
Tras una década larga de apostar por la bolsa norteamericana, gracias al tirón de los grandes valores tecnológicos, Europa ha vuelto a atraer a los inversores, con una subida del 10% del Euro Stoxx 50 en el año, frente a la pérdida del O,64% del S&P 500. Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se ha producido un vuelco en las expectativas de crecimiento de la economía mundial, por la incertidumbre generada por la imposición de aranceles a China, que más tarde se han pausado.
Pero no son solo los gravámenes. Como se ha evidenciado este jueves, tras la venta de títulos de deuda norteamericana a muy largo plazo, que ha elevado su rentabilidad a máximos de dos décadas en el caso del bono a treinta años, las dudas acerca de un programa fiscal que propicia los recortes, en una economía con un ya de por sí elevado déficit, no dejan de aumentar, incluso en las filas del propio partido republicano.
Así que no es extraño que las firmas de inversión estén apostando por diversificar las carteras. Pero lo llamativo es que la gestora de un gran banco norteamericano, como JP Morgan AM, sea la que recomiende invertir en Europa por ser la región más "predecible y estable" a largo plazo, como señaló Patrick Thomson, CEO de JP Morgan AM para Europa, Oriente Medio y África. Y que lo haga de manera tan contundente durante el encuentro anual con medios de comunicación, celebrado recientemente en Londres.
Y, a su juicio, esta predictibilidad política, a diferencia de otras partes del mundo, es lo que hace de Europa "un lugar muy atractivo para invertir", lo que se está traduciendo en que la gestora esté experimentando un "fuerte interés" por los productos de inversión europeos.
No solo es la estabilidad del mensaje político, sino también la previsibilidad de las instituciones económicas, como el BCE o el Banco de Inglaterra, y su política de recortes de tipos. "Los gobiernos europeos tienen un objetivo muy claro de crecimiento económico, como ya se está empezando a ver en Alemania" con el programa de inversión en defensa e infraestructuras, aseguró Thomson, para quien la flexibilización de la regulación en determinados asuntos, como la sostenibilidad, también puede ser un catalizador.
En la misma línea se expresó Karen Ward, estratega jefa de mercados de JP Morgan AM para la región EMEA, quien subrayó que se está subestimando el potencial de crecimiento que tendrá para Europa una política fiscal más expansiva. "Quizá en los últimos años ha habido mucho optimismo con Estados Unidos y también demasiado pesimismo sobre Europa. Pero Alemania tiene el potencial de gastar una gran cantidad de dinero de forma muy rápida", subrayó Ward, quien recordó no obstante la necesidad de vigilar cómo se recoloca Europa en el nuevo orden internacional tras la desglobalización.
Jon Ingram y Alexander Whyte, gestores de renta variable internacional de la gestora, insistieron también en que aparte de los programas de inversión previstos, otro de los catalizadores para el crecimiento será la gran cantidad de ahorro que atesoran los europeos. Banca, sector tecnológico y small caps son su clase de activos preferidos.
Relacionados
- Las fusiones bancarias en Europa se reencuentran con su archienemigo: sus propios Gobiernos
- Las evidencias técnicas que sugerirían agotamiento comprador en Europa
- El primer ETF de defensa europea ya da un retorno del 20%: bate a las bolsas de la zona y a Wall Street
- Casi la mitad de los fondos activos de bolsa europea ya supera al Stoxx 600 en el año