
Aunque cada crisis tiene sus particularidades y ninguna es exactamente igual que otra, la historia dice que de todas, antes o después, se termina saliendo. En bolsa la crisis suelen acarrear caídas que abren mercados bajistas, que son aquellos que empiezan después de un desplome de más del 20% desde un máximo y que, según la teoría, está determinado por un sentimiento pesimista entre los inversores y una tendencia de las bolsas a la baja.
Pero un mercado bajista no tiene por qué implicar que no se pueda obtener rentabilidades positivas, tal y como indica la historia. De media, estos mercados (refiriéndonos al S&P 500, la referencia en EEUU), han durando 402 días naturales, según apuntan desde Capital Group. Esto es, algo más de 13 meses, con lo que hasta 2026 no se esperaría que las bolsas lo dejasen atrás.
Según explican los expertos de Capital Group, los mercados bajistas en EEUU se dan cada seis años. La última vez que sucedió en Wall Street fue enero de 2022, con lo que esta vez, estadísticamente hablando, se ha adelantado en torno a tres años. No obstante, en la historia reciente ha habido más volatilidad. Atendiendo a lo que ha sucedido en Wall Street en lo que va de siglo, se pueden contabilizar hasta siete mercados bajistas, desde la burbuja puntocom, época en la que hubo dos correcciones de más del 20%, la quiebra de Lehman Brothers, la crisis de deuda de 2011, la pandemia y el final del 2018, derivado del contexto de guerra comercial, miedo a una recesión y un pánico inversor que se contagió al resto de los mercados. En todos ellos, sin embargo, más tarde o más temprano no solo se recuperaron las pérdidas sino que hubo ganancias pasados unos meses.
La cuestión es que, ante un mercado bajista, ¿cuál es la mejor estrategia para el inversor? "En un entorno de volatilidad como en el que estamos, cronometrar el mercado es contraproducente en términos de rentabilidad", exponen en Capital Group sobre esto. En este sentido, desde que hay datos, todas las caídas del S&P 500 del 15% o más se han recuperado. Según los expertos de la gestora norteamericana, de media, el S&P 500 se ha revalorizado un 52% en el primer año tras cada una de estas caídas.

La clave, por tanto, es que históricamente se ha demostrado mejor mantenerse invertido con el objetivo de no perderse las mejores jornadas de bolsa durante esa recuperación. Según los datos compilados por Capital Group desde el 1 de enero de 2014 hasta el 31 de diciembre de 2024, es decir, durante esa década, perderse solo las 10 mejores sesiones bursátiles del S&P 500 habría detraído 130 puntos porcentuales de los 186 que se revalorizó el índice de Wall Street. De igual forma, si se hubiesen perdido los mejores 20 días la rentabilidad caería hasta el 14% mientras que no estar invertido en los 30 o 40 días más alcistas hubiese provocado caer en pérdidas durante este periodo de tiempo en el S&P 500.
Desde que el índice norteamericano sobrepasó ese umbral de caída del 20% (intradía), ha logrado recuperar parte de lo perdido aprovechando la ventana de esperanza abierta tras el anuncio de la tregua de 90 días que Donald Trump daba al resto de los países con el objetivo de alcanzar algún acuerdo comercial. Desde el mínimo marcado el pasado 8 de abril, el índice estadounidense se ha anotado algo más de un 5%, dejando el balance anual cercano al -11%. Para salir del mercado bajista hay que recordar que es necesario un rebote de más del 20% desde un mínimo.
Desde Mutualidad explican que "ya se puede hablar de una cierta capitulación por parte del mercado, no tanto en términos de valoraciones absolutas, sino respecto a las expectativas que se descontaban en octubre y noviembre con la llegada de Trump". "Las decisiones de este, sobre todo con respecto a los aranceles, han generado una notable inquietud en los mercados y ha irrumpido con fuerza la palabra recesión", agregan. "En este nuevo escenario y siempre que no haya un deterioro mayor, la reciente caída del S&P 500 podría interpretarse como una oportunidad aunque la incertidumbre sigue siendo elevada", concluyen.