
El año 2024 cerró con un comportamiento espectacular para las bolsas. Y lo hizo casi a pesar de todo, y todos, amparado en varias cosas, más de las que nos vienen a la cabeza en un análisis rápido. Sin duda, la euforia en torno a las tecnológicas y todo lo que tiene que ver con la Inteligencia Artificial es un factor esencial del empuje de estos mercados, fundamentalmente en EEUU, pero recogido en segunda derivada por el resto de bolsas. Otro factor es el hecho de que los fundamentales son realmente buenos. Esto se va reflejando en cada trimestre de presentación de resultados, que vienen mejorando holgadamente las expectativas de los analistas. Y también fundamentalmente en EEUU.
Otro factor es el de la buena evolución de las economías, que se refleja en los datos macro, también fundamentalmente en EEUU, donde el debate de evitar la recesión y el aterrizaje suave, que es candente para Europa ahora, quedó desfasado ya para aquella economía, de la que se espera un nivel de crecimiento bien por encima del 2% para este año, en torno al doble de lo que crecerá Europa.
Entre los datos destaca la inflación, que ha venido corrigiendo a la baja durante mucho tiempo, y eso también les gustaba a las bolsas. Y, además, se estanca algo más en últimas observaciones. Y esto, en parte, es uno de los factores que ha propiciado otro de los movimientos protagonistas de los últimos tiempos, el del importante reajuste de expectativas de tipos, que hacía esperar muchos menos recortes de los anticipados hace un tiempo. Y, otra vez, hay que decir que esto ha sido así, fundamentalmente, para EEUU. En esta economía, tras el último informe laboral para enero, con menos empleos creados, pero con una importante revisión al alza del dato de diciembre, y con una subida en salarios y reducción de la tasa de desempleo, quizás se vuelva a ahondar en la menor necesidad de recortar tipos por parte de la Fed.
En este sentido, Trump aparece como un 'gran evento' que no es fácilmente interpretable ni predecible, porque puede ser acertadamente errático o erróneamente acertado, pero los mercados no pueden obviar todo eso, porque termina por tener consecuencias, y muchas. La propia figura de Trump ya genera intentos de predecir qué va a causar en los mercados. Es una opción que, sin duda, a priori, es pro-mercado: un convencido de la menor regulación en los diferentes ámbitos, también de la necesaria contención de impuestos o de la eliminación de trabas, que algunas de ellas lo pueden ser, a su entendimiento en favor de que la economía, americana, por supuesto, encuentre los menos obstáculos posibles para avanzar.
Y esto ya lo reflejan los mercados con todo el ímpetu de bolsas desde noviembre y todo el soporte que también han tenido en base a este factor pro-mercado en etapas de menos alegría.
Pero, por otro lado, Trump también trae consigo otro tipo de previsibles actuaciones que no favorecen a la mejor marcha de los mercados, una evolución que no depende solo de querer que sea, sino de hacer porque sea. El nuevo presidente, aunque repita con otra administración de por medio entre ambas legislaturas, por un lado, aboga porque la Fed baje tipos, y no parece que vaya a dejar de poner esa presión sobre Powell. Y, por otro lado, aboga también por algunas políticas de las que el mercado puede esperar que sean inflacionarias. Los comentados aranceles, de los que llevamos meses hablando y de los que nos queda un impredecible tiempo por seguir haciéndolo, de momento han sido utilizados por Trump "solo" como amenazantes. En algunos casos, con promesas de inicio temporal de aplicación, que ha desdicho por posponerse después en base a algunos acuerdos y promesas que le vienen muy bien como propaganda interna. Una y otra cosa, al fin y al cabo, hacen esperar movimientos opuestos en las rentabilidades de los bonos americanos. A veces hay efectos que se compensan y la estabilidad en los precios no viene siempre porque no pasen muchas cosas, sino porque pasen cosas opuestas.
¿Y qué es lo que tienen que hacer las bolsas, o los tipos o el mercado de crédito a la vista de todo esto? Pues creo que el análisis coyuntural, a corto plazo, instantáneo, de los efectos, nos separa algo de una realidad ya suficientemente confusa. Hemos visto cómo algunos de los últimos lunes no han llegado a ser "lunes negros", pero sí que han provocado castigos importantes que finalmente no se extendieron en el tiempo, no crearon tendencia, no antecedieron a un "antes y después". Estos episodios, el primero de ellos tras DeepSeek y el segundo tras los anuncios de tarifas a Canadá, México y China, provocaron reacciones que son propias de mercados a los que no les faltan incertidumbres, pero a los que tampoco les sobran ganas ni liquidez. En otro caso, tamañas correcciones vividas en esos días se podrían haber extendido en el tiempo sin remedio, como ha pasado tantas veces.
Así que sí. Los mercados siguen teniendo ganas, las bolsas siguen preguntándose si están caras, fundamentalmente, otra vez, en EEUU, pero encuentran razones para seguir confiando (S&P 500 está en máximos históricos y lleva un +3,2% en el año), con un sector tecnológico que fue el que peor lo hizo en enero, pero que no acumula importantes correcciones.
Mientras, en Europa, las bolsas lo hacen mejor, reciben también flujos de rotación desde EEUU para los inversores que pueden empezar a ver poco recorrido en esas bolsas. Y los tipos han calmado mucho su camino al alza, algo que también reciben bien las bolsas, con expectativas de recortes adicionales mucho más contenidas, ya sabemos dónde fundamentalmente, y con las del BCE que se mantienen, se esperan entre 3 y 4 recortes en 2025. Este factor, de hecho, es uno de los que sostiene bien al mercado de crédito, la renta fija privada, unido al de la gran liquidez existente y los buenos fundamentales. La actividad del mercado de emisiones en lo que llevamos de año así lo demuestra y el comportamiento en mercado secundario de esas referencias de bonos emitidas, también.
Acabando así, con Europa, no se puede sino remarcar, también, los importantes retos que afronta: elecciones en Alemania, retos fiscales importantes (Francia, Alemania…), datos de actividad y crecimiento que corroboren que se evita la recesión, efectos de las políticas comerciales desde EEUU, etcétera. Pero, de momento, Europa lo viene haciendo bien y ese no ha sido siempre el caso en los últimos tiempos. Mejor estar preparado para esos retos en mejor posición, porque viene volatilidad, viene conversión de incertidumbre en realidad, peor o mejor, vienen curvas.