Energía

Por qué el quinto mayor exportador de gas del mundo se gasta los beneficios en comprar ingentes cantidades de mármol

Conseguir el visado de turista para conocer Turkmenistán es casi tarea imposible. Igual de difícil que ver a alguien pasear por sus calles, o al menos eso dicen los poco privilegiados que han podido visitar esta exrepública socialista, ahora convertida en una 'casa de muñecas' de color blanco.

Al igual que Corea del Norte, Turkmenistán es reconocida mundialmente por ser una de las naciones más herméticas del mundo, y es junto al país asiático y Eritrea uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo. Pero, a pesar de su inaccesibilidad y su pequeña economía (aun así, crece año tras año), es uno de los países con mayores recursos: no en vano se trata del quinto mayor exportador de gas a nivel mundial.

El informe elaborado por la Oficina económica y comercial de España en Moscú de 2022, indica que Turkmenistán produjo ese año cerca de 67 millones de metro cúbicos de gas natural de los cuales exportó 38 millones, en su gran mayoría a China (73%) Irán (19%), Rusia (7%) y Kazajstán (1%). Ese mismo año, el beneficio de la venta al exterior de gas y otros hidrocarburos gaseosos ascendió a más 9.000 millones. Y con una población similar a la de la Comunidad de Madrid, en este país solo tienen un 'vicio', el de comprar mármol italiano.

Prohibidos coches sucios o que no sean de color blanco

Desde su independencia, y hasta 2006, Saparmyrat Nyýazow fue el presidente de Turkmenistán, un mandatario que quiso dejar huella, y vaya si lo hizo. En primer lugar, erigió varias estatuas propias como culto a su personalidad, todas cubiertas de oro y financiadas gracias a los beneficios de las exportaciones de gas natural. Unas ganancias que también han sido clave en los últimos años para que el país asiático pudiera importar ingentes cantidades de mármol italiano para construir sus edificios más importantes.

Estatua Saparmyrat Nyýazow
Estatua Saparmyrat Nyýazow

La industria del mármol en Italia es histórica, con una tradición que se remonta a siglos atrás y que es reconocida por su habilidad en la extracción y el procesamiento del mármol, produciendo materiales de lujo que se utilizan en obras de arquitectura y diseño de alto nivel. Así, Turkmenistán, con sus abundantes recursos naturales, ha centrado su economía en la extracción y exportación de gas natural, pero también ha comenzado a diversificar sus actividades económicas, especialmente en el ámbito de la construcción. La combinación de estos factores ha permitido que el país pueda importar mármol italiano de alta calidad, aprovechando los beneficios económicos derivados de la venta de gas al mundo.

De la misma manera, una de las excentricidades que más llama la atención en la exrepública soviética es que en su capital, Asjabad, todos los edificios son de color blanco, y los más importantes están construidos precisamente con mármol italiano. En consecuencia, están prohibida la venta de coches de color negro, y sus habitantes están obligados a mantener su auto limpio.

Para países como Turkmenistán, que están buscando desarrollar su infraestructura y mejorar su imagen en el escenario internacional, el mármol italiano representa un símbolo de prosperidad, modernidad y sofisticación. Gracias a esto, la capital está reconocida como la ciudad con más edificios de mármol blanco por el Guinness World Récord.

Un libro Santo, solo un animal de compañía y prohibido comprar tabaco

Con todo, Asjabad es comúnmente llamada como 'la ciudad de los muertos' ya que a pesar de la magnitud de sus edificios los vecinos prefieren no salir a la calle debido a las innumerables leyes y prohibiciones vigentes aún desde el mandato de Nyýazow.

Entre otras, los hombres mayores de 40 tienen prohibido llevar barba, tampoco es posible comprar tabaco ni tener más de un animal de compañía por hogar. Además de las ya mencionadas restricciones referente a los automóviles, en Turkmenistán está prohibido cambiarle el nombre a un caballo y escuchar música grabada en bodas.

Por su parte, los habitantes del país asiático están obligados a leer el Ruhnama, una reinterpretación del Corán (las minorías religiosas no musulmanas son perseguidas) escrita por Saparmyrat Nyýazow que se enseña en colegio y universidades, y que además forma parte del temario para obtener la licencia de conducir, así como para poder acceder a cargos públicos. Cómo no, una estatua gigante del Ruhnama preside una de las grandes plazas de Asjabad y todas las tardes a las 8 de la tarde se abre para reproducir un fragmento.

Estatua libro Ruhnama
Estatua libro Ruhnama
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