
La renta fija europea se ha convertido en una montaña rusa movida al son de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE). Tan pronto se gana con ella, como pasó cuando el mercado descontaba más estímulos, como se pierde -en la sesión posterior a la reunión del BCE, la decepción dejó paso a pérdidas medias del 2% en los bonos europeos-. Este escenario va a continuar y hay que olvidar las fuertes ganancias de años pasados. Sin embargo, la expectativa de rentabilidad para la deuda europea es ahora superior a la de mediados de mes, situándose en el 0,75%.
No es la más elevada del año. En julio aún se contemplaba la posibilidad de ganar un 1% con este activo, según el índice Barclays Capital Euro Aggregate Bond, uno de los más seguidos para medir qué interés se espera de una cesta representativa de bonos europeos bajo una serie de hipótesis que suele reunir los peores escenarios. Pero tampoco la más baja, porque en marzo llegó a marcar mínimos históricos en el 0,46%.
A partir de ahora, "es complicado no esperar que los tipos de interés de la deuda sigan a la baja y las primas de riesgo continúen comprimiéndose, teniendo en cuenta que existe un crecimiento moderado, con múltiples riesgos, inflación baja, debilidad en la moneda y un BCE muy activo", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi. Se trata de un escenario favorable para la deuda que, en opinión de AndBank, provocará en concreto un estrechamiento para España e Italia de entre 10 y 20 puntos básicos y de 50 puntos básicos para Portugal. Desde esta firma sitúan el precio objetivo del bono español a 10 años en el 1,5% "con la posibilidad de romper hacia abajo este nivel", aseguran.
A día de hoy el interés del bono español supera esa barrera y se sitúa en el 1,62%. Y para Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis, "toda la deuda periférica que ofrezca más del 1,5%, todavía se puede comprar", aunque recuerda la importancia del timing a la hora de adquirir este activo. No obstante, en su opinión, el escenario con más opciones de cara al año que viene es uno en el que "el precio de la deuda europea podría tocar techo y su rentabilidad fondo".
Los bajos rendimientos de la deuda por la vía del cupón y la volatilidad que acompaña a su precio, hacen de los bonos soberanos un arma de doble filo para el inversor a pesar de que la deuda contará con el respaldo de los bancos centrales. "En 2016 veremos otro año de expansión monetaria y crecimiento de los balances de los bancos centrales en todo el mundo, lo que constituye un potente apoyo para los mercados de bonos", recalca Andrew Wells, director mundial de inversiones renta fija de Fidelity.
"En realidad, el único riesgo tangible viene de la subida de tipos en EEUU. Y espero que la Fed sea muy prudente, sin volverlos a tocar hasta junio, tras subirlos en diciembre y con tipos del 1% al final de 2016", asegura Campuzano.
Ojo con las comisiones
La inestabilidad de la renta fija para 2016 no es lo único que debe tenerse en cuenta. También las comisiones que aplican los fondos de renta fija que se venden en España, que de media se sitúa en el 0,7%, ya que según datos de Morningstar un 24% de los que invierten en deuda pública europea cobran un peaje de gestión que supera la expectativa de rentabilidad, es decir, el 0,75%.