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Europa se blinda… y gana: la defensa impulsa un crecimiento histórico en los márgenes empresariales

Un doodlebug "bomba voladora" V1 alemana de la Segunda Guerra Mundial en el Museo Eden Camp, en North Yorkshire. Alamy

Europa puede (y, sobre todo, quiere) vivir sin el apoyo militar de Estados Unidos, pero necesitará un cuarto de siglo para reemplazar a las tropas norteamericanas y el coste está lejos del gasto proyectado: un billón de dólares. Un estudio reciente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos proyecta un Viejo Continente sin el paraguas de EEUU en la OTAN, con la amenaza rusa en la frontera directa y con los países enfrentados sobre el camino a seguir en las décadas que viene.

El coste de reemplazo del equipamiento y personal estadounidense desplegado en estos momentos en Europa -cuenta con entre 80.000 y 100.000 soldados repartidos en diferentes países-, pero también con el que cuenta Washington en su propio territorio para poder salir en la ayuda de los viejos socios cuando fuera necesario es desorbitado. La lista, interminable: 400 aviones de combate táctico, 20 destructores, 24 misiles tierra-aire de largo alcance... Llenar el vacío dejado por Estados Unidos en Europa requeriría una combinación de tiempo, compromiso político a largo plazo e inversiones más ambiciosas de las planteadas hasta el momento.

Así, parece que el plan ReArm Europe con el que la Comisión Europea busca movilizar hasta 800.000 millones de euros en 4 años para fortalecer la infraestructura de los sistemas de defensa comunitarios se antoja insuficiente. El comisario de Defensa, Andrius Kubilius, alegaba en abril que se deberán asignar unos 100.000 millones de euros a la defensa en el presupuesto de la UE entre 2028 y 2034. De momento, una cuestión que debe comenzar a debatirse.

Según la OTAN, más de dos tercios (23) de los países miembros de la Alianza Atlántica han alcanzado ya el objetivo de gasto del 2% del PIB en defensa establecido en la cumbre de la organización en Gales (Reino Unido) en 2014. Algunas capitales, incluso, exceden este umbral por más de un 1%. Polonia ha aumentado su gasto en defensa del 2,7% del PIB en 2022 al 4,2% en 2024, y se proyecta que aumente al 4,7% en 2025. Por su parte, Alemania ha incrementado su gasto total en defensa, pasando del 1,38% del PIB en 2022 al 2% en 2024, con planes para aumentarlo potencialmente hasta el 3,5% Mientras tanto, los Estados Unidos de Donald Trump piden elevar este techo hasta el 5% sobre el PIB.

A todo esto, el mercado ha respondido con cierto entusiasmo. La industria en bolsa, al calor de la crisis del multilateralismo y las discusiones en los congresos nacionales sobre el presupuesto destinado a defensa, está en máximos históricos.

En el año, el índice sectorial Stoxx Europe Total Market Aerospace & Defence, que engloba a las cotizadas de la industria de la defensa en Europa, se ha revalorizado cerca de un 50% a pesar de las caídas de principios de abril que le llevaron a perder buena parte de lo ganado en el año. Desde entonces, en apenas dos meses, la capitalización del grupo se ha disparado más de treinta puntos porcentuales. Asimimo, la rentabilidad acumulada de algunos ETFs especializados, como el WisdomTree STOXX Europe Aerospace & Defence 3x Daily Leveraged. Desde su lanzamiento a principios de abril, la rentabilidad obtenida ha superado el 30%.

Una evolución en bolsa que proyecta un cambio de paradigma para los libros de cuentas de Indra, Rheinmetall, Saab, Thales o Leonardo. A nivel general, se estima un crecimiento combinado del ebit (beneficios antes de impuestos) cercano al 40% en los próximos dos años, según los datos de FactSet. Rheinmetall es la que apunta a ser la gran ganadora de los años de rearme que vienen. Con un incremento del ebit proyectado para el próximo año de más del 46%, la alemana sustenta esta evolución esperada en los contratos estratégicos ya firmados con Gobiernos como el germano y otros clientes europeos. En cuanto a la situación en bolsa, el PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) de 63 veces refleja unas expectativas agresivas de crecimiento, aunque el potencial es negativo (superior al -1%), lo que sugiere que gran parte del optimismo ya está descontado.

Al calor, la sueca Saab -fabricante de los cazas Gripen- podría disparar sus beneficios más de un 21,7%, impulsada por pedidos medianos en sistemas de defensa aérea y vehículos tras la firma de varios contratos de suministro de los aviones de combate con varios gobiernos latinoamericanos.

La española Indra, por su parte, es otro de los esperados nombres propios que podrían salir victoriosos del nuevo plan estratégico de Europa. El crecimiento en ingresos por la defensa a cierre del primer trimestre de 2025 fue del 18% alcanzando los 225 millones de euros. Su contrato de radares para fragatas F110 alemanas y el programa FCAS explican el incremento del 27,4% en nuevas contrataciones. Con todo y con ello, el PER de 19 veces y un precio objetivo para la acción por debajo de los niveles de cotización actuales señalan las preocupaciones del mercado sobre la dependencia excesiva de pocos megaproyectos.

Leonardo, la evolución de la defensa

Mejor pulso parece mostrar Leonardo, cuyos márgenes estiman una recuperación progresiva a lo largo de los próximos dos años con un crecimiento del ebit combinado hasta 2027 cercano a los 40 puntos porcentuales, principalmente por la demanda de helicópteros AW149 y los sistemas de guerra electrónica. De hecho, la división de electrónica para defensa aumentó sus ventas un 14% entre enero y marzo, alcanzando los 1.860 millones de euros.

No obstante, su elevada deuda neta -de más de 2.125 millones de euros- y la fuerte dependencia de los subsidios gubernamentales del Ejecutivo de Roma ponen en riesgo su evolución en los mercados. Para mitigar estos riesgos, la compañía estaría planteando el desarrollo de asociaciones en el área de estructuras mediante joint ventures tecnológicas con otros socios europeos.

Por su parte, Thales reporta un crecimiento orgánico del ebit del 5,7% para el próximo año, respaldado por los pedidos en sistemas de defensa electrónica y del sector espacial. Mientras que para el caso de la británica BAE Systems la situación financiera podría ser mejor -crecimiento del beneficio del 8,4% en 2026-, sobre todo, teniendo en cuenta los últimos contratos firmados con la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para la integración de sistemas fortalece sus flujos de ingresos recurrentes.

La necesidad ante Rusia

Un documento del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) estima que Europa podría necesitar 300.000 tropas adicionales y un aumento anual del gasto en defensa de, al menos, 250.000 millones de euros a corto plazo para disuadir a Rusia de entrar en una guerra con Europa, lo que representa una oportunidad de crecimiento significativa para todas estas empresas.

Además, las evaluaciones de la OTAN, Alemania, Polonia, Dinamarca y los estados bálticos dicen que Moscú podría estar preparada para atacar dentro de tres a diez años, lo que subraya la urgencia de la situación y la necesidad de mantener e incrementar las inversiones en defensa.

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