Bolsa, mercados y cotizaciones

El día en el que el petróleo se volvió loco: se cumplen cinco años de la caída del West Texas a precios negativos

  • En plena pandemia el precio del West Texas llegó a cotizar en -40 dólares por barril
  • Los inversores no sabían dónde guardar el petróleo cuando los almacenes se llenaron
  • Se llegó a pagar a quien estuviese dispuesto a hacer cargo de los barriles
El mercado del petróleo estadounidense entró en pánico en 2020. Foto: Dreamstime
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Hace justo cinco años, en plena pandemia de Covid-19, se vivió uno de los días más extraños en la historia del petróleo. Los confinamientos que se decretaron a lo largo y ancho del mundo terminaron creando una situación sin precedentes en el mercado del crudo. La regulación estadounidense, combinada con una sobreoferta de petróleo nunca antes vista por el parón de la actividad mundial, y con algunos aspectos técnicos del mercado de materias primas de Nueva York, desataron una carambola que hizo que la cotización del barril West Texas, el de referencia en Estados Unidos, cotizase en precios negativos. La pandemia creó un precedente que no se ha vuelto a repetir, pero eso no significa que no pueda ocurrir de nuevo, si los astros del mercado vuelven a alinearse.

El lunes 20 de abril de 2020 los mercados mundiales arrancaban una semana nueva, en el año distópico de la pandemia de Covid-19. Muchos inversores amanecieron esa semana curados de espanto, acostumbrados a ver el precio del petróleo caer en las últimas semanas, y el petróleo arrancaba el lunes en Estados unidos en el entorno de los 18 dólares por barril, un precio bajísimo si se comparaba con el pasado, pero que encajaba con una situación de parón económico total a lo largo y ancho del mundo, por los confinamientos. Sin embargo, lo que iba a suceder después, a lo largo de esa sesión, quedaría marcado en el recuerdo de los operadores que lo vivieron: el precio del crudo se empezó a desplomar, y se acercaba peligrosamente a 0: 10 dólares, 5 dólares… 1 dólar, 1 céntimo… y de repente, ¿-1 dólar? ¿-10 dólares? ¿-40 dólares? El pánico estaba servido.

Para muchos inversores, lo que acababa de ocurrir no tenía sentido ni lógica. ¿Cómo podría ser que el petróleo costase menos de 0 dólares el barril? ¿Qué significaba la caída que se acababa de producir? Poco a poco, la situación se fue descifrando y se comprendió el motivo del hundimiento del precio del crudo hasta esos niveles históricos, algo sin precedentes y que no se ha vuelto a repetir desde entonces.

La causa de los precios negativos: la entrega de los barriles físicos a inversores especuladores

El principal motivo que desembocó en los precios negativos en el petróleo, en 2020, fue la ecuación de oferta y demanda. Aquel año el mundo se encerró en casa para evitar los contagios de Covid-19, y la demanda de petróleo se hundió como nunca antes lo había hecho. Sin embargo, la producción, aunque menor, continuó llenando barriles de crudo en el mundo, y se generó una situación de sobreoferta que hundió los precios del barril.

Hasta aquí, todo parecía encajar con la excepcionalidad que suponía la pandemia, y explicaba el porqué de los precios tan bajos que se habían alcanzado, pero hubo algunos factores que hicieron que el West Texas, y no el resto de barriles de petróleo del plantea, terminase cotizando en precios negativos. El principal fue la forma particular en la que el NYMEX, el mercado de materias primas de Estados Unidos, liquidaba los contratos de futuro sobre el crudo.

Los futuros sobre una materia prima se habían convertido en los precios de referencia en el mercado, por delante de los precios al contado, por el enorme volumen que recibían. Al fin y al cabo, estos contratos son la base de las operaciones de especulación que se multiplican en todo el mundo, y son los que utilizan los inversores que quieren invertir en una tendencia de precios de un recurso básico, sin tener que comprarlo físico y almacenarlo para su venta posterior, una operación mucho más engorrosa. El mejor ejemplo de esto es el mercado que existe de oro físico, frente al de oro papel, este último, con mucho más volumen que el primero.

El problema en la crisis de 2020 fue que NYMEX liquida los contratos de futuro de una manera especial: cuando un futuro llega a su vencimiento, está establecido que el contrato se liquide con una entrega física del subyacente, es decir, de los barriles reales que representan los contratos de futuro en los que se han invertido. Los propietarios de ese contrato tienen un periodo de varios días para indicar cómo y dónde quieren recibir su mercancía, y esto generó un problema en aquel momento: el almacén donde se guardan los barriles para aquellos operadores que no encuentran comprador, el de Cushing, en Oklahoma, estaba lleno hasta los topes.

Esto plantaba un serio problema: sin un solo hueco en Cushing, ¿Qué podía hacer un hedge fund de Nueva York, o de California, cuando se le preguntaba dónde quería recibir sus barriles de petróleo? Además, no eran cantidades pequeñas, teniendo en cuenta que cada contrato de futuro sobre el petróleo representa 1.000 barriles, unas 170 toneladas de petróleo, que se tenían que guardar en algún lugar.

Abandonar este petróleo en un paraje desconocido tampoco era una posibilidad, o al menos, no lo era sin un riesgo tremendo, teniendo en cuenta las exigencias de seguridad que se mantienen en Estados Unidos, con leyes como la de Contaminación del Petróleo (Oil Pollution Act), de 1990. Tirar el crudo 'por el retrete' quedaba descartado.

Por ello, un día antes de que llegasen a vencimiento miles de millones de dólares en futuros sobre el petróleo, los inversores entraron en pánico total y empezaron a tirar los precios a la baja. Cuando muchos de ellos se dieron cuenta de que regalar sus barriles no era suficiente para salir de esta situación en la que se habían metido, empezaron a pagar a quien estuviese dispuesto a hacerse cargo de ese cargamento. Almacenarlo, o incluso desprenderse de él, tenía un coste, y de ahí que se llegó a pagar hasta 40 dólares por barril de West Texas a quienes los quisiesen comprar.

Una crisis que puede volver a ocurrir

Tras aquel episodio, se planteó qué se podía hacer para evitar que esto pudiese ocurrir en el futuro, pero no se llevaron a cabo cambios fundamentales en la forma de liquidar contratos por parte de NYMEX, algo que, en otros mercados, como el europeo, era diferente: la liquidación se suele producir por diferencias de precio, intercambiándose entre el comprador y vendedor del contrato la diferencia de precio que se produce desde que ha vendido, hasta que se liquida.

Por eso, en el caso del barril Brent europeo, los precios no cayeron hasta el terreno negativo en abril de 2020, sino que se mantuvieron en el entorno de los 30 dólares por barril durante esa jornada.

CME Group, propietaria del mercado de materias primas de Nueva York, ajustó sus sistemas para que no hubiese problemas técnicos en el futuro, si esto volvía a ocurrir, pero mantuvo la forma de liquidación de los contratos de futuro, por lo que todavía existe la posibilidad de que la caída del precio del West Texas hasta el terreno negativo vuelva a ocurrir.

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