
Los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han decidido mantener los tipos de interés en el 0,25% en su reunión mensual de diciembre, la última del año. La institución que preside Mario Draghi ha cumplido con las expectativas del mercado, que no auguraban cambios con respecto al precio oficial del dinero, tras la rebaja histórica del pasado 7 de noviembre.
Pero lo más destacado era ver qué pistas podía revelar Draghi acerca de adoptar políticas monetarias no convencionales. La insistencia que han mostrado distintos miembros de la entidad en las últimas semanas al proponer diversas medidas heterodoxas invita a pensar que desde la institución están buscando vías para elevar la liquidez en el sistema y favorecer el crédito a las pymes.
Pero no ha habido novedades, salvo una ligera revisión de las previsiones de crecimiento al alza y corrección a la baja de las relativas a inflación.
Eso sí, Draghi se ha referido a la posibilidad de lanzar un nuevo programa de inyecciones de liquidez a la banca, sobre la que ha dicho que si si se produce una nueva operación de refinanciación a largo plazo se asegurará que se usa para la economía.
Draghi ha señalado en rueda de prensa que las dos operaciones de refinanciación a largo plazo (LTRO) acometidas hasta ahora "estaban justificadas" y tuvieron éxito. No obstante, el presidente del BCE ha hecho hincapié en que los bancos de la zona del euro utilizaron esos préstamos para comprar deuda estatal y que el dinero no llegó a la economía real.
Entre otras de las las propuestas heterodoxas de las que se había hablado, se encuentra la de gravar la facilidad de depósito a la banca, que permite a las entidades aparcar su exceso de liquidez y que ahora mismo se sitúa en el 0%, después de que el BCE haya decidido mantenerlo estable también.
Respecto a esta medida, Draghi ha indicado que los miembros del Consejo de Gobierno del BCE discutieron brevemente esta opción. "Tuvimos una breve discusión sobre la tasa negativa a los depósitos, pero sólo fue eso, una breve discusión", ha puntualizado el presidente.
Dos opciones que serían revolucionarias para el BCE, pero que no han llegado en esta reunión más que en forma de globos sonda, una práctica que por otra parte se ha probado efectiva, atendiendo al ejemplo del pasado verano cuando Draghji pronunció la ya conocida frase: "Haré lo que sea por salvar el euro y créanme, será suficiente".
"La cuestión clave es si el uso de cualquiera de estos instrumentos estaría justificado o no por las perspectivas de inflación a medio y largo plazo", ha sentenciado Draghi.
Revisión de previsiones
En concreto, la institución ha mejorado ligeramente su previsión de crecimiento para la Eurozona en 2014 hasta el 1,1%, lo que supone una décima más que su anterior pronóstico de septiembre, mientras que ha reiterado su expectativa de que la actividad caiga un 0,4% este año.
De cara al año 2015, el instituto emisor de la Eurozona contempla una aceleración de la recuperación en la región que permitiría una expansión del 1,5%.
Por otro lado, el BCE ha revisado a la baja sus anteriores previsiones de inflación para este año y el próximo. De este modo, espera que los precios aumenten en 2013 un 1,4%, una décima menos de lo esperado en septiembre, mientras que en 2014 espera que la inflación armonizada sea del 1,1%, dos décimas por debajo de su anterior pronóstico.
Asimismo, el BCE ha hecho pública su primera estimación de inflación para 2015, cuando espera que los precios registren una subida armonizada del 1,3%.
Las nuevas previsiones del BCE se conocen después de que la economía de la Eurozona haya registrado un crecimiento del 0,1% en el tercer trimestre respecto a los tres meses anteriores, cuando la expansión fue del 0,3%, mientras la tasa de inflación se situó en el 0,9% en noviembre.