Septiembre se marchó poniendo el broche final al peor trimestre bursátil desde 2011. Pero también se llevó tres cuartas partes de la rentabilidad del último año de los planes de empleo, es decir, los que las empresas y sindicatos ponen a disposición de sus trabajadores.
Según los datos de Inverco, al cierre de junio sus carteras acumulaban una rentabilidad media a 12 meses del 4,62% frente al 1,12% que subían al cierre de septiembre. Pese a ello, solo 3 de los 25 mayores planes caen en ese plazo.
Los planes de empleo son el tercer pilar del sistema de pensiones -además del sistema público y los planes privados-, y se convierten en una opción fundamental para el inversor, ante la dudable sostenibilidad del sistema público de pensiones. Pues bien, los 1.200 planes de más de dos millones de trabajadores españoles rentan poco más del 1% a un año, 3,5 puntos porcentuales menos que antes del verano. En ello tiene mucho que ver su alta exposición a la renta fija, que representa el 60% de sus carteras. Y es que ésta no solo perdió atractivo en un entorno de tipos de interés deprimidos, sino que en verano incluso dio pérdidas a corto plazo -que se unieron a las de las bolsas-.
La liga de los mayores fondos
Sin embargo, estas rentabilidades habrán mejorado durante el mes de octubre, aunque no se podrán analizar hasta final de año porque estos datos se publican trimestralmente. De momento, solo un 14% de los planes sufre pérdidas a un año, en un entorno con la inflación contenida, mientras el 86% restante sube. De ellos, solo tres están entre los 25 mayores. El más rentable es el de los empleados de Ibercaja, que sube un 4,17%. Tiene un patrimonio de 496 millones y de él se benefician 4.315 partícipes, aunque no hace pública su cartera. Le siguen el de Gas Natural Fenosa (2,95%), Abanca (2,73%), los de la Generalitat (2,46%) y Sabadell (2,4%). En el lado opuesto, los empleados de Mapfre son quienes tienen el peor plan entre los grandes: cae un 0,59%, seguido del de Caixa Catalunya (-0,53%) y Altadis (-0,25%).
Pero si hay algo en lo que coinciden los expertos es que estos productos deben analizarse a largo plazo, ya que no hay que olvidar que son planes pensados para un horizonte de inversión amplio que suele alcanzar toda la vida laboral. En ese sentido, uno de cada tres planes de empleo que se comercializan en España desde hace al menos 15 años no consigue cumplir con su principal objetivo: superar al coste de la vida. Estos planes han subido menos de un 2,6% anual en los últimos 15 años (que es la tasa anualizada del IPC en este plazo, según el INE), por lo que sus partícipes, en vez de ganar dinero, habrán perdido poder adquisitivo.
Lo cierto es que la necesidad de complementar la cada vez más menguada pensión pública con el ahorro privado para la jubilación (bien sea un plan de pensiones privado o un plan de empresa) es cada vez más evidente. Sobre todo, en un país en el que la hucha de las pensiones está cada vez más vacía, con una tasa de sustitución (porcentaje que cobra el jubilado español sobre su último salario cotizado) del 73,9% que es absorbida íntegramente por el sistema público y con un elevado envejecimiento de la población. Según la edición de 2015 del informe Top 1000 que elabora anualmente la publicación Investment & Pensions Europe (IPE) el Fondo de Reserva de la Seguridad Social es el único de los 20 mayores fondos de pensiones de Europa que pierde patrimonio con respecto a 2014.