
En un mundo donde la inteligencia artificial y la computación cuántica ocupan los focos mediáticos, existe una revolución paralela que avanza con menos estridencia pero con implicaciones igual o incluso más profundas: la revolución biotecnológica. Una transformación silenciosa pero imparable que está reescribiendo los fundamentos de la medicina, la genética y, en última instancia, de la propia condición humana.
Ya no hablamos solo de fármacos innovadores o de técnicas de diagnóstico más precisas, sino de reestructurar la vida desde su código fuente. La edición genética, la biología sintética, la reprogramación celular y las plataformas de ADN sintético están sentando las bases de un nuevo paradigma: curar enfermedades antes incluso de que se manifiesten, prevenir el envejecimiento celular, diseñar tratamientos hiperespecíficos para cada paciente o incluso almacenar información digital dentro de cadenas de ADN.
En este nuevo escenario, las empresas más disruptivas no son necesariamente las que tienen ingresos hoy, sino las que están construyendo plataformas con capacidad de escalar de forma exponencial en los próximos 10 o 20 años. Y es ahí donde entra nuestra mirada inversora de largo plazo: si hay un sector donde la disrupción puede generar retornos asimétricos en el tiempo, ese es la biotecnología avanzada.
Por eso, para la cartera que estoy diseñando con horizonte a 2050, con mis mellizos como beneficiarios, no puede faltar una exposición estratégica a esta tendencia. Aquí presento cuatro compañías cotizadas que, a mi juicio, están bien posicionadas para liderar la próxima era biológica, tanto por la tecnología que dominan como por el impacto potencial que pueden tener en la salud humana global.
CRISPR Therapeutics (CRSP)
CRISPR Therapeutics es pionera en el uso de la tecnología CRISPR-Cas9 para modificar el ADN con una precisión sin precedentes. Junto con Vertex Pharmaceuticals, ha desarrollado Casgevy, el primer tratamiento basado en edición genética aprobado por la FDA y la EMA para enfermedades como la anemia falciforme y la beta-talasemia. Esta aprobación no solo valida su enfoque, sino que abre la puerta a un arsenal terapéutico completamente nuevo contra cánceres, enfermedades autoinmunes y raras.
Operativamente, la zona actual de precios ya me parece adecuada para tomar una primera posición en esta compañía, siempre con una mentalidad de inversión a largo plazo. Su cotización ha vivido un prolongado proceso bajista durante los últimos años, pero todo apunta a que esa fase de desgaste está próxima a su final. En cuanto su curva de precios confirme un giro claro al alza y deje atrás esa tendencia bajista, lo ideal será aumentar exposición, acompañando lo que podría ser el inicio de una gran tendencia estructural de fondo. En compañías de este calibre tecnológico, lo más importante no es acertar con el mínimo, sino estar dentro cuando el mercado empiece a reconocer su verdadero potencial.

Intellia Therapeutics (NTLA)
A diferencia de CRISPR Therapeutics, que aplica la edición genética ex vivo (fuera del cuerpo), Intellia está desarrollando terapias in vivo, es decir, que editan directamente las células dentro del paciente. Su tecnología puede llegar más lejos, con aplicaciones en enfermedades hepáticas, neurológicas o incluso cardíacas. Su ensayo clínico más avanzado, NTLA-2001, para la amiloidosis por transtiretina, ha demostrado eficacia en humanos y puede cambiar el tratamiento de múltiples patologías.
Operativamente, si analizo la evolución de su curva de precios, observo una clara tendencia bajista desde los máximos históricos que alcanzó en 2021 en torno a los 200 dólares, que ha llevado a la acción a cotizar incluso por debajo de los mínimos del crash de 2020, perforando la zona de los 10 dólares. Este tipo de movimientos suelen marcar zonas de capitulación y suelo potencial de largo plazo. Por tanto, en estos niveles no me parece mal poner un primer pie, asumiendo la alta volatilidad que puede seguir presente a corto plazo. La clave será vigilar la formación de un giro alcista consistente: si se confirma un cambio de tendencia en próximos meses, lo razonable sería aumentar posiciones de forma progresiva. Estamos, posiblemente, ante una oportunidad de comprar esta joya de la edición genética a precios de derribo.

Sana Biotechnology (SANA)
Sana busca nada menos que reprogramar células humanas para curar enfermedades incurables, combinando edición genética, biología sintética y células madre. Está trabajando en terapias para enfermedades cardíacas, neurológicas y cánceres, y desarrolla plataformas propias como HIP (Hypoimmune Platform), que permitiría trasplantes celulares sin necesidad de inmunosupresores. Aunque aún en fases tempranas, su enfoque y la calidad de su equipo científico la hacen una opción de alto riesgo, pero potencialmente transformadora.
Operativamente, el caso de Sana Biotechnology guarda similitudes con el de Intellia: hablamos de una compañía que cotiza en zona de mínimos históricos, pero que podría estar en pleno proceso de construir un suelo de largo plazo. La zona de los 1,30 dólares, cerca de 1 dólar, ha comenzado a actuar como soporte técnico y psicológico, y no sería descabellado pensar que estemos ante la antesala de un giro alcista estructural. En este contexto, iniciar compras en niveles actuales con una estrategia escalonada, es decir, con la previsión de aumentar exposición únicamente si ese suelo toma cuerpo y se confirma un cambio de tendencia, es una decisión prudente, pero con visión ambiciosa. Estamos ante una opción asimétrica: el riesgo está acotado, pero el potencial a varios años vista puede ser extraordinario si su plataforma tecnológica prospera.

Twist Bioscience (TWST)
Twist no desarrolla medicamentos directamente, pero ofrece una infraestructura crítica para la biotecnología moderna: es líder mundial en síntesis de ADN a gran escala. Su plataforma permite crear cadenas de ADN personalizadas para investigación genética, vacunas de ARN mensajero, edición genética o incluso almacenamiento de datos biológicos. Ya trabaja con gigantes como Moderna, Ginkgo Bioworks y otras startups punteras. Si el ADN es el nuevo código, Twist es una de las impresoras más avanzadas del mundo.
Operativamente, en los últimos meses la cotización de Twist Bioscience ha desarrollado una corrección técnica que ha servido para desandar entre el 61,8% y el 66% de toda la subida previa, iniciada desde los mínimos de 2023 en los 11,30 dólares hasta los máximos recientes en la zona de 28-30 dólares. Esta proporción de ajuste es típica en tendencias alcistas saludables, por lo que en el entorno actual no me parecería mal poner un pie, siempre que comiencen a aparecer señales técnicas de agotamiento vendedor.
Ahora bien, si la presión bajista continúa y el valor pierde con claridad la zona de los 28 dólares, sería partidario de esperar una caída adicional hasta el soporte de los 20-22 dólares para aumentar exposición. En ese caso, no esperaría una figura de giro definida: ese rango constituye por sí solo una zona de compra estratégica, ideal para posicionarse en una compañía que lidera el sector del ADN sintético con visión a largo plazo.
