Bolsa, mercados y cotizaciones

La olvidada cuna del petróleo euroasiático vive una gran revolución para aprovechar el último baile del crudo

  • Un aluvión de inversiones pretende incrementar la producción de crudo y gas
  • Varias empresas europeas y americanas están detrás de esta revolución
  • La región cuenta con casi 40.000 millones de reservas probadas de petróleo
Plataforma de petróleo. Archivos.

En el corazón de Eurasia, la región del Mar Caspio, una de las cunas más antiguas de la industria petrolera mundial, se encuentra en una encrucijada. Tras décadas de producción ininterrumpida, sus vastos yacimientos, antaño esenciales para el suministro energético del Imperio Ruso y la Unión Soviética, buscan ahora revivir con una ola de inversiones que prometen devolverles su antiguo esplendor. Con casi 40.000 millones de barriles de reservas probadas distribuidas entre Azerbaiyán, Kazajistán, Turkmenistán y Uzbekistán, la región se prepara para una nueva era de producción y exportación de hidrocarburos. En un intento por aprovechar los últimos años del petróleo, estas economías buscas rejuvenecer sus viejos yacimientos y sus ajadas infraestructuras para exprimir al máximo su petróleo.

Un buen ejemplo de ello es Azerbaiyán, país que sin duda debe su reciente mejora económica a la producción y exportación de petróleo y gas. Este país ha sido históricamente el epicentro de la producción de petróleo en el Caspio, con el campo Azeri-Chirag-Guneshli como su mayor fuente de crudo. Con más de 3.100 millones de barriles de reservas probadas y una producción que se mantiene en torno a los 600.000 barriles diarios, el país ha logrado estabilizar su industria tras el declive posoviético. A esto se suma la expansión del campo Shah Deniz, que refuerza la producción de gas natural y convierte a Azerbaiyán en un actor clave en el suministro energético hacia Europa. Las inversiones extranjeras, lideradas por BP, han permitido prolongar la vida útil de estos yacimientos y asegurar su explotación en las próximas décadas, aseguran desde la EIA de EEUU.

Azerbaiyán, el rey del petróleo

Azerbaiyán está buscando una suerte de nueva revolución con la ayuda de BP que ha empezado a producr en una nueva instalación de 6.000 millones de dólares en el gigantesco campo petrolífero Azeri-Chirag-Gunashli del país. Esta modernización podría aumentar la producción del yacimiento hasta en un 25%. Bautizada como Azeri-Central-East (ACE), la instalación consiste en una nueva plataforma de producción situada a 130 kilómetros de la costa en el sector azerbaiyano del mar Caspio. Actualmente, ACE cuenta con un único pozo perforado a una profundidad de 3.150 metros, y se prevé la perforación de dos pozos adicionales este año, lo que elevará la producción diaria de ACE a unos 24.000 barriles, según BP.

Se espera que la producción aumente anualmente y podría alcanzar la capacidad total de la instalación, estimada en 100.000 barriles diarios. A lo largo de su vida útil, ACE tiene previsto producir un total de 300 millones de barriles de petróleo. "Este exitoso inicio de operaciones es un testimonio de la continua y estrecha colaboración entre BP, SOCAR (la compañía estatal de petróleo de Azerbaiyán) y el Gobierno de Azerbaiyán", declaró Gary Jones, presidente regional de BP para Azerbaiyán, Georgia y Turquía. "Estamos orgullosos de haber entregado lo que creemos que es la 'plataforma del futuro'".

El consorcio de siete miembros liderado por BP ha estado operando el campo petrolífero Azeri-Chirag-Gunashli desde finales de la década de 1990. La puesta en marcha de la nueva instalación ACE ayudará al consorcio a mantener los niveles de producción del yacimiento, tras una década en la que la extracción se redujo en más del 50%. La producción en Azeri-Chirag-Gunashli alcanzó su punto máximo en 2010, con 835.000 barriles diarios, pero en marzo de este año se había reducido a solo 358.065 barriles al día. A pesar de esta caída en la producción, el yacimiento sigue siendo el mayor campo petrolífero de Azerbaiyán, representando el 59% de la producción de crudo del país el año pasado.

Como ocurre con la mayoría de los campos petrolíferos, Azeri-Chirag-Gunashli también produce gas, la mayor parte del cual se reinyecta en el yacimiento para mejorar la extracción de petróleo, según los términos del acuerdo de producción. El resto pertenece a la empresa estatal SOCAR y se transporta a tierra firme, donde se destina al suministro del mercado interno de gas de Azerbaiyán y al cumplimiento de los compromisos de exportación del país.

Por su parte, Kazajistán cuenta con las mayores reservas de petróleo de la región, estimadas en 30.000 millones. Sus gigantescos yacimientos, como Kashagan y Tengiz, han atraído a los mayores actores del sector, incluidos Chevron, ExxonMobil y Shell. La expansión del campo de Tengiz, que aumentará su capacidad hasta casi un millón de barriles diarios, representa una de las mayores apuestas por revitalizar la producción petrolera en el Caspio. A pesar de los desafíos logísticos y las interrupciones ocasionales en el oleoducto CPC, el gobierno kazajo sigue promoviendo la diversificación de sus rutas de exportación y el desarrollo de nuevas tecnologías para optimizar la extracción.

Turkmenistán, el 'rey' del gas en la zona

Al sureste del rectángulo vertical que supone en el mapa el Mar Caspio, Turkmenistán destaca más por el gas que por el petróleo. Si sus reservas de petróleo son de 600 millones de barriles y su producción de unos 275.000 barriles al año, cifras que sus 'vecinos' Kazajistán y Azerbaiyán cuentan por millones, el gas es su baza fuerte. Las reservas probadas de gas natural de la también antigua república soviética ascendían a 400 billones de pies cúbicos (Tcf por sus siglas en inglés) a 1 de enero de 2025, siendo las quintas más grandes del mundo. En consecuencia, el país es, de largo, el principal exportador de gas natural de la región del Caspio, con un total de 1,5 Tcf en 2023.

Con el último dato disponible, la producción de gas natural seco alcanzó en Turkmenistán los 3 Tcf en 2023, situándose como el undécimo productor mundial. Poniendo el contexto histórico más reciente en perspectiva, en 2009 la producción de Turkmenistán cayó casi un 50%, hasta 1,2 tcf, cuando una disputa con Rusia provocó una disminución de las exportaciones a través del Oleoducto de Exportación del Centro de Asia Central. En respuesta, Turkmenistán construyó el gasoducto Este-Oeste y estableció vías adicionales para exportar gas natural a Europa y Asia. Turkmenistán también planea completar el gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India (TAPI) y comenzar la extensión del gasoducto Transcaspiano del gasoducto Este-Oeste a Europa a través de Azerbaiyán y Turquía.

La compañía nacional de gas de Turkmenistán, Türkmengaz, explota el yacimiento de gas de Galkynysh, el segundo mayor yacimiento de gas natural del mundo por volumen de reservas. Galkynysh tiene unas reservas estimadas de 953,5 Tcf, que incluyen reservas no probadas, y una producción estimada de 3,2 miles de millones de pies cúbicos (Bcf por las siglas en inglés) al día de 45 pozos. El desarrollo del yacimiento de Galkynysh costó a Turkemenistán 10.000 millones de dólares y se financió parcialmente con un préstamo específico de 8.000 millones de China. Galkynysh se encuentra todavía en su primera fase de producción, por lo que es probable que la producción aumente en el futuro con nuevas perforaciones.

Turkmenistán incrementó su comercio con China cuando sus exportaciones de gas natural al gigante asiático a través de gasoductos (como el gasoducto Asia Central-China) aumentaron hasta 1,2 Tcf en 2022. Algunos analistas esperan que las exportaciones de gas natural alcancen los 2,3 Tcf tras la construcción de un cuarto gasoducto, la llamada Línea D, en 2028. Estos proyectos parecen ser una alternativa a la propuesta de Siberia Occidental 2, también conocida como Poder de Siberia 2, una propuesta de enlace de 1,8 Tcf con China a través de Mongolia que ahora se retrasa a principios de la década de 2030.

El país también aspira a enviar gas natural a Europa a través del gasoducto transcaspiano propuesto, pero las elevadas emisiones de metano de sus yacimientos de petróleo y gas natural pueden impedir que sus exportaciones cumplan los límites de emisiones de importación de la UE para 2030. Según los datos recopilados por la EIA, los satélites han registrado 849 avisos de superemisiones procedentes de fugas, pozos, tanques o tuberías entre 2019 y 2022, y se calcula que en 2022 se filtraron 2,6 toneladas métricas de metano de los yacimientos occidentales de Turkmenistán en la costa del Caspio.

Este mismo martes trascendió que Turquía importará su primer gas natural de Turkmenistán a partir del 1 de marzo. Según trasladó el ministro de Energía turco, Alparslan Bayraktar, ambos países han alcanzado un acuerdo que "reforzará la seguridad del suministro de gas natural de nuestro país y nuestra región, al tiempo que impulsará la cooperación estratégica entre ambos países". El inicio del suministro se produce tras un acuerdo preliminar alcanzado el año pasado entre ambas naciones. Turquía, cuya demanda interna de gas natural aumentó el año pasado, importa más de un tercio de sus necesidades de Rusia. El gas llegará a Turquía a través de Irán, que ya tiene acuerdos de intercambio con Irak y Azerbaiyán. Estos acuerdos permiten a Irán recibir el suministro turcomano en la frontera y enviar el volumen equivalente de su propia producción a esos compradores. Según Bayraktar, el acuerdo se firmó entre la empresa estatal turca Boru Hatlari Ile Petrol Tasima AS (Botas) y el productor estatal turcomano Türkmengaz.

El pasado octubre se anunció un importante acuerdo de cooperación entre Turkmenistán y Kazajistán para que la compañía nacional kazaja de petróleo y gas, KazMunayGas, utilice por primera vez su equipo de perforación en el sector turkomano del Mar Caspio. KMG Drilling & Services, filial de la estatal kazaja, firmó un contrato con Dragon Oil para prestar servicios de perforación en la zona. En la presentación de los términos del acuerdo se conoció que la plataforma de perforación flotante kazaja Satti se utilizaría por primera vez en el yacimiento de Cheleken como parte de este proyecto. Satti es la primera plataforma de perforación en alta mar de Kazajstán, diseñada en el país y construida en un astillero de la región de Mangistau. Esta plataforma Satti mide 72 metros de eslora, 64 metros de manga y 119 metros de altura, con un peso total de 10.800 toneladas.

Uzbekistán, a la cola de la región

En último lugar en lo que a 'músculo' energético se refiere, emparedado por Kazajistán (al norte) y Turkmenistán (al sur) y sin acceso directo a las aguas de Caspio, aparece Uzbekistán. Aunque el país no toca dicho mar, epicentro de la zona, diferentes análisis lo incluyen en la lista porque una parte considerable de su territorio, junto con sus recursos energéticos, se encuentra en las cuencas geológicas del Caspio. Con cifras bastante alejadas de sus vecinos, las reservas probadas de petróleo de Uzbekistán ascienden a tan solo 594 millones de barriles. La ex república soviética tiene unos totales de producción relativamente pequeños, con una producción estimada de 63.000 b/d de petróleo crudo y combustibles líquidos en 2024.

En lo que respecta al gas, sus reservas probadas de gas natural ascienden a 65 Tcf, poseyendo prácticamente la mitad de ellas la empresa energética estatal Uzbekneftegaz. Aunque el país se situó al final de 2023 como decimoséptimo productor mundial con una producción total de gas natural seco de 1,5 Tcf, la tendencia es declinante. Lo cierto es que la producción en Uzbekistán ha ido disminuyendo desde que alcanzara un máximo de 2,4 Tcf en 2008, cayendo un 4% de 2021 a 2022. Una disminución con visos de continuar, según la EIA.

Como señala la agencia energética estadounidense, si Uzbekistán produce 1,5 Tcf de gas natural al año, está consumiendo 1,6 Tcf, revelando una escasez que trae problemas y que ha hecho mirar hacia Moscú: "La escasez de gas natural ha intensificado la falta de energía y los cortes de electricidad en Uzbekistán, pero una propuesta de unión de gas natural con Rusia podría proporcionar cierto alivio en forma de importaciones adicionales de gas natural ruso".

El boom del petróleo y el gas en el Caspio

De este modo, el auge de la producción en el Caspio se enfrenta a desafíos importantes, desde las disputas territoriales entre los países ribereños hasta la necesidad de actualizar infraestructuras envejecidas. Sin embargo, la reciente Convención sobre el Estatus Legal del Mar Caspio, firmada en 2018, ha dado mayor claridad a los derechos de explotación de los recursos submarinos, allanando el camino para una nueva ola de exploraciones y desarrollos.

Uno de los factores clave en la revitalización de esta región es la creciente demanda energética de Europa y Asia, que busca diversificar sus fuentes de suministro en un contexto de inestabilidad geopolítica. Los gasoductos y oleoductos que conectan el Caspio con mercados clave, como el Corredor del Sur de Gas hacia Europa o las exportaciones de Kazajistán a través del mar Negro, han cobrado una importancia estratégica sin precedentes.

A pesar de la presión global para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, la región del Caspio sigue atrayendo inversiones debido a sus abundantes recursos y su potencial para seguir siendo un actor relevante en el mercado energético mundial. Con nuevas tecnologías de recuperación mejorada de petróleo y proyectos de perforación en aguas profundas, los países de la región buscan maximizar la extracción de sus reservas antes de que la transición energética global reduzca la demanda de crudo.

El renacer petrolero del Caspio no solo es una cuestión de producción, sino también de geopolítica. Con Rusia e Irán como actores influyentes en la región, los países como Azerbaiyán y Kazajistán han buscado alianzas con Europa y China para asegurar su independencia energética y económica. En este escenario, el papel de empresas extranjeras, junto con la modernización de las infraestructuras y la mejora en la gobernanza del sector, determinará el futuro de la región.

En definitiva, la región del Mar Caspio, con su larga historia como productora de hidrocarburos, se encuentra en una encrucijada entre su pasado glorioso y un futuro incierto, marcado por la necesidad de adaptarse a un mundo en transformación. Si bien los retos son significativos, la determinación de sus gobiernos y la continua inversión en el sector indican que el Caspio aún tiene un papel crucial que desempeñar en el suministro energético global durante las próximas décadas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky