
La decisión de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, y los miembros del Comité de Mercado Abierto de no mover ficha la semana pasada tuvo un efecto inmediato en el billete verde. Con el índice dólar acumulando subidas de más del 8% en lo que va de 2015, el esquivo movimiento del banco central fue interpretado por algunos como un posicionamiento ante una implícita devaluación competitiva global. El retraso de la Fed en el alza llevó al euro a los 1,146 dólares y ayer volvió a perder los 1,12.
"Ahora que la Fed mantiene su política monetaria intacta, dada la caída en los precios de la energía y deflación mundial, los operadores miran a otros bancos centrales, como el Banco de Japón o el Banco Central Europeo, a la hora de mover ficha", explica Christopher Vecchio, estratega de divisas de DailyFX.
"Mientras que el Banco de Japón parece una opción obvia dada la continua lucha por encontrar un crecimiento constante y un repunta de la inflación, la atención del mercado parece estar centrándose más directamente en el BCE para determinar las secuelas directas de la Fed", añade.
La predilección de Yellen y sus chicos por lo que en la jerga financiera se conoce como ZIRP, véase una política de tipos de interés a cero, ha llevado a los expertos a moderar sus previsiones en lo que al dólar se refiere. De este modo, el consenso recogido por Bloomberg espera que el euro cierre el año en los 1,07 dólares, por lo que la caída de la divisa común podría ser de un 4,4% adicional. Esto a pesar de que en las dos últimas sesiones el euro se ha dejado un 2,1% frente al dólar y ha perdido el nivel de los 1,12 billetes verdes.
"Hemos ajustado nuestras proyecciones y retrasamos nuestra previsión de una paridad entre el euro y el dólar al primer trimestre de 2016", aclara Myria Kyriacou, estratega de divisas de Bank of America Merrill Lynch en Londres. Desde su punto de vista, la Fed pilló a los mercados con la guardia baja y ha dado a otros bancos centrales "licencia para aliviar". Bank of America Merrill Lynch estima que el euro terminará el año en los 1,05 dólares, un nivel que también comparten desde J.P. Morgan.
Precisamente, el estratega de divisas del banco, John Normand, estimaba que las recientes ventas registradas por el dólar serán "breves y poco profundas". Para Normand y su equipo, la decisión de la Fed no cambiará la narrativa para el dólar, que en cierta forma está imitando un movimiento similar al experimentado en junio de este año, cuando el banco central estadounidense rebajó ligeramente algunas de sus proyecciones y el dólar perdió alrededor de un 1,5% durante dicha semana.
Aún así, el billete verde seguirá su senda alcista. La fortaleza del mercado laboral hace inevitable que la Fed tenga que subir tipos en los próximos meses, la inflación subyacente alcanza el 1,8% en su lectura interanual y el estrés que siguen sufriendo muchos países emergentes seguirá provocando la devaluación de sus divisas.
Goldman espera la paridad
Desde Goldman mantienen sus previsiones intactas. El euro tocará la paridad con el dólar en los próximos seis meses y los 125 yenes. Los expertos del banco estiman que el euro alcanzará los 1,02 dólares a finales de 2015 y los 122 yenes, mientras que sus objetivos para los próximos doce meses mantienen al euro en los 95 centavos y los 130 yenes. El dólar podría subir un 16% en su cruce con la moneda única y hasta un 8% en su cambio con la nipona. Un margen nada desdeñable si tenemos en cuenta que David Kostin, estratega jefe de renta variable, mantiene un precio objetivo de 2.100 puntos para el S&P 500 a finales de año, un recorrido del 7%.