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Santander roza de nuevo los 100.000 millones pero con más del doble de beneficio

Sucursal de Santander
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La que es con diferencia la segunda mayor cotizada del mercado español, Santander, está cerca de lograr un hito histórico recuperando la cota de los 100.000 millones de euros de capitalización, uniéndose a las 9 cifras de las que solo puede presumir Inditex hasta ahora. Lo hace 10 años después de la última vez que lo consiguió, que fue en 2015 y donde se marcó su máximo histórico de tamaño bursátil (que no de precio de la acción).

Ya en la jornada de este martes y miércoles el banco cántabro tonteó con superar esta cifra simbólica que finalmente no pudo batir. Ya en la sesión de este jueves este hito se alejó debido a las caídas que arrastra todo el sector. Parece solo cuestión de tiempo que certifique su vuelta a los 100.000 millones que alcanzó poco después de de la muerte de Emilio Botín, que por poco pudo llegar a comprobar "que el límite no estaba en ese cielo".

Aunque es cierto que Santander se quedó algo rezagada el año pasado de las subidas generalizadas de un sector que voló gracias a los tipos altos, nadie esperaba el comportamiento de la banca en general y de Santander en particular durante este inicio de año. Sus títulos ya se revalorizan más de un 45% en 2025. Esto le ha permitido consolidarse también como la entidad más grande de la zona euro, por delante de BNP Paribas.

El buen momento del sector pasa indiscutiblemente por el nuevo riesgo inflacionista que ha emergido desde el corazón de Europa después de que la alianza continental anunciase su decisión de incrementar el gasto en defensa ante las amenazas geopolíticas y las exigencias de EEUU en este ámbito. Además, el nuevo gobierno alemán ha retirado su regla de oro con el déficit presupuestario para lanzar un paquete de estímulo con inversiones directas en defensa e infraestructuras e indirectas a través de rebajas fiscales.

Lo que sucede es que la Santander de entonces y la de ahora muestran algunas grandes diferencias. En ese momento, la capitalización estaba algo inflada después del proceso de ampliaciones de capital, dividendos en scrip y emisiones de bonos convertibles que se necesitaron para cerrar la falta de liquidez que hubo después de la crisis financiera.

La prueba de ello es que sus acciones, en 2007, llegaron a cotizar sobre la zona de los 13 euros, doblando los niveles actuales. Otros bancos, en cambio, sí se encuentran ahora en niveles que no habían visto nunca, como Bankinter y CaixaBank.

Tampoco se parece en el tamaño que realmente tiene la compañía, sobre todo si atendemos a sus beneficios. La última vez que traspasó los 100.000 millones de euros de capitalización, en 2015, su beneficio neto fue inferior a los 6.000 millones de euros. La compañía se encontraba en plena recuperación después de los años más difíciles de su historia tras la gran crisis financiera y el posterior ciclo de tipos cero que acotaba su negocio. Gracias a la diversificación en otras geografías pudo mantenerse e incrementar paulatinamente sus beneficios, con la excepción del año del Covid, cuando reportó pérdidas de más de 8.700 millones de euros.

La empresa ahora es mucho más rentable gracias a los tipos de interés positivos, que estuvieron incluso en máximos durante el año pasado y que llevaron a un récord de beneficios a la compañía ya el año pasado. Para este, con el precio del dinero más abajo después de varios recortes por parte del BCE, el consenso de analistas que recoge FactSet prevé unas ganancias de 12.690 millones. Es decir, más del doble que el de 2015.

No son máximos en precio

Cuando se habla de la época dorada de la banca siempre se piensa en aquellos años previos a la crisis de 2008 en los que los bancos prestaban dinero a doble dígito y el manantial del crédito parecía no agotarse ante una demanda boyante. No ha habido una época igual para este sector en cuanto a rentabilidad, en muchos casos también en cuanto a beneficios y, en consecuencia, en cuanto al valor de sus acciones en bolsa.

Una vez estalló la crisis con la quiebra de Lehman Brothers en 2008, el negocio bancario entró en una fase de congelación durante muchos años con una demanda a la baja y unos tipos cero en el mercado por parte del BCE que limitaban el spread de su negocio. Los reguladores comenzaron a su vez a presionar una consolidación y recapitalización en el sector que evitase o limitase futuros shocks.

Para ello, entre otras cosas, la banca tiró de dividendos en scrip, ampliaciones de capital y emisiones de deuda convertible a capital, como los CoCos, que vivieron entonces su particular nacimiento. Esto ha hecho que a lo largo de la última década y media estas empresas hayan sumado un capital a su valor en bolsa que no se ha visto igualado en el precio de sus acciones.

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