
Desde que Nvidia empezó con sus subidas frenéticas allá por 2023 la comparación con la gran burbuja de las puntocom siempre ha estado sobre la mesa. La enorme euforia que ha generado la inteligencia artificial, con las grandes tecnológicas avanzando a ritmos frenéticos y cualquier empresa relacionada con la IA siguiendo su estela, la duda respecto a cuánto podría durar este impulso y si habría una gran corrección estuvo siempre presente. Tras las últimas dos semanas, si bien no se ve un colapso, varios analistas están señalando que se acumulan coincidencias con las fases finales de aquel momento de frenesí que mostraría que los mercados entrarían en una etapa totalmente nueva.
Al menos esto es lo que defienden los analistas de Bank of America, en su último informe para sus clientes. La directora de estrategia cualitativa, Savita Subramanian, arrancaba su nota alegando que ahora esperan que el mercado de valores de un giro drástico desde las gigantes de megacapitalización a las pequeñas compañías. "Creemos que la tendencia (de grandes tecnológicas acumulando las ganancias) está cerca de terminar".
Según su análisis hasta ahora las 50 acciones más grandes del S&P 500 habían superado al índice en 73 puntos porcentuales desde 2015. Ellos definen esta época pues, incluso sin la explosión de la IA, consideran que en esa fase se dio una euforia importante con claras subidas que empresas como Alphabet, Apple, Microsoft o Amazon lideraron. La última racha que fue así de exuberante a favor de las grandes tecnológicas fue la de los años noventa antes del estallido. Sin embargo, justo antes del mismo, las acciones más pequeñas empezaron a tener un rendimiento superior en bolsa, siendo un indicador adelantado de lo que estaba por suceder, algo que se estaría empezando a ver ahora.
Esto se ve particularmente bien en el Rusell 2000 que desde junio acumula una revalorización del 11% y un 5,89% en lo que llevamos de agosto. En cambio, el S&P 500 avanzó un 9,09% desde junio y un 3,83% desde agosto. En ambos casos queda a las claras, en particular en el último mes, que las acciones más pequeñas de Estados Unidos están teniendo un desempleo superior.
Desde Capital Economics señalan precisamente que cada vez más gente dentro de Wall Street cree que la situación empieza a parecerse mucho a las últimas fases de la burbuja de las puntocom. "En aquel entonces, se produjo una rotación similar de empresas de gran a pequeña capitalización, pero con un alza en el mercado bursátil en general, hacia las últimas etapas de la burbuja". En resumen, dados los evidentes paralelismos entre las condiciones actuales del mercado y las de entonces, es evidente que no se debe ignorar ninguna señal".

James Reilly, analista de la firma, señala que no se trata solo de un giro hacia las empresas pequeñas, sino que hay otros dos elementos clave y que pasaron también en ese mismo punto, cuando todo parecía ir bien pero quedaba ya poco antes del colapso. En primer lugar, unas acciones cíclicas perdiendo frente a las defensivas y unas acciones 'value'(empresas basadas en su alto crecimiento, como las tecnológicas) perdiendo frente al growth (empresas baratas respecto a su valor contable, como energéticas o bancos)'.
El S&P 500 Value ha crecido el último mes solo un 3,31% frente al 3,32% del S&P 500 Growth. Si bien a diferencia de la comparativa del selectivo referencia con el Rusell 2000, aquí no hay una gran distancia, sí que es extraño dado que normalmente y por su propia naturaleza el primer sector suele marcar una evolución mucho más agresiva mientras que el segundo premia a sus accionistas no tanto con alzas bursátiles sino con otros mecanismos como dividendos o una mayor estabilidad.

Desde Capital Economics restan importancia a que esto sea necesariamente un colapso y dicen que estas tres coincidencias se han dado el 13% de las semanas del S&P 500, tres factores que alinearon también la semana pasada. Sin embargo, lo que prácticamente nunca ocurre es que suceda esto y el S&P 500 en su conjunto crezca, tal y como sucedió finalmente.
Desde Apollo, por su parte, sí ven un patrón "sorprendentemente similar" a la burbuja puntocom de finales de los 90. Torsten Slok, economista jefe de Apollo Management, en una nota a clientes el lunes. En su caso, además de la rotación hacia valores más pequeños también habla de la relación precio beneficios que en Tesla es de 200 y Nvidia de 60. Una situación "muy similar a la gran burbuja y, al igual que entonces, es muy probable que muchas empresas acaben quebrando". En su caso muestra la evolución general del S&P 500 (de los años 1996 a 2001) y los compara con la trayectoria 2023-2027, periodo que estiman que enfrentará la burbuja que creen que atraviesa la bolsa actualmente. "La situación hoy en día es sorprendentemente parecida".
Los operadores activan cláusulas del miedo
Este temor de un gran giro en Wall Street no es algo que solo estén viendo los analistas, el mismo dinero está actuando en consecuencia. Al menos eso es lo que reflejan los operadores de opciones que trabajan con muchos mayores riesgos y están expuestos a que un colapso bursátil les genere pérdidas mayores. En concreto estos están cada vez más tensos por el periodo que viene entre Jackson Hole y la publicación de los datos de Nvidia la semana que viene.
Los traders están "menos preocupados" por un "retroceso normal y corriente" y parecen estar más preocupados por una repetición de la liquidación de abril, dijo Jeff Jacobson, jefe de estrategia derivada en 22V Research Group, quien cree que es más probable una caída menos profunda.
En ese sentido, según indica 22V está habiendo un gran número de lo que llaman 'opciones al desastre', una herramienta financiera que actúa en la práctica como un seguro. Se paga una cantidad por una opción que sube de valor en paralelo a un Nasdaq 100 que cae, de este modo, compensar parcialmente una pérdida si hay un gran desastre bursátil. Según sus datos la contratación de esos contratos ligados al Nasdaq 100 ya está en máximos de tres años.
A diferencia de invertir en corto, en este caso hay un límite a las pérdidas si, por ejemplo, el Nasdaq sube mucho, a diferente de invertir en corto, donde las pérdidas son potencialmente ilimitadas. La pérdida se limita a la prima que se paga y ese es el tope. Quienes más usan este tipo de productos suelen ser fondos de inversión.
"La flexibilización (de la Reserva Federal) ha estado acompañada de que las grandes capitalizaciones se hayan quedado rezagadas más que adelantadas"
El motivo por el que crece la contratación de este tipo de herramientas es porque, más allá de un evento como DeepSeek o un giro dramático, en 22V comparten la misma sensación de que hay un giro que está alarmando al mercado. "Hay más nerviosismo ante una (posible) rotación desde las grandes capitalizadas hacia otros sectores que se están quedando atrás".
Este proceso seguirá avanzando a medida que los menores tipos de interés den un espaldarazo a las empresas más pequeñas, que son las más sensibles a los mismos al tener menor capacidad de adquirir liquidez. "La flexibilización (de la Reserva Federal) ha estado acompañada de que las grandes capitalizaciones se hayan quedado rezagadas más que adelantadas", escribió Subramanian. Se espera que Powell anuncie nuevos ajustes a la baja del 'precio del dinero' este mismo mes de septiembre y que haya entre dos y tres recortes para todo el año.
Haya burbuja o no, lo que está claro es que el mercado empieza a ver ya grandes coincidencias que están acumulando con aquella gran burbuja y el dinero está actuando en consecuencia. Aunque muchos dudan de que los paralelismos sean suficientes nadie duda de que hay que andar con piés de plomo.