
Los efectos de la revalorización del dólar no dejan de sucederse. La implantación del QE del Banco Central Europeo, a la par que la retirada de estímulos en Estados Unidos, donde se espera una subida de los tipos de interés, ha llevado a la divisa estadounidense a subir frente al euro más de un 21% en el último año (ya hay casas de análisis como Goldman Sachs, ING o Credit Suisse que esperan que el euro baje de la paridad en 2015). Contra otras divisas como el yen, la libra esterlina o el franco suizo ha escalado más de un 14, un 9 y un 7%, respectivamente.
Una realidad que se dejará sentir en las cuentas de las compañías. Al menos así lo esperan los expertos, ya que, según FactSet, para el primer trimestre de 2015 en el conjunto del S&P 500 se prevé un deterioro de las ganancias del 4,8%. Se trataría del primer descenso desde el tercer trimestre del año 2012, con las exportadoras como principales protagonistas.
Y es que los analistas estiman una caída en el beneficio del 11,6% en aquellas firmas con más de un 50% de su negocio fuera de las fronteras estadounidenses. Por contra, en aquellas que dependen más del mercado doméstico, la evolución será plana, ya que no prevén cambios.
Un contexto, por otro lado, lógico. Piense que si hace un año una firma obtenía un beneficio de 1.000 millones de euros, al cambio se habrían convertido en unos 1.400 millones de dólares. Ahora, esa misma cifra se reduciría hasta los 1.100 millones. En el lado de los ingresos, las diferencias se acusan más. Mientras que en aquellas firmas que facturan más de un 50% fuera de Estados Unidos, se prevé un retroceso del 10,2%, en los grupos que producen más de la mitad de sus ingresos en la primera economía del mundo se cree que habrá una mejora de las ventas del 0,6%. Para el conjunto del índice norteamericano, el saldo es una caída del 2,8%.
A este respecto, de aquellas compañías del selectivo que han emitido previsiones, un 84% ha rebajado la estimación del beneficio por acción (BPA), una cifra muy superior a la media de los últimos cinco años (un 64%). De hecho, la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, señaló la semana pasada que la subida del dólar aleja al banco central estadounidense de sus objetivos y está encareciendo las exportaciones.
Un sector 'apagado'
Eso sí, la caída de los beneficios tiene nombre propio, la energía que es el sector que se lleva el golpe más duro, ya que si a principios de año el cosenso de mercado preveía un descenso del 29,5% en el beneficio, ahora ese recorte asciende hasta el 63,5%. Por tanto, este sector se convierte en el principal lastre del S&P 500, ya que sin tenerlo en cuenta, las ganancias del selectivo pasarían de caer un 4,8% a crecer un 3,1%. Basta con mirar a una firma como la petrolera Anadarko, muy perjudicada por la debacle de los precios del petróleo. Si cuando comenzó el presente año se esperaba un beneficio para el primer trimestre de 460 millones de dólares, ahora se estiman unas pérdidas por valor de 200 millones de dólares.
Acercando la lupa, se puede observar como en otros valores el deterioro es contundente. Es el caso de Intel, que genera en torno a un 17,2% de sus ventas en Estados Unidos (más de un 60% proviene de Asia). Así, los analistas han recortado su estimación de beneficio para el primer trimestre de 2015 en más de un 20%. Lo mismo ocurre, a una escala menor, con McDonald's o IBM, que facturan menos de un 35% en el país que preside Barack Obama. En este sentido, los bancos de inversión han sacado la tijera para los tres primeros meses del año y han rebajado sus previsiones más de un 11 y un 8%.