Bolsa, mercados y cotizaciones

El 'efecto Trump' se diluye en Wall Street mientras la bolsa europea toma distancia

  • El EuroStoxx 50 se dispara un 9,3% desde el 20 de enero, mientras el SP sube un 1,3%
  • Las acciones del conglomerado mediático del republicano borran casi un 10% del valor...
  • ... y Tesla se desploma más de un 14% desde la toma de investidura

Hace menos de un mes desde que Donald Trump se convirtiera en el 47º presidente de los Estados Unidos tras un discurso de apenas 30 minutos durante el que, durante su jura, aseguró que la "edad de oro" del país comenzaba en aquel momento en el que, simultáneamente, se cerraba la puerta de una legislatura como la de Joe Biden que, bajo su punto de vista, provocó el "declive" de Estados Unidos. Con un tinte similar a lo dicho en 2017, el magnate dio a entender que él era la única persona capaz de devolver a América el lustre perdido y lo hizo con la firma inmediata de hasta 100 órdenes ejecutivas centradas en la inmigración, la guerra comercial o la energía.

Un sinfín de rúbricas que tuvieron réplica en los mercados. Después de subir durante la primera quincena de enero algo más de un 0,5%, el dólar estadounidense ha suavizado su comportamiento con un retroceso acumulado del 1,8% desde la toma de posesión de Trump en el interior del Capitolio en Washington (EEUU) el pasado 20 de enero. Con respecto del resto de divisas desarrolladas (euro, libra..) o emergentes (peso mexicano o reminbi), el billete verde ha perdido brillo, sobre todo, desde el momento en el que la Casa Blanca dio marcha atrás con los aranceles a México y Canadá posponiendo una primera decisión de imponer nuevas trabas comerciales durante un mes a medida que los Gobiernos negocian y los inversores digieren los titulares.

Iniciando su camino sobre el terreno de las criptomonedas y tras volver al poder, Trump lanzó una altcoin con la que, en cuestión de horas, amasó miles de millones de dólares. A los días, el pasado 23 de enero, dictó un decreto para impulsar el liderazgo de Estados Unidos en esta industria -junto a otro para acelerar el paso el inteligencia artificial- buscando reducir la regulación de los criptoactivos y con el fin de "proteger y promover la capacidad de los ciudadanos individuales y de las entidades del sector privado para acceder y utilizar con fines lícitos las redes públicas abiertas de blockchain sin persecución, incluida la capacidad de desarrollar y desplegar software, participar en la minería y la validación, realizar transacciones con otras personas sin censura ilícita y mantener la autocustodia de los activos digitales".

Unas líneas que suscitaron cierto optimismo en este mercado que, después de haber subido casi un 53% desde el día de las elecciones hasta el pasado 20 de enero, está comenzando a corregir. El bitcoin comenzó a caer hace ahora tres semanas para acumular hasta el momento una cesión superior al 8%. En el mismo periodo, el índice de Bloomberg Galaxy Crypto ha perdido un 15,53% de capitalización. El bitcoin al contado se negocia sobre los 96.600 dólares tras conseguir superar en diciembre los 102.000 dólares marcando un nuevo récord histórico después de conocerse que Trump iba a nominar a Paul Atkins -favorable a estos activos- como nuevo presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) en sustitución de Gary Gensler.

Junto al bitcoin, la criptomoneda de Trump ha caído algo más de un 5,8% esperando a ver en qué se concreta el anuncio durante la campaña electoral del republicano de crear una reserva nacional estadounidense de bitcoins. Casi un mes después de ser nombrado presidente, la administración federal no ha ofrecido más detalles sobre sus planes para llevar a cabo una medida de este calibre.

Complementariamente, el mercado de renta variable ha acusado cierta pérdida de lustre en las últimas tres semanas. Tesla -que se esperaba beneficiar de una cercana relación entre el presidente Trump y su fundador, Elon Musk- acumula una corrección de más del 14% desde el 20 de enero, en contraposición con la subida del 55,7% que firmó entre el 5 de noviembre y el juramento de Trump. Durante el mismo periodo, las acciones del conglomerado mediático del empresario neoyorquino han caído cerca de un 10%, lo que contrasta con la ganancia del 18% conseguida en los tres meses anteriores.

Una situación que, a pesar de no ser en la misma magnitud, se puede extrapolar a los índices. En el caso del S&P 500, la ganancia registrada en el periodo más reciente desde mediados de enero ha sido del 1,39%, lo que lo ha hecho entrar una situación de impasse sin un rumbo fijo definido tras tocar máximos históricos a principios de año. De hecho, entre noviembre y enero el selectivo estadounidense incrementó su capitalización un 4,39% mientras que en Nasdaq hizo lo propio en el entorno de casi el 6% -desde el 20 de enero no ha ganado más de un 2,5%- y el Dow Jones en un 4,58% a lo que habría que sumar un escueto 0,8% de mejoría en las últimas tres semanas.

Una realidad que está provocando cierto nerviosismo entre los inversores. Según la última encuesta de la Asociación Estadounidense de Inversores Individuales, más del 47% de los encuestados se ha vuelto pesimista con respecto del retorno que pueda ofrecer la renta variable estadounidense durante los próximos meses. Este es el punto más alto desde finales de 2023.

En contraposición con la realidad norteamericana, el resto de principales bolsas mundiales viven un dulce inicio de 2025. Desde principios de año, el EuroStoxx 50 ha ganado más de un 9,3% de valor -alcanzando máximos históricos la pasada semana por primera vez en 25 años- y el Hang Seng chino un 14,35% gracias, en parte, el optimismo generado en torno a la inteligencia artificial tras la irrupción de DeepSeek prometiendo modelos generativos similares a los estadounidenses con unos costes reducidos.

Goldman advierte del arrebato chino

Aun con todo, ya se escuchan los primeros avisos sobre la IA en este camino emprendido por el mercado del gigante asiático en su salida del letargo postpandémico. En un informe publicado este pasado lunes, los analistas de Goldman Sachs han aumentado el precio objetivo del índice chino onshore, el CSI 300, hasta los 4.700 puntos, lo que implica un retorno de más del 19% desde los niveles actuales, pero también advierten de los escasos fundamentales que sostienen a los índices.

"Estimamos que la adopción generalizada de la IA podría aumentar el beneficio por acción de las cotizadas chinas en un 2,5% anual durante la próxima década. La mejora de las perspectivas de crecimiento y, tal vez, un aumento de la confianza también podrían aumentar el valor razonable de las acciones locales en hasta un 20% y potencialmente generar más de 200.000 millones de dólares en entradas de cartera", avisan los expertos del banco de inversión estadounidense.

Y es que la cautela sigue siendo una tónica general en los informes sobre el país que dirige Xi Jinping. A lo largo del documento de estudio, los estrategas avisan de que "a pesar de lo prometedora que pueda ser la IA" para la trayectoria de crecimiento de China, aún "se requieren políticas de estímulo contundentes" con el ánimo de abordar desequilibrios económicos "profundamente arraigados" e impulsar unas ganancias de capital "sostenibles".

A cierre de 2024, el CSI 300 aumentó su rendimiento un 14%, frente a una ganancia superior al 23% para el S&P 500 después de tres años de pérdidas.

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