
La incertidumbre electoral que se presenta hasta noviembre complica los próximos meses de un Ibex que ya es el más rezagado de las principales bolsas europeas en lo que llevamos de ejercicio.
Decía el alpinista francés Georges Livanos que "lo esencial no es escalar rápido sino durante mucho tiempo". Con el espectacular arranque de año que había protagonizado la renta variable europea muchos selectivos habían conseguido coronar sus picos más altos. Sin embargo, las incertidumbres que han estado moviendo al mercado, por ejemplo la situación griega, han provocado más de un descenso. De hecho, el alpinista que más lo está notando es el Ibex 35 que es el más rezagado. Para muestra un botón: el índice de referencia español gana en el año poco más de un 9%, mientras que otros como el EuroStoxx 50, el Dax alemán o el Cac francés suben entre un 13% y un 18%.
En este contexto, el mercado español tiene una piedra más en el camino, la inestabilidad política, siendo las elecciones generales de noviembre una cita clave para el devenir del índice. "Es cierto que la incertidumbre sobre la situación política va a pesar en la evolución de la bolsa española. De hecho, durante este año éste ya era un factor clave para explicar la peor evolución del Ibex 35 en relación a otras plazas europeas. Ni siquiera el hecho de tener unas perspectivas de crecimiento muy superiores a otros países ha servido para contrarrestar el miedo a la situación política. Si ese temor desapareciese, apostar por la bolsa española sería más que razonable en el contexto económico actual", afirma Jesús de Blas, de Mercagentes.
Ahora bien, ¿qué es lo que puede ocurrir en los próximos meses? Joan Cabrero, jefe de estrategia de Ecotrader, explica que "desde octubre del año pasado se ha asistido a dos grandes movimientos alcistas. Lo normal son tres y en esta última semana se ha producido un ajuste del segundo tramo alcista. Por tanto, la principal hipótesis es que el mercado ataque ese tercer tramo en cuyo caso el Ibex alcanzaría los 12.000 puntos". No obstante, si se pierden los 11.200 puntos este ascenso "se dilataría en el tiempo".
Es más, este soporte marca "la línea divisoria que separa un escenario alcista de uno potencialmente bajista" y cuya cesión podría llevar al índice hasta los 10.900/10.600 puntos. El experto clava su bastón en los 11.600 puntos como zona en la que "el segmento alcista tomaría cuerpo". Con este escenario por delante ¡mucho ojo! porque coronar el pico de los 12.000 puntos es sinónimo de vender. Ecotrader, el portal de estrategia de inversión de elEconomista, "reduciría la exposición de manera importante", que actualmente se encuentra en el 80 por ciento. Por tanto, para cosechar ganancias hay que acompañar al Ibex en esta subida hasta una zona que no supera desde el año 2010.
En este sentido, Juan Martín, director de MFS Investment Management, espera que de aquí a final de año "el mercado vaya con un pico de sierra muy marcado". "Esperamos una replica del último trimestre de 2014, los mercados parece que fueron al unísono y al final empezaron a corregir, quizás no tan marcadamente, pero si que empecemos a ver estos picos de sierra", explica.
Demasiado optimismo
En estos momentos, el Ibex se enfrenta a tres escenarios que abren tres rutas diferentes: alcanzar los 12.000 puntos, caer hasta los 10.600 puntos o quedarse lateral entre ambas cotas. Y, según una encuesta realizada a los lectores de elEconomista, hay un excesivo optimismo, ya que el 43% se decanta por la superación del 12.000, del que el Ibex se encuentra a un 7%. Mientras, un 39% cree que el selectivo se mantendrá lateral y sólo un 19% que testará la parte baja del rango.
A pesar de la inestabilidad política, la renta variable cuenta con varios factores que soplan a su favor. Por un lado, las inyecciones de liquidez que continuará haciendo el Banco Central Europeo (BCE) hasta, por lo menos, mediados de 2016. "La compra directa de bonos está presionando a la baja la rentabilidad de la renta fija, por lo que los inversores se ven obligados a recurrir a la renta variable para obtener algo de rendimiento, hecho que esperamos que beneficie al selectivo español. Otro efecto de la intervención del BCE es la debilidad del euro, que hace más competitiva las exportaciones y beneficia a las empresas europeas", indica Manuel Pinto, de XTB. Por otro lado, "las mejores perspectivas macroeconómicas tendrán como efecto la mejora en los márgenes de beneficio de las empresas cotizadas, hecho que esperamos que sea bien acogido por los inversores", prosigue el analista.
Sin embargo, "si en las semanas previas a las elecciones las encuestas apuntaran hacia un muy buen resultado de Podemos y una bajada notable en el bipartidismo, sí que podría ir descontándose un panorama político incierto, y un peor comportamiento de los activos españoles", recalca Daniel Pingarrón. Una postura que también apoya Estefanía Ponte, de Cortal Consors, que espera "un comportamiento peor frente al resto de índices europeos. Será clave cómo se desarrollan las distintas alianzas y qué políticas implantan. La posibilidad de un resultado similar en las elecciones generales pesará sobre el selectivo español. En este contexto, optaríamos por centrar nuestra estrategia en sectores ajenos a decisiones políticas".
En este sentido, José Luis García, analista de Dif Broker, señala que "los sectores que se pueden ver más penalizados en bolsa por la expectativa de un gobierno de izquierda pura serían el bancario y el energético". "Habría que buscar empresas que tengan su negocio diversificado geográficamente, y algo que premia el mercado son las ratios de deuda, es por ello que quizás para capear el temporal diríamos que Repsol o Iberdrola serían dentro de las energéticas las que mejor comportamiento muestren, manteniendo el crudo constante", explica García. En cualquier caso, el experto matiza que "el tema de las elecciones pesará algo", pero no cree que "sea algo relevante que haga mover al mercado en una dirección contraria a lo que puedan hacer el resto".
Por su parte, Victoria Torre, analista de Self Bank, apunta, entre otros, al sector inmobiliario. "Los inversores extranjeros que tanto han contribuido a dar soporte al sector podrían cambiar de opinión y huir de nuevas inversiones para evitar incertidumbres", explica Torre. Asimismo, señala que también lo pasaría mal el sector eléctrico, "que es uno de los más sensibles a los cambios de gobierno por su fuerte dependencia del marco regulatorio".
Además, añade que una posible subida de la prima de riesgo supondría "nuevas dificultades a la hora de encontrar financiación en los mercados de capitales, encareciéndose así los costes financieros de las empresas".
Por su parte, Gonzalo Recarte, gestor de carteras de Saxo Bank, coincide al indicar que "los sectores que pueden salir más perjudicados son los que tienen una mayor regulación (eléctricas y gasistas) así como el sector bancario más expuesto a mercado crediticio nacional". Mientras, Natalia Aguirre, analista de Renta 4, indica que las constructoras pueden verse por "la posible pérdida de contratos de servicios, al haber menor concesión privada". Asimismo, señala a los bancos por "diversos riesgos, como la prohibición de desahucios, dación en pago y un posible incremente de inseguridad jurídica".
Retraso en la mejora de beneficios
Otro de los handicaps que presenta el Ibex 35 con respecto a la bolsa europea es el retraso que acumula en la recuperación de las previsiones de beneficios. A principios de mayo el conjunto de las compañías del EuroStoxx 50 logró por primera vez en más de dos años mejorar su previsión de beneficio en el trimestre. De este modo, en los últimos tres meses las perspectivas de beneficio del índice europeo se han elevado un 1,8%.
Mientras, en el último trimestre la previsión de ganancias para 2015 del selectivo español ha sufrido un retroceso del 3%. Si bien es cierto que las perspectivas no caen tanto como hace unos meses. Y es que los expertos coinciden en señalar que la caída del precio del petróleo y la debilidad del euro ha servido como impulso para las firmas europeas.
Daniel García, analista de XTB, asegura que el retraso de España frente a Europa en la mejora de las previsiones "probablemente se debe a que la debilidad del euro beneficia mayormente a empresas exportadoras". "Si bien es verdad que España tiene grandes empresas con presencia internacional, las grandes empresas del selectivo no se caracterizan especialmente por ser grandes exportadoras con una gran exposición al dólar", completa García.