
Jornada de mucha volatilidad en los mercados europeos, donde finalmente se impuso la consolidación, con caídas también en Wall Street. El selectivo español, que llegó a subir más del 1,5%, cerró con un caída del 0,8%, hasta los 7.006,9 puntos, tras haber oscilado entre un máximo de 7.175,2 enteros y un mínimo de 6.985,5 puntos. Los inversores movieron 3.391 millones de euros en todo el parqué. Mientras, la prima de riesgo subió 15 puntos básicos, hasta los 430 puntos.
"Al cierre de la sesión lo más destacable ha sido ver como una jornada de relativa calma ha vuelto a derivar en tempestad en cuanto Wall Street abrió sus puertas", comenta en Ecotrader Joan Cabrero, analista de Ágora Asesores financieros.
"La cesión de los mínimos marcados ayer lunes al otro lado del Atlántico ha provocado una continuidad en la fase correctiva que definen los principales índices norteamericanos estas últimas fechas y aquí en Europa ha habilitado que lo que podría haber sido una clásica jornada de consolidación se haya convertido en un nuevo test de la fortaleza de unos alcistas que siguen sin ser capaces de mantener el tono dos días consecutivos", añade este experto.
El peor valor de la sesión fue IAG, que cedió un 6,7%, , seguido de ACS, con un 5,34%, Bankia con un 4,76% y Mediaset con un 3,76%. Entre los grandes, Repsol perdió un 1,93%, Iberdrola un 1,59%, Santander un 0,78%, Inditex un 0,69% y BBVA un 0,68%. Telefónica, por el contrario, avanzó un 0,31%, mientras que el mejor valor de la sesión fue Caixabank, que avanzó un 1,21%. (Un vistazo al Ibex 35, al Eco 10 y al resto del mercado)
En todo caso, analíticamente nada ha cambiado en Europa, ya que se mantienen de forma generalizada los mínimos marcados ayer, el nivel a vigilar en el que se localizan los soportes que no deberían perderse en un contexto de reestructuración alcista. "De hecho, como señalábamos ayer, los mínimos vistos el lunes coinciden en muchos índices sectoriales con soportes clave cuya cesión confirmaría un importante deterioro en sus posibilidades alcistas", concluía Cabrero.