Bolsa, mercados y cotizaciones

La renta variable necesita de la buena salud de los bancos: ¿dónde están los puntos rojos del sector?

Desde que el primer día de octubre, el índice más importante del parqué estadounidense, el Dow Jones, conquistara una nueva mejor marca en sus más que centenaria historia dejando atrás los miedos, en las bolsas mundiales ondea una bandera blanca. El mercado se está tomando un tiempo de reflexión para determinar si deja a un lado la guerra encarnizada que han emprendido contra la banca.

Los inversores se vistieron de armas a mediados de agosto, por culpa del aumento de la morosidad norteamericana, que provocó la quiebra de algunas entidades hipotecarias y de varios productos de inversión que invertían en deuda emitida por estas compañías.

Las cuentas trimestrales, punto de inflexión

Pero cuidado, mire muy bien por dónde pisa a partir de ahora. La bandera blanca no significa que los inversores se hayan rendido ante la evidencia de que la crisis ha sido superada si no, más bien, se planten si no habrían exagerado su impacto en los resultados de los bancos.

La temporada de presentación de cuentas trimestrales está comenzando y las finanzas son un pilar básico para el 72% de los mercados más importantes del mundo. Si las tornas vuelven a cambiar, ojo porque existe riesgo. Practicamente todos los indicadores de la zona euro son extraordinariamente dependientes del sector financiero -bancos, aseguradoras y empresas de servicios financieros-, aunque las firmas de inversión hayan sido especialmente duras con las entidades españolas desde que estallara la crisis en Estados Unidos.

Es innegable que la buena salud del Ibex 35 está directamente relacionada con sus bancos, que representaban casi un 34,64% valor total índice antes de la salida de Endesa (ELE.MC), pero cobra más importancia para su hermano italiano, el Mib 30, porque ese peso aumenta hasta el 43%, o para el irlándes.

Quien esté libre de 'pecado'...

De hecho, si no se tiene en cuenta el tipo de negocio de cada una de esas entidades, sólo cinco índices entre los principales del mundo podrían tirar la piedra. El mexicano Mexbol, el brasileño Bovespa, el japonés Nikkei o y los norteamericanos Dow Jones y Nasdaq 100 son de los pocos indicadores que pueden presumir de que están preparados para escapar a los males de las finanzas, ya que este sector no representa más de un 15% de su mercado.

El resto, con la bolsa rusa a medio camino -el financiero es el segundo sector más importante de su mercado, pero sólo representa un 18,68% del índice RTS-, depende, y mucho, de estas empresas. Especialmente, el Hang Seng, el indicador más importante de la renta variable china que cotiza en Hong Kong.

Este indicador es, dando la vuelta al globo terráqueo, el más dependiente de las finanzas, ya que las empresas del sector representan cerca de un 60% de su valor bursátil. En consencuencia, cuando saltó la crisis en agosto, el indicador se dejó un 7% en pocos días. Eso sí, a partir de ahí ha sabido resarcirse. Lo ha hecho tan contundentemente que no sólo recupera todo, si no que el 2 de octubre marcó un nuevo máximo histórico y ya acumula una rentabilidad este año del 39%. El chino no es el único gran indicador emergente obsesionado con del sector financiero.

Los tres principales índices de Europa del Este, el WIG 20 polaco, el índice general de la bolsa checa y su hermano húngaro, se encuentran en una situación similar ya que, en todos los casos, el sector representa más de un 30% del conjunto del valor del índice. Con ese porcentaje, estos parqués se cuelan en el amplio grupo de mercados a los que no les conviene nada que la crisis financiera se recrudezca.

Los trapos sucios, en casa

Que los problemas de las hipotecas basura saltaran en Estados Unidos tuvo un efecto inmediato: que todos los ojos se volvieran a Europa en busca de posibles víctimas. Y no es raro si se observa el campo de minas financieras que existen a lo largo y ancho del Viejo Continente. En todas estas bolsas es practicamente imposible toparse con un parqué en el que el sector financiero no sea el cuerpo de élite de su ejército: lo es en el Reino Unido, Irlanda, España, Portugal, Francia, Alemania, en Holanda, en Grecia y también en el conjunto de la zona euro.

Su índice más representativo -el compuesto por las cincuenta empresas más importantes de la Eurozona-, tiene al sector financiero como su mejor aliado -o enemigo-, ya que su ponderación en el índice asciende hasta el 37,5%. El segundo sector más representativo, que es el comunicaciones -aquí entran todas las empresas de telecomunicaciones-, manda mucho menos, ya que su ponderación no llega al 14% del índice.

En Europa, los mercados mejor pertrechados para aguantar un nuevo envite de las subprime son el británico, el alemán y el francés. No porque sus bancos sean mejores que otros -de hecho los del Reino Unido están bajo sospecha después de los problemas de Northern Rock-, sino porque sus índices están mejor diversificados. Es decir, que si el sector financiero cayera, esos indicadores lo padecerían menos porque el peso específico de estos valores es inferior al 30%. Entre ellos, el que está menos expuesto es el Cac 40.

Menos es más seguridad

El índice francés es el que menos teme a los avatares de la banca. El conjunto de empresas financieras que cotizan en el Cac 40 cuentan con un peso específico del 22,26%, el más bajo entre los principales índices de la zona euro.

Además, el segundo y tercer grupo por importancia -los valores de consumo no cíclico y las empresas industriales- cuentan con una importancia conjunta del 30%, que es bastante superior. Gracias a este parapeto, en el caso de que el mercado volviera a castigar a la banca, estos valores podrían actuar de paraguas y amortiguar el descenso.

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