack Obama.

La nominación e, incluso, la presidencia de Clinton comienza a descontarse en las mesas de inversión de la Calle del Muro. Un claro ejemplo tuvo lugar el pasado 21 de septiembre de 2015 a las 10:56 de la mañana, hora local de la costa este de EEUU. La candidata presidencial demócrata, cuyo principal contrincante dentro de su partido es Bernie Sanders, tuiteó el siguiente mensaje: "Especulaciones de precios como éste dentro de los mercados farmacéuticos son indignantes. Mañana presentaré mi plan para solucionarlo". Clinton se refería al díscolo Martin Shkreli, por entonces capitán de Turing Pharmaceuticals, que incrementó el precio del medicamento Daraprim en un 5.000%. En estos momentos, está siendo investigado por un presunto fraude y ha sido despedido de las compañías para las que trabajaba, entre ellas Turing.

Lo curioso de esta anécdota es que en el momento en el que @HillaryClinton lanzó su mensaje al universo, el ETF iShares Nasdaq Biotechnology se desplomó más de un 4%. Las palabras de la ex secretaria de Estado arrastraron valores como Biogen, Celgene e Illumina. Una situación que ejemplifica cómo la candidata demócrata es considerada ya como la opción más plausible a ocupar la Casa Blanca en los primeros compases de enero de 2017.

Demócratas para la bolsa

En contra de lo que puedan pensar los defensores del libre mercado, las presidencias demócratas se han postulado como las más rentables para los inversores estadounidenses. O si no que se lo pregunten a Obama, quien sólo dos meses después de asumir la presidencia vio cómo el S&P 500 tocaba mínimos al bajar a lo 666 puntos. El pasado mayo, el indicador subía a máximos históricos en los 2.134 puntos, tras casi siete años de rally alcista. "Bajo el mandato republicano hemos visto un total de 14 recesiones y 18 ciclos bajistas", explica Jeffrey A. Hirsch, editor del Stock Trader´s Almanac. "Con los demócratas se han registrado siete recesiones y 16 ciclos bajistas", justifica.

Las cifras históricas no mienten: durante las legislaturas demócratas, el Dow Jones ha vivido avances de un 42% de media, frente al 27% que ha avanzado cuando han sido los republicanos los encargados del devenir del país.

Durante el primer mandato de Obama, el Dow Jones ha conseguido subir un 47%, a lo que suma otro 36% en los últimos tres años. Aún así, la legislatura más rentable para los inversores ha sido capitaneada precisamente por Bill Clinton, quien asistió, ente 1993 y 1996 a un avance del 103%. En total, durante su mandato, que se extendió hasta el año 2000, Wall Street se revalorizó casi un 230%.

Mientras tanto, la bolsa quema sus últimas sesiones de 2015 intentando no matar el mantra de que los años preelectorales suelen ser alcistas. Así ha sucedido, al menos, desde tiempos de Roosevelt, en 1945. Desde entonces, no ha habido ni una sola excepción bajista -el año más flojo de la serie histórica fue 1947, en el que Wall Street tan sólo sumó un 2,2%-. A falta de una sesión y media para cerrar el año, tanto el S&P 500 como el Dow Jones luchan por cerrar en positivo el que, parece, será el año preelectoral más flojo en, al menos, 70 años.

Qué pasa en años electorales

"Los resultados bursátiles de los años electorales suelen ser sólidos", advierte Sam Stovall, director de análisis de S&P Capital IQ. "El S&P 500 ha ganado una media del 6,1% durante el cuarto año de un ciclo presidencial desde 1948 y ha operado al alza en un 76% de las ocasiones", señala. Una rentabilidad que, de momento, los principales bancos parecen no apoyar.

"Esperamos que el S&P 500 termine 2016 en los 2.200 puntos, mientras el beneficio por acción medio será de 123 dólares", indicaba a comienzos de esta semana Dubravko Lakos-Bujas, estratega jefe de renta variable de JP Morgan en Nueva York. Sus previsiones comulgan con las que baraja el consenso del mercado.

Los retos de Clinton

Hillary Clinton se enfrenta a la sombra dejada por su marido quien, además de generar un superávit durante su periplo en la Casa Blanca, generó una fuerte revalorizaciónde la bolsa americana. En estos momentos, su esposa parece haber radicalizado su mensaje, no sólo para atraer a los votantes indecisos de clase obrera sino también para diezmar a contrincantes demócratas como Sanders. Sus propuestas incluyen ideas como la de un incremento en el salario mínimo federal, que está ahora en 7,25 dólares por hora.

Clinton tampoco se ha mordido la lengua a la hora de arremeter directamente contra Wall Street, al señalar los grandes riesgos de las instituciones ante el sistema bancario, en especial por los fondos de cobertura, operadores de alta frecuencia, compañías financieras no bancarias y demás entidades que reciben poca supervisión en general.

Aún así, Hillary Clinton o quien sea el próximo presidente de Estados Unidos heredará una economía recuperada, pero que crece a un ritmo de poco más del 2% y donde la tasa de paro del 5% todavía no ha ajustado los empleos perdidos durante la Gran Recesión.

En un momento en que la Fed ya ha iniciado el despegue de su política monetaria es cierto que el próximo mandatario podría tener que lidiar con los síntomas de un ciclo alcista que estaría dando sus últimos coletazos antes del próximo ciclo bajista y una posible recesión a este lado del Atlántico.

El acecho de 'Trumponomics'

Con la carrera presidencial ya en marcha, muchos temen que el candidato republicano que a día de hoy lidera buena parte de las encuestas, el empresario Donald Trump, actúe como elemento de volatilidad en la renta variable estadounidense. Si su última propuesta de impedir la entrada momentáneamente a los musulmanes que quieran viajar a EEUU ha levantado ampollas en todo el mundo, la clase financiera teme que su agresividad dialéctica siga creciendo en los próximos meses.

"Trump sigue paseándose por los platós de televisión sin inmutarse ante las críticas", explica Nigel Green, fundador de deVere Group, una de las mayores consultoras financieras independientes a este lado del Atlántico. "Esto sugiere que seguiremos escuchando este tipo de retórica por parte del multimillonario hasta el próximo mes de julio, cuando se elija oficialmente al candidato republicano", indica.

En cierta forma, durante la primera mitad de 2016, a medida que el partido republicano se enfrenta a las primarias (las primeras en Iowa y New Hampshire), muchos inversores están blindando sus portafolios ante el contagio político que candidaturas como la de Trump podrían provocar entre los mercados.

"Trump podría ser una de las mayores causas de volatilidad en los mercados en la primera mitad de 2016", incide Green, quien añade a los riesgos de la carrera presidencial otros ya asumidos por el mercado, como el debilitamiento chino, la caída en los precios de las materias primas y las posibles tensiones geopolíticas, como catalizadores de lo que ocurrirá en los mercados el año que viene.

Desde Goldman Sachs incluían a Trump como uno de los cisnes negros que podría desatar la inestabilidad el año que viene, junto al Brexit o una recaída de Grecia que fuerce su salida de la eurozona. De momento, con Trump a la cabeza y otros candidatos como Ted Cruz, Ben Carson, Marco Rubio y lejos en las encuestas Jeff Bush, todavía es pronto para determinar el alcance que tendrá en los mercados el próximo nominado del partido republicano a la Casa Blanca.

La estadística defiende también que un año electoral suele ser positivo para Wall Street. En los últimos 70 años, sólo seis han sido bajistas para la bolsa, mientras que la carrera hacia la presidencia ha sido alcista en 12 de ellos.

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