
La rentabilidad de los depósitos y cuentas remuneradas encadena varios meses de caídas, como consecuencia de los siete recortes consecutivos de tipos de interés que lleva ya el Banco Central Europeo (BCE). En este contexto, rentabilizar el ahorro con el propósito de batir a la inflación es cada vez más complicado. Muchas entidades han empezado a exigir mayor vinculación -como domiciliar una nómina o contratar otros productos- para acceder a mejores condiciones. Sin embargo, todavía quedan opciones atractivas sin letra pequeña. En el mundo de las cuentas remuneradas hay algunas, sin condiciones, con TAEs de hasta el 2,25%.
Entre las más atractivas por rentabilidad se encuentra la Cuenta Save de B100, el banco digital de Abanca, que ofrece una remuneración del 2,25% hasta 50.000 euros. Por ejemplo, en caso de tener un saldo en cuenta de 5.000 euros, el cliente obtendría 111,36 euros brutos en un año. En la entidad tienen otra original iniciativa: la Cuenta Health, en la que la remuneración sube al 3,2% a cambio de cumplir unas condiciones un tanto peculiares, que están encaminadas a mejorar la salud. Para obtener esa rentabilidad el cliente debe elegir un objetivo diario de pasos, de entre 6.000 y 20.000 pasos, o limitar el tiempo máximo que usa sus redes sociales.
En Pibank, que forma parte del Grupo Pichincha, también tienen una cuenta remunerada sin condiciones al 2,02%. La entidad aplica esta remuneración desde el primer euro, y no establece un saldo máximo a remunerar. Al ser una cuenta de ahorro no tiene ninguna tarjeta asociada, ni permite domiciliaciones, pero se puede retirar el dinero en cualquier momento, utilizando las transferencias gratuitas de la cuenta. En el caso de Banco Pichincha tiene una oferta similar, con una TAE del 2%.
Trade Republic, el neobanco alemán que ofrece ya en España cuentas con IBAN español, también ofrece un 2,02% sobre el efectivo en cuenta, sin límite. Esta entidad permite invertir en acciones y ETF (fondos cotizados) de todo el mundo, en bonos corporativos y gubernamentales o en criptodivisas.
Otra opción es la Cuenta Digital de Bankinter, que ofrece una TAE de hasta el 2,5% en función del saldo en cuenta. Hasta 24.999,99 euros ofrece una TAE del 2%. Si el cliente tiene entre 25.000 y 49.999,99 euros, la rentabilidad sube al 2,25%, y a partir de 50.000 euros escala hasta el 2,5%. "¿Esto significa que si tengo 50.000 euros se me aplicarán los 3 tramos de remuneración? No, si tienes 50.000 euros aplicaremos un 2,50% TAE sobre todo el saldo", explican en la web de la entidad.
En el resto de cuentas remuneradas sin condiciones, las rentabilidades ya son inferiores al 2%. Oscilan entre el 1,61% de la Cuenta contigo de Renault Bank, hasta el 1,2% de la Cuenta de ahorro de Wizink (ver gráfico). Le puede interesar: Indexa entra en el mercado de cuentas remuneradas con una rentabilidad del 1,5% indexada al BCE.
Entre las que sí las tienen, destaca la Cuenta no nómina de Bankinter, que mantiene en su catálogo una cuenta remunerada al 5% hasta 10.000 euros durante el primer año. El segundo año la TAE baja hasta el 2%. Este producto requiere cumplir ciertos requisitos, como domiciliar diez recibos al trimestre, realizar compras por importe de 3.000 euros cada año, o ingresar al menos 633 euros en la cuenta durante los primeros dos meses tras la apertura.
El impacto de dejar el dinero parado
Pese a que todavía hay opciones, los españoles guardan cerca de 900.000 millones de euros en cuentas corrientes tradicionales, que apenas generan intereses. En un contexto de inflación en torno al 2?%, esta inercia equivale a una pérdida silenciosa de poder adquisitivo. Cristina Casillas, experta en depósitos del comparador financiero HelpMyCash, lo ilustra con un ejemplo: "Si una familia tiene guardado 30.000 euros en una cuenta que remunera al 0,15%, en un año obtendrá apenas 45 euros brutos de intereses (apenas 36 euros netos tras pagar impuestos), mientras la cesta de la compra, la luz y el mantenimiento del coche le exigen 600 euros más que el año anterior. Esa familia habrá perdido, sin saberlo, 564 euros de capacidad de compra solo por la decisión silenciosa de no mover su dinero". Si se escala esta cifra a los 900.000 millones totales, la pérdida de valor asciende a más de 16.000 millones de euros de erosión patrimonial en tan solo doce meses. "Ese es el tributo que los hogares pagan por confundir liquidez con inercia", concluye Casillas.