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Buscan la 'llave' que cierre la Puerta del Infierno y acabar así con el punto de metano más expuesto del mundo

En realidad, no se llama la Puerta del Infierno, pero su similitud con el imaginario popular de cómo es el hogar de Satanás ha provocado que se le conozca con este sobrenombre, aunque el oficial es el Pozo de Darvazá. Aunque más que pozo, el término geológico casi correcto sería cráter: un enorme cráter de 70 metros de ancho y otros 30 de profundidad, lleno de metano y encendido desde hace más de 50 años.

Ubicado en el desierto de Karakum, en Turkmenistán, el agujero, en un principio subterráneo, fue descubierto en 1971 fruto de un accidente industrial mientras un equipo de geólogos visitaba la zona para realizar una prospección de gas, bastante abundante junto al petróleo por todo el desierto de la exrepública soviética. En un intento por evitar que el nuevo pozo expulsará elementos dañinos para la salud se le prendió fuego, y desde entonces arde continuamente como el mismo averno.

Durante años fue considerado como un gran error, pero con el paso del tiempo aumentó la curiosidad de expertos y turistas que querían acercase a la zona. Sin embargo, desde hace algunos años, las autoridades de Turkmenistán han observado un crecimiento excesivo de tamaño y buscan la manera de poder apagar el fuego, con varios intentos previos sin éxito.

La 'Luz de Karakum'

No todo iban a ser malas referencias, en algunos casos también es posible ver referencias al Pozo de Darvazá como La 'Luz de Karakum', haciendo referencia al desierto asiático donde se encuentra. Y en una metáfora 'iluminada' por la cantidad de recursos naturales que se esconden bajo tierra: no solo metano sino también 'oro negro', que supone una de las fuentes económicas más importantes del país con unas exportaciones que superan los 12 millones de toneladas (según datos de 2021 proporcionados por fuentes oficiales del país).

Es por esta razón que los más diestros en la materia recuerdan que "no debería sorprendernos que exista", como afirma Mark Ireland, geocientífico especializado en energía de la Universidad de Newcastle, debido a la alta concentración de gases naturales en la zona.

Pozo de Darvazá, Turkmenistán
Pozo de Darvazá, Turkmenistán

Es por esto por lo que desde hace 2 años se busca una manera de acabar ello y darle un buen uso a las cantidades tan grandes de metano y calor que emite, en parte también por la preocupación de las posibles consecuencias a cambios climáticos en el país y alrededores.

Si bien esta fuga de metano no es la más favorable del mundo, (aunque en realidad el cráter no es una fuente como tal de metano sino salo la vía de canalización), al menos está ardiendo y "los incendios convierten la mayor parte de ese metano en dióxido de carbono y vapor de agua: gases de efecto invernadero, sí, pero mucho menos potentes", según el científico especializado en incendios del Imperial Collage de Londres, Guillermo Rein, quien ya ha manifestado también en alguna ocasión que le "preocupa el riesgo de explosión".

Atracción turística

Es posible que la Puertas del Infierno sea el mayor atractivo turístico del país; no existe en el mundo nada parecido y encima con el condicionante de crecer, año tras año, una media de 13 metros. Aunque en aspecto y visto desde lejos puede parecerse a la erupción de un volcán, la gran diferencia es que la 'Luz de Karakum' no 'escupe', pero sí alcanza altísimas temperaturas: en su interior se suelen alcanzar los 400 grados centígrados.

Y buena cuenta de ello pudo dar en 2013 (año en que también se declaró como reserva natural) el explorador de National Geographic George Kourounis, que se convirtió en la primera persona, y de momento la única, en 'sumergirse' por el interior del cráter con el fin de recoger muestras del entorno y realizar una lectura de gases. En total, Kourounis estuvo algo más de 17 minutos "que se me quedaron grabados en la memoria [...] Daba mucho más miedo, hacía mucho más calor y era más grande de lo que pensaba".

Potencia mundial de petróleo

En 2021 Turkmenistán contaba con alrededor 600 millones de barriles de reservas de petróleo y otros 19,5 billones de metro cúbicos de gas natural (2020), según datos de la Revisión Estadística de la Energía Mundial de British Petroleum. Aunque el país asiático no se encuentra ni si quiera entre las 50 primeras naciones con mayor reserva de crudo, sí se trata de una de las mayores zonas de acumulación, puesto que Turkmenistán hace frontera al norte con Kazajistán y al sur con Irán, dos de los países con mayores reservas probadas (en total se estima unos 240 mil millones de barriles.

En solo 4 años, la producción de petróleo de Turkmenistán aumentó un 15,3%, pasando de 10,4 millones de toneladas en 2017 a 12 millones de toneladas en 2021, y el consumo de petróleo aumentó un 4,2%, de 140.000 barriles diarios en 2020 a 146.000 barriles.

En la línea, la exrepública soviética es la mayor proveedora de gas natural de China, con casi 31 mil millones de metros cúbicos exportados en 2021, muy por delante de Rusia.

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