La semana pasada fue la más activa de todo el año en el segmento de las emisiones de cédulas hipotecarias aprovechando la apertura de la ventana de financiación a las compañías una vez que la crisis de Grecia está ya encaminada. Bankia no se ha querido quedar atrás.
Ayer completó una emisión de este tipo de deuda con la que consiguió levantar 1.250 millones de euros con un plazo de vencimiento de 7 años. La colocación se cerró a un precio midswap (referencia del mercado) de 45 puntos básicos y una rentabilidad anual del 1,14%.
Este tipo de interés supone rebajar al de la última subasta del Tesoro, aunque esto no es algo extraño en este tipo de deuda. Las cédulas hipotecarias son el instrumento financiero más seguro que tienen las entidades y está avalado por más de dos siglos de vida en Europa sin un solo impago. Bankinter, por ejemplo, emitió la semana pasada cédulas también a siete años y pagó un interés del 0,875%, 25 puntos básicos por debajo de Bankia.
"El objetivo de Bankia con la emisión ha sido aprovechar el actual entorno de tipos bajos para colocar una nueva referencia a medio-largo plazo, reforzando su posición de liquidez", ha dicho el director de Financiación y Tesorería de Bankia, Fernando Cuesta.
La subasta fue un éxito de demanda, que alcanzó los 1.900 millones de euros, con peticiones de más de 90 inversores. De ellos, el 85% han sido internacionales, mientras que el 15 % están radicados en España. Entre los extranjeros, el 31% son de Alemania, frente a un 29% de Reino Unido e Irlanda. El resto estaban distribuidos entre varias nacionalidades.
Por tipo de inversor, un 51% han sido gestores "asset managers"; un 32%, bancos centrales y agencias; un 8%, compañías de seguros y pensiones; un 5%, bancos, y el 4% restante otra clase de inversores.
Las entidades encargadas de la colocación han sido Bankia, Barclays, Commerzbank, HSBC y SG CIB, ha explicado la entidad, que ha recordado que es la segunda emisión de cédulas hipotecarias que realiza este año
