
De la frustración en una clase universitaria a convertirse en una de las startups de diseño más valiosas del mundo. La historia de Canva, la compañía australiana fundada en 2013 por Melanie Perkins, Cliff Obrecht y Cameron Adams ha conseguido cambiar en algo más de una década cómo crean millones de personas contenido gráfico. Para los creadores, enseñar a utilizar programas como Photoshop o Illustrator -de Adobe- era un quebradero de cabeza y, por eso, idearon la solución: un software accesible, intuitivo y basado en la nube. En menos de tres años de lanzar la idea al mercado, Canva ya estaba en el radar de los llamados unicornios tecnológicos.
Sin embargo, el verdadero salto a la fama de la compañía se produjo durante la pandemia: el trabajo remoto y la explosión del contenido digital dispararon el uso de la plataforma, consolidando a Canva en el mercado y convirtiéndola en una de las startups privadas más valiosas fuera de Silicon Valley.
Hoy, Canva cuenta con más de 240 millones de usuarios activos mensuales y más 3.300 millones de dólares en ventas anualizadas. La empresa ha apostado fuerte por la inteligencia artificial como palanca de crecimiento y mal no le está yendo. Con las nuevas innovaciones, busca ganar terreno a los gigantes consolidados como Adobe y Figma, recientemente valorada en algo más de 33.800 millones de dólares tras su salida a bolsa hace unas semanas.
Ahora, tras una venta de acciones privada entre empleados, Canva ha visto cómo su valoración de mercado se ha disparado más de un 30% desde los 30.000 millones hasta los 42.000 millones de dólares a medida que la incorporación de mejoras a través de herramientas de inteligencia artificial dan sus frutos. En abril, la compañía lazó un asistente conversacional de edición de fotos potenciado con IA con el objetivo de incrementar su cartera de clientes corporativos y alejarlos de Adobe.
"Esta ronda de financiación ha estado significativamente sobresuscrita", ha asegurado Cliff Obrecht, director de operaciones y cofundador de Canva. "La abrumadora demanda tanto de nuevos como de actuales inversores es un enorme voto de confianza en nuestro impulso y en la magnitud de lo que aún está por venir", ha sentenciado.
En los últimos meses, Canva ya ha dado señales de que podría estar preparándose para una eventual salida a bolsa. La empresa no ha confirmado un calendario, pero la reciente contratación de Kelly Steckelberg como directora financiera es significativa. Steckelberg fue CFO de Zoom Communications cuando la empresa debutó en bolsa allá por 2019, un movimiento que muchos interpretan como una señal clara de los planes de Canva en el medio plazo.
Las empresas privadas más valiosas
De la lista de las empresas privadas más valiosas del mundo, en la que están Canva y otras como Databricks, SpaceX de Elon Musk es con diferencia la compañía reina en este mercado con un valor estimado de 408.000 millones de dólares seguida por ByteDance (351.000 millones), OpenAI (312.000 millones), Stripe (98.000 millones), xAI (90.000 millones) y Anthropic (83.000 millones).
Si bien estas compañías dominan el mercado privado, ninguna de las cinco primeras ha confirmado una OPV inminente. De hecho, en el caso de SpaceX, se ha especulado con una escisión de su unidad satelital Starlink, pero Elon Musk no ha formalizado los planes de llevar ninguna parte del grupo al mercado.
OpenAI, creadora de ChatGPT, también ha considerado en los últimos meses la opción de cotizar en bolsa, pero tampoco ha presentado ninguna solicitud oficial hasta el momento.
Otros nombres en el radar
Más allá de todos estos grandes nombres, los expertos hablan de posibles operaciones protagonizadas por Celonis, una empresa de software de procesos empresariales y Deel, una plataforma de gestión de nóminas para equipos.
A esa lista se suma Genesys, un proveedor de software de experiencia del cliente potenciado por inteligencia artificial, que recientemente anunció una inversión combinada de 1.500 millones de dólares por parte de Salesforce y ServiceNow.