
Durante un largo periodo de tiempo la bolsa española ha sido un poco el patito feo de Europa. Los inversores siempre la valoraban menos que a otros parqués más consolidados como el francés o el alemán y, por descontado, el de Wall Street. Sin embargo, la salida de la crisis de la pandemia cambió el tablero de juego a uno en el que se ha favorecido más al sector servicios que a una manufactura mucho más presionada por la inflación, lo que han hecho destacar la gran fortaleza de la bolsa española, que siempre ha sido la banca, la construcción, infraestructuras y los servicios.
Y es que la economía española es la que más ha crecido en los últimos dos años dentro de la zona euro y también en la que se espera un mejor ritmo de cara a este año y el que viene, apoyada por el fuerte consumo doméstico, la menor exposición a EEUU y Rusia frente al resto de Europa y la inversión extranjera, lo que se está reflejando en la evolución del Ibex 35, que ya fue el año pasado el mejor del Viejo Continente junto al Ftse Mib italiano y que en estos primeros cuatro meses y medio del año también lidera las alzas continentales con un rebote de más del 20%, por delante del Dax y de la propia bolsa italiana otra vez.
El Ibex ha alcanzado este viernes un nuevo hito histórico al superar los 14.000 puntos por primera vez desde el año 2008, en plena crisis de Lehman Brothers, hace 17 años. Y lo ha hecho pese a que Trump ha amenazado con romper la tregua comercial en dos semanas por falta de personal para negociar con todos los países. En el plano técnico, la primera barrera que se presenta para el selectivo español es más psicológica que técnica, precisamente los 14.000 puntos. "Ya no me sorprendería que la fuerte subida de las últimas semanas llevara al Ibex 35 a la resistencia psicológica de los 14.500 puntos, que es el techo del canal que viene acotando la tendencia alcista desde los mínimos de 2022", explica Joan Cabrero, analista y estratega de Ecotrader.
1.000 puntos en tres meses
Estos últimos 1.000 puntos han sido costosos para el Ibex 35 ya que, desde que consolidó los 13.000, en el mes de febrero, ha tenido que superar una crisis de bolsa global al inicio de abril, después de que Donald Trump anunciase aranceles contra el resto del mundo en un movimiento que los inversores aprovecharon para hacer liquidez, y exponerse a otros activos, como pueden ser el euro o el oro.
Pero no siempre ha habido que esperar tanto para sumar un millar más a la cotización del índice español. Desde que tocó mínimos en 2012, por debajo de los 6.000 puntos, ha ido recuperando progresivamente el tamaño perdido con la crisis. De hecho los 7.000 y los 8.000 se recuperaron en ese mismo año. Al siguiente, en 2013, el Ibex culminó su remontada hasta los 9.000 puntos y los 10.000 puntos. El siguiente millar llegó en 2014, con la recuperación del euro y la distensión de las primas de riesgo periféricas. A partir de ahí se sucedieron varias crisis como el Brexit, la primera guerra comercial de Trump y, más tarde, la pandemia, que devolvió al Ibex a la zona de los 6.000 enteros. No obstante, desde esos mínimos tardó algo más de 4 años en doblar su valor y alcanzar los 12.000 puntos a finales del año pasado.
La foto cambia con dividendos
Para alguien que haya permanecido invertido en el Ibex 35 desde mayo de 2008, la última vez que colmó los 14.000 enteros, podría parecer que han sido 17 años perdidos como inversión, pero nada más lejos de la realidad. Si contabilizamos todos los dividendos cobrados en este periodo, la rentabilidad acumulada para el inversor supera el 100%. Es decir, habría más que doblado su patrimonio gracias al reparto de dividendos de las empresas, que en España, además es especialmente generoso en comparación con el resto de plazas europeas y con Wall Street. En este mismo periodo de tiempo de 17 años, el Dax alemán, que sí incluye los dividendos repartidos por sus compañías, se ha revalorizado un 270% mientras que el Cac francés tan solo se ha apuntado un 50% frente al 40% del EuroStoxx 50, aunque estos, eso sí, sin dividendo.
Pese a que el tono general del mercado es positivo y alcista de cara a los próximos meses, hay muchos analistas que creen que ya se ha hecho el año y que los fundamentales no apoyan que los múltiplos se sigan expandiendo pese a que la temporada de resultados en España y el resto de Europa, que ya está llegando a su tramo final, está siendo mejor de lo esperado.
"Nuestra hipótesis es que la guerra comercial provocará cierto debilitamiento del impulso del crecimiento mundial en el futuro e, incluso si la relajación de las tensiones comerciales se produce, esperamos una nueva corrección en la bolsa europea", advierten desde Bank of America. "Los mercados se tomaron bien las noticias sobre el comercio, volviéndose más optimistas incluso en Europa y descartando los recortes del BCE y nosotros creemos que la actual configuración de los aranceles y la incertidumbre política conducirán a un crecimiento nulo en el segundo semestre y a una inflación elevada y persistente que llevará al BCE a tener que seguir reduciendo los tipos hasta el 1,25% a final de año", concluyen.