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El nuevo petróleo que promete revolucionar la economía está por todas partes y ya es la materia prima más comerciada del planeta

  • El 'agua virtual' ya se comercia 400 veces más que el petróleo
  • Es la cantidad utilizada en la producción de bienes y servicios
  • Fábricas de chips y centros de datos gastan millones de litros
Foto: Dreamstime

Si las anteriores revoluciones industriales han sido impulsadas por grandes avances en el transporte (máquina de vapor, motor de combustión...), esta nueva revolución industrial podría venir de la mano de una transformación del transporte y la generación de datos e información. Mientras que el carbón, el petróleo o la electricidad estuvieron detrás de los grandes cambios en los últimos siglos, esta vez podría ser el turno de una sustancia que a primera vista está en todas partes, pero que en realidad es extremadamente escasa: el agua.

En un mundo donde los datos viajan a la velocidad de la luz y los chips de silicio alimentan a la poderosa inteligencia artificial, esta sustancia transparente y universal se alza como protagonista inesperada del futuro. No es una metáfora ni una exageración. El líquido elemento que todos tenemos está llamada a ser el petróleo de esta nueva era en la que los semiconductores avanzados se han convertido en la gran esperanza para incrementar la productividad y mejorar nuestras vidas. Según un reciente informe de DNB Asset Management, el agua se ha trocado en la materia prima más comerciada del planeta, superando incluso al petróleo si se tiene en cuenta el concepto de 'agua virtual', es decir, la cantidad utilizada en la producción de bienes y servicios. Nada menos que 400 veces más comercio que el del oro negro.

Esta revolución tecnológica que está viviendo el mundo (alimentada por semiconductores, centros de datos y algoritmos que requieren cantidades colosales de energía y refrigeración) está sedienta. Una sola fábrica de microchips puede consumir tanta agua como una ciudad de 58.000 habitantes. Y es que, como recuerda Kristine Alm Karsrud, gestora de cartera en DNB Fund Future Waves, "si consideramos el crecimiento de la inteligencia artificial y el mercado de semiconductores, está claro que la demanda de agua seguirá aumentando". En este contexto, el agua ya no es solo un recurso natural: es un nuevo petróleo, y todos, en cierto modo, tenemos una gota de él en nuestras manos.

El caso de los centros de datos es especialmente relevante, al emplear grandes cantidades de agua para la refrigeración de las salas que albergan los racks (estructuras metálica diseñada para alojar y organizar equipos electrónicos). Como señala un informe especializado de ING, con el aumento de los servidores, el consumo de agua de los centros de datos ha aumentado significativamente en todo el mundo, pasando de 738 millones de litros en 2015 a más de 840 millones de litros en 2021.

Este tendencia se debe en gran medida al aumento del consumo de agua por parte de las grandes empresas tecnológicas. En EEUU, donde se encuentra aproximadamente el 25% de los centros de datos del mundo, un centro de datos de tamaño medio utiliza unos 1,1 millones de litros de agua al día, lo que equivale al consumo de agua de 100.000 hogares.

Los retos a los que se enfrentan los centros de datos en relación con el uso del agua suelen estar relacionados con su ubicación geográfica. "A veces, los centros de datos se encuentran en zonas donde las fuentes de agua son escasas. Por ejemplo, en 2022, el 23% de las extracciones de agua dulce de Microsoft y el 18% de las de Google procedían de zonas con estrés hídrico. Esto significa que, para seguir utilizando agua para refrigerar los centros de datos, las empresas deben mejorar la eficiencia en el uso del agua y minimizar el riesgo de sequías. También deben gestionar adecuadamente las relaciones con la comunidad local en el caso de grandes cantidades de consumo de agua", explican Coco Zhang, Jan Frederik Slijkerman y Diederik Stadig, autores del informe de ING.

Estas gigantes multinacionales, siempre entre las cotizadas más grandes del mundo, parecen ser conscientes de los desafíos que implica este consumo de un medio tan esencial para la vida. Algunas de estas firmas, como Microsoft o Google han estado trabajando en la reposición de agua a través de proyectos como la conservación del agua para compensar su consumo. Microsoft planea ser "agua-positiva" para 2030 reduciendo el consumo de agua, reponiendo más de la que utiliza, proporcionando a las personas acceso a servicios de agua y saneamiento y participando en la política del agua. Otras prácticas posibles, completa el informe del 'banco naranja' son el reciclado del agua, la modernización de los sistemas de refrigeración y la investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras.

Sin embargo, advierten los analistas de ING, "queda mucho camino por recorrer para reponer más de lo que se consume". "Google es una de las únicas empresas que ha informado de que repondrá el 6% del agua dulce que consuma en 2022. Hay más matices al respecto. Si una empresa consume menos agua de la que repone a nivel global, aún podría empeorar las situaciones de estrés hídrico en una región específica mientras repone agua en otro lugar", agregan.

De la misma forma, denuncian, hay una cierta falta de información: " Aunque cada vez son más los centros de datos y empresas tecnológicas que gestionan activamente el consumo de agua, la información sobre este aspecto no está tan extendida como la relativa al consumo eléctrico o la eficiencia energética. Las empresas tienen que mejorar. Además del uso absoluto, hay una divulgación limitada de las métricas relativas de consumo de agua (algunas métricas pueden calcularse a partir de otros datos divulgados)".

"Estas métricas permitirían una mejor comparación entre pares. Algunos inversores están empezando a interesarse por las métricas relacionadas con el agua y su intensidad a la hora de considerar productos financieros sostenibles. En resumen, el uso del agua está atrayendo la atención de la industria de los centros de datos, pero se necesita mucho más esfuerzo para reducir el uso neto del agua e informar sobre los progresos", cierran Zhang, Slijkerman y Stadig.

En el aspecto de la inversión, Karsrud, de DNB, recoge el guante y apunta a oportunidades. "Las inversiones privadas en nuevas fábricas de chips ascienden a más de 2.270 millones de dólares, mientras que la infraestructura relacionada con el agua podría absorber entre 110.000 y 180.000 millones", introduce, señalando a tres potenciales nichos: agua ultrapura, esencial para limpiar cada microcomponente sin margen de error; filtración avanzada, mediante técnicas como la nanofiltración u ósmosis inversa que permiten reutilizar cada gota; y desalinización, una apuesta crucial en territorios asolados por la sequía. "Las empresas que desarrollen soluciones eficientes de gestión y reutilización del agua estarán bien posicionadas para captar el crecimiento de la industria de semiconductores y centros de datos", concluye.

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