
El terremoto de Donald Trump todavía no ha pasado en el mercado. Las réplicas a la crisis de los aranceles pueden llegar en cualquier momento y, a pesar de lo que "peor" ya ha podido pasar, el segundo semestre del año todavía puede ofrecer una sorpresa que otra. Esa es al menos la opinión de Silvia García-Castaño, directora de inversiones de Lombard Odier en España, quien en conversación con este diario asume que, en estos momentos, volver a la bolsa es la estrategia de inversión acertada.
¿Cuál es su visión de mercado para la segunda mitad del año?
Creemos que ya hemos pasado lo peor, aunque seguirá habiendo volatilidad. En EEUU esperamos que los aranceles se estabilicen en torno al 14% y que esto tenga efectos tanto en la inflación como en el crecimiento. Prevemos bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed), posiblemente de entre 50 y 75 puntos básicos este año y otros 75 en 2026, con un tipo neutral en torno al 3%. En Europa, vemos margen para dos bajadas más, hasta el 1,5% porque aunque el crecimiento esté siendo bajo, es suficiente, especialmente en un entorno donde los bancos centrales podrían volver a poner en marcha programas de apoyo a la economía.
¿Y en términos de asignación de activos?
Estamos sobreponderados en renta variable, especialmente en EEUU, por la capacidad de crecimiento y asignación eficiente de capital. También vemos valor en emergentes, especialmente en India, Corea y Taiwán, y estamos aumentando nuestra exposición a China tras años de mucha cautela. En renta fija, preferimos bonos de grado de inversión —sobre todo triple B— y mantenemos algo de exposición a bonos soberanos como base defensiva.
¿Qué sectores ven con más atractivo?
Servicios de comunicación, materiales, infraestructura y todo lo relacionado con la sostenibilidad: tratamiento de agua, reciclaje, acceso a servicios básicos. También apostamos por estrategias alternativas, como global macro o long/short equity. Y aunque hemos reducido exposición, seguimos creyendo en el oro como diversificador.
¿Cuál es la realidad del negocio de Lombard Odier en España?
España es una plaza estratégica para nosotros, considerada "Tier 1" dentro del banco. Aunque somos una entidad suiza con más de 200 años de historia —la más antigua de Ginebra, propiedad de seis familias y ya en su séptima generación—, operamos en España desde 2008 y seguimos apostando fuertemente por este mercado. De hecho, el año pasado incorporamos cinco banqueros y seguimos en fase de expansión.
En un contexto de tanta competencia en banca privada, ¿cómo se logra crecer?
Hay dos vías de crecimiento: el orgánico, que está condicionado por la generación de riqueza —y en España está habiendo muchas ventas de empresas, por lo tanto, liquidez—, y el que se gana a costa de otros actores. En este sector, muchos tienen dificultades, y eso se traduce en oportunidades. Pero el verdadero diferenciador está en el modelo de negocio: necesitas eficiencia, y eso solo se consigue con buena tecnología y procesos integrados. Nosotros tenemos una plataforma tecnológica potente y una estructura que permite una gestión patrimonial sofisticada, eficiente y adaptada a las necesidades fiscales y patrimoniales del cliente.
Hablando de competencia, ¿les afecta la creciente presencia de banca privada andorrana o los procesos de concentración?
Es cierto que hay movimientos relevantes, como la compra de Tressis por Morabanc. El mercado está muy vivo, y sí, hay concentración, pero también siguen entrando nuevas firmas. La clave sigue siendo el servicio: diferenciación y cercanía.
¿Cuáles son sus objetivos de crecimiento?
No damos cifras por país, pero sí te puedo decir que nuestros objetivos son sostenibles y de largo plazo. No buscamos crecimientos agresivos como en la banca americana. Crecer con solidez, eso es lo que nos importa.
En un momento como el actual de cambio con la irrupción de la inteligencia artificial, ¿qué demandan los clientes?
Hay dos tendencias claras. Una es la fiscal: el impuesto de solidaridad, por ejemplo, ha generado demanda para estructuras más eficientes, como private equity o vehículos personalizados. La otra es la tecnológica: la IA y las herramientas digitales son esenciales para ser más eficientes. Pero también hay que tener en cuenta que cuando los mercados caen, el cliente no llama a un robot, llama a su banquero. La tecnología apoya, pero la confianza humana sigue siendo clave.
¿Y en cuanto a gestión activa frente a pasiva?
Nosotros creemos firmemente en la gestión activa. La primera gran decisión es dónde estás invertido: en renta fija o variable, en qué geografía, en qué tipo de activo. Eso marca el 90% del resultado. A partir de ahí puedes utilizar gestión pasiva como herramienta, pero siempre sobre una base de análisis activo.