
Son muchas las cotizadas que retribuyen a sus accionistas en España, pero no son tantos los pequeños inversores que cobran esos dividendos. Muchos pequeños ahorradores acuden ahora a la bolsa ante la falta de rentabilidades atractivas en otros activos con menos riesgo y uno de los grandes ganchos sigue siendo el dividendo, con el que consiguen ingresar rentas periódicas como proporcionan otros productos.
Sin embargo, los accionistas que cobran retribuciones han caído fuertemente durante la crisis. El número de españoles que declaró percibir dividendos se redujo a poco más de 510.000 en 2013, el dato más reciente disponible proporcionado por los técnicos del Ministerio de Hacieda (Gestha) a partir de las estadísticas del IRPF.
Esta cifra en sí puede resultar reducida, pero más si se compara con los inversores que antes de la crisis recibían rentas por este concepto. En solo seis años, los accionistas que cobran dividendos se han reducido un 40%, ya que en 2007 el número superaba los 880.000. Aquí se incluyen "solo a los declarantes en el IRPF", explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha.
Dos razones son las que principalmente justifican este descenso: la crisis y la política de ofrecer al inversor el pago en acciones (el conocido como scrip dividend). "Una parte se explica por la crisis en sí misma. Muchos pequeños inversores que tenían pocos ahorros deshicieron posiciones en renta variable en esos años", apunta Javier Garrido, subdirector del servicio de estudios de BME.
La huida de la bolsa de los pequeños inversores es una realidad que reflejan los datos. El ahorro financiero de las familias españolas está básicamente en depósitos y efectivo, mientras que la renta variable ha perdido peso durante la crisis. Si en 2007 las familias destinaban casi un 29% de su ahorro financiero a la bolsa, el dato actual se queda en el 23,7% y llegó a reducirse al 17,8% en 2011 y 2012.
Las consecuencias del 'scrip'
Pero gran parte de la culpa de que haya menos accionistas declarando dividendos en los últimos años la tiene el pago en acciones. ¿Por qué? Porque los inversores no tributan por estos títulos percibidos aunque hayan sido pagados por la empresa como remuneración. La aparición de esta fórmula en España en 2009 cambió todos los esquemas.
Aunque el accionista puede elegir cobrar en efectivo, vender los derechos en mercado o recibir nuevos títulos, si no comunica nada se le asignan nuevas acciones, por lo que la mayoría de inverores particulares acaba recibiendo los títulos para no diluir su participación en el beneficio.
Por ello, si una empresa como el Santander, con más de 3 millones de accionistas y donde el 41% son minoristas, abonaba en 2013 sus cuatro pagos mediante scrip, es muy posible que muchos de estos pequeños inversores no tuvieran que declarar a Hacienda por dividendos. Es cierto que estos mismos accionistas podrían tener otros títulos en cartera por los que tendrían que rendir cuentas, pero en España hay un dato curioso. "La mayoría de minoristas españoles solo tiene una, dos o tres acciones diferentes", explica Javier Garrido apuntando a una encuesta recopilada por el Banco de España.
Es decir, que es probable que muchos de esos accionistas del Santander no tengan títulos de otras compañías y, por ello, dejasen de figurar entre los contribuyentes que cobran dividendos en efectivo.
El banco presidido por Ana Botín no es la única empresa española que distribuía todos su dividendos bajo el scrip. Según datos de BME, en 2013 hubo hasta 17 pagos abonados mediante esta fórmula en la bolsa española (ver gráfico). Unos dos de cada cinco euros se repartiron con scrip. Los inversores que solo tuvieran acciones de Iberdrola, por ejemplo, tampoco tuvieron que declarar por dividendos si no solicitaron a la compañía cobrarlos en metálico.
Ahora que las compañías están retomando los dividendos en efectivo tiene todo el sentido, por tanto, que el número de ahorradores que declaren cobrar dividendos repunte desde ese último dato de 2013.
Otras razones
Existen otros dos motivos adicionales que pueden explicar que bajase el número de españoles que cobran dividendos en metálico. Javier Garrido apunta a uno de ellos y es que han desaparecido algunas sociedades con tramos minoristas importantes. El experto señala a empresas como TPI, Unión Fenosa, Telefónica Móviles, Iberdrola Renovables y Cepsa. La segunda de las razones la encontraríamos en los pagos cancelados por las cotizadas durante estos años de crisis. Endesa es un claro ejemplo. La eléctrica no repartió ningún dividendo en 2013 al cancelar las dos entregas que debía abonar ese año.
A cuántos inversores perjudica
Si es un pequeño inversor tiene muchas probabilidades de estar entre los grandes damnificados por los cambios fiscales para los dividendos. Este año tributará cada euro de retribución, mientras que antes de la reforma fiscal estaban exentos los primeros 1.500 euros ingresados. En la declaración de la renta de 2013, hubo cerca de 107.000 españoles que cobraron una cantidad inferior a esa cifra como dividendos, según datos de los técnicos del Ministerio de Hacienda a partir de las estadísticas del IRPF. Esos contribuyentes que no tuvieron que tributar por los pagos ese año deberán hacerlo este ejercicio aunque no lleguen a 1.500 euros. Otras 157.000 personas ingresaron entre 1.800 y 2.500 euros, por lo que una vez retirada la exención también se verían muy afectados. "Esto perjudica al pequeño inversor, que era quien se beneficiaba de esta ventaja", afirma José María Mollinedo, secretario general de Gestha.