
La reunión que celebrará el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) podría saldarse sin grandes cambios. Después de hacer historia el pasado 7 de noviembre con una rebaja de los tipos de interés hasta el 0,25%, los expertos no esperan cambios, en lo que sería una sesión de transición. Subasta a largo plazo, tipos en negativo... ¿Dará alguna sorpresa el BCE?
Todos los analistas encuestados por Bloomberg creen que la institución mantendrá sin cambios el precio oficial del dinero, aunque la clave en esta reunión podría estar en el espacio de las políticas monetarias no convencionales.
La insistencia que han mostrado distintos miembros de la entidad en las últimas semanas al proponer diversas medidas heterodoxas invita a pensar que desde la institución están buscando vías para elevar la liquidez en el sistema y favorecer el crédito a las pymes.
Entre las propuestas se encuentran la de gravar la facilidad de depósito (herramienta que permite a la banca aparcar su exceso de liquidez), así como lanzar un nuevo programa de inyecciones de liquidez a la banca (LTRO, por sus siglas en inglés), condicionado a que éstos destinen los fondos a conceder préstamos a las pymes.
Dos opciones que serían revolucionarias para el BCE, pero que, salvo sorpresa, no llegarán en esta reunión. El cien por cien de las casas de análisis consultadas por Bloomberg esperan que la entidad mantenga sin cambios la facilidad de depósitos. "Este jueves no habrá subidas ni bajadas de tipos, porque el tema más caliente sobre la mesa del BCE es la conveniencia o no de una tercera LTRO", explica Miguel Ángel Villoslada, gestor de fondos de fondos en TREA Capital Partners.
Medidas que también irían orientadas a estimular la liquidez en el mercado. Punto que es uno de los que está vigilando el BCE en los últimos meses, como ha venido remarcando su presidente, Mario Draghi, en las últimas reuniones de la entidad.
El crecimiento de la oferta monetaria M3 se sitúa en el nivel más bajo de los últimos dos años, lo que podría preocupar a los miembros de la entidad. La relajación de la caída del IPC de las últimas sesiones ha disipado el serio riesgo desinflacionista al que se enfrentan algunos países de la Eurozona, lo que podría quitar presión al BCE para que adopte más medidas.