Economía

La pequeña república ex soviética que sueña con revivir su era dorada del petróleo gracias la UE… y Rusia

  • El país ha prometido duplicar el envío de gas a la UE para 2027
  • Ha disparado sus ventas desde 2021
  • La expansión de este mercado es su gran oportunidad para revivir sus mejores días

Europa está tratando de desconectarse del gas ruso desde que comenzó la guerra de Ucrania. En virtud de ese esfuerzo, desde Bruselas se ha optado por diversificar el suministro entre diversos países con el fin de lograr un amplio sistema de vendedores que se mantenga estable a pesar de los vientos geopolíticos. Que lo ocurrido con la crisis energética tras la guerra no vuelva a repetirse. En ese sentido, hay muchos países que se han posicionado como los 'ganadores' de esta diversificación Europea. EEUU se ha llevado la gran parte del pastel convirtiéndose en el principal suministrador, Noruega se ha vuelto un pilar clave de la estrategia y Argelia también ha ganado peso. Sin embargo hay un pequeño país que se está volviendo cada vez más importante para el suministro europeo y que ve esta región como su última gran oportunidad: Azerbaiyán.

La joven república ex soviética, que alcanzó su independencia en 1990, apenas cuenta con 10 millones de habitantes. En pleno Cáucaso, su economía ha destacado por su potencia energética, con una gran presencia de la industria petrolera y gasista, siendo cerca del 40% de todo su PIB. El país ha podido crecer gracias a este recurso a pesar de la inestabilidad constante desde la era soviética con Armenia. Desde entonces se han sucedido los conflictos armados con su vecino y los separatistas del Alto Karabaj. A pesar de todo Azerbaiyán representa el 2% de las importaciones de gas a Europa, es decir, una cifra comparable con grandes suministradores como Catar y más que Libia.

Aunque Azerbaiyán depende en gran medida de su petróleo, su escaso tamaño hace que no tenga un papel importante en el mercado energético mundial. En sus entrañas apenas hay 7.000 millones de barriles, según la Agencia Internacional de la Energía, es decir, el 0,4% de las reservas mundiales. En gas sus reservas son incluso menores: es el país número 25 del mundo con el 0,5% de la cuota global. Por delante estarían países como Libia, Nigeria, Mozambique, Turkmenistán o Nigeria. Algunos, como el país bereber en una ubicación más estratégica para Europa.

Sin embargo, Azerbaiyán tiene una ventaja clave. Está totalmente conectado a los gasoductos rusos que pasan por Ucrania y Turquía, las rutas clave que siguen abasteciendo a Europa… pero no son Rusia. En ese sentido, el país ha podido servirse de esta enorme infraestructura para exportar más a Europa por un 'camino' totalmente debilitado por las sanciones y tensiones geopolíticas. Además los países del este como Austria, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria o Grecia en menor medida son los más altamente dependientes del petróleo ruso. Es por este motivo que estos países, que son precisamente los que más dependen de los gasoductos en los que está interconectado Bakú, está apostando cada vez más por el crudo de este país. Es gracias a este incremento de las compras que Azerbaiyán se ha convertido en el cuarto suministrador por gasoducto de toda la UE, solo por detrás de Argelia, Noruega y Rusia.

Este es el motivo por el que tan pronto como en 2022 la UE y esta nación firmaron un acuerdo apresurado para duplicar las compras de gas azerí. Desde el Caspian Policy Center explican que la idea de Bakú es, utilizando este pacto que les permite elevar sus envíos fácilmente, lograr sumar cada año cerca de 20.000 millones de metros cúbicos. En ese sentido firmas europeas se han lanzado a explotar los campos de la república ex soviética. BP inició un proyecto en Shad Deniz valorado en 28.000 millones de dólares.

Las propias autoridades europeas se han reunido en múltiples ocasiones con representantes del país en virtud de estos acuerdos. "Por lo tanto, la Unión Europea ha decidido diversificarse alejándose de Rusia y recurriendo a socios más fiables y dignos de confianza. Y me alegra contar con Azerbaiyán entre ellos", dijo Von der Leyen en un discurso ante Aliyev durante su visita a Bakú. "De hecho, es un socio energético crucial para nosotros y siempre ha sido confiable".

Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, firmando el pacto del gas con Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán (Comisión Europea)

Azerbaiyán ha asegurado tanto en sus acuerdos como en las últimas declaraciones de su presidente, que duplicará los volúmenes actuales que se envíen a Europa para 2027. El presidente del país Ilham Aliyev, explicó en un discurso en Sofía que "Azerbaiyán ha pasado de exportar poco más de 8.000 millones de metros cúbicos a Europa a cerca de 12.000". En ese sentido afirmó que no solo llegarán a los prometidos 20.000 millones, sino que "duplicaremos las cifras actuales para el año 2027". Una tarea complicadísima pues para lograrlo necesitan tanto incrementar la producción como mejorar su infraestructura.

La expansión a través del viejo continente es la gran carta a la que se aferra este país para volver a crecer y no verse atado a un crudo que irá en retroceso con el paso de los años. Sin embargo, este camino será sinuoso y los expertos creen que la joven república tendrá serios problemas no solo para establecerse como un gran proveedor del consumo energético europeo y que su gran apuesta gasista tiene serios problemas.

Bakú se encomienda a Europa

Azerbaiyán logró una auténtica ola de crecimiento a comienzos de siglo, con alzas de más de doble dígito anual para cristalizar en un auténtico 'boom económico' en los tres años dorados de 2005 a 2007. En estos tres ejercicios el crudo y el petróleo les otorgó avances del PIB del 27%, 34,5% y 25% respectivamente. Unas subidas frenéticas que se han convertido en un crecimiento escaso desde 2013. Ya en el lustro posterior a esos 'años dorados' el crecimiento se había ralentizado al 5% , pero desde entonces solo promedia el 1,5%, un extraño limbo para una economía que lo apostó todo al oro negro. Desde la Agencia Internacional de la Energía, lamentaban que "su fuerte dependencia de las industrias extractivas ha dejado a Azerbaiyán expuesto a los efectos negativos de la volatilidad de los precios del petróleo".

El país ahora, tras años de pandemia, se encontraba en una encrucijada. Cómo hacer que su economía vuelva a brillar. Desde Asian Development Bank señalaban que "tras años de limitación de competencia, escasez de mano de obra cualificada y una fuerte presencia de empresas estatales, el crecimiento de las firmas privadas fuera del sector petrolero ha estado muy limitado y los hidrocarburos han financiado el resto de la economía". Desde Economist Intelligence señalan que ese "consumo interno y capacidad de infraestructura limitados" puede hacer que la promesa de duplicar el gas que enviarán a Europa quede frustrada por completo, eliminando su gran oportunidad.

Sin embargo, su apuesta por el gas supone la tabla de salvación del país del Cáucaso. La idea del país es con unas exportaciones casi duplicadas, pues Europa es su principal cliente y el gas su producto estrella, utilizar el nuevo impulso para revitalizar su economía. Para entender la importancia del viejo continente, solo Italia supone el 45% de todas sus exportaciones y la UE el 70% del total. Es por ello que la idea del país pasa por ampliar los acuerdos con Roma, Grecia, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Serbia. Además de extender su portfolio de clientes con nuevas adiciones. Según S&P Global Albania ya estaría negociando con Bakú para, a partir de 2026, que este se convierta en su principal proveedor. Actualmente ya estarían trabajando en los planes de infraestructura necesarios para hacerlo posible.

"Olvidar a Gazprom pero traer gas de Azerbaiyán (a través de Soyouz) podría tener futuro"

Además, Azerbaiyán pretende aprovecharse del gran gasoducto ruso de Soyouz, que une Rusia con Europa pasando por Ucrania y cuyo contrato vence el 31 de diciembre de 2024. Desde Bloomberg señalan que Europa está tratando de convencer a Kiev para extender el pacto. En declaraciones a Bloomberg, Oleksiy Chernyshov, director ejecutivo de la empresa estatal ucraniana Naftogaz, explicaba que el país azerí sería clave en este proceso pues descartó cualquier plan que implicase trabajar con Gazprom pero traer gas de Azerbaiyan (a través de estos gasoductos) "podría tener futuro". Algo que supondría otro impulso clave para la república ex soviética, que ahora tendría la enorme infraestructura rusa como una auténtica autopista del gas, pero con una menor competencia del producto ruso.

Problemas en el horizonte

Sin embargo los expertos creen que incluso con ese impulso el sueño azerí de volver a vivir un boom energético tras años de letargo es realmente imposible. El motivo es doble, por un lado, que ya está operando a máxima capacidad con su infraestructura de gasoductos. Sin embargo, cuenta con muy poca capacidad adicional para producir gas. Esto significa que para lograr algo tan ambicioso como duplicar los envíos a Europa necesitaría enormes inversiones en estos dos frentes que solo podrían estar refrendadas por acuerdos a largo plazo.

Desde Economist Intelligence señalaban en un reciente informe que por un lado, el consumo interno de gas está creciendo a un ritmo del 3,5% y que, por lo tanto, probablemente necesiten cerca de 15.000 millones en 2026 para su propia economía. Algo que limitará las exportaciones. El país ha querido resolver este problema con una fuerte inversión en renovables para que estas cubran su consumo propio y puedan cumplir con Europa. De hecho, este mismo mes de mayo se desplegaron los primeros proyectos verdes en la historia del país con la puesta en marcha de 570.000 paneles solares en las afueras de Bakú.

Bakú, capital de Azerbaiyán (Dreamstime)
Bakú, capital de Azerbaiyán (Dreamstime)

Por otra parte, el país también apuesta por comprar gas ruso y turcomano para abastecerse y enviar el suyo al viejo continente. Sin embargo desde Economist Intelligence creen que esta situación, con ya un acuerdo firmado con Gazprom para suministrar 1.000 millones de metros cúbicos de Rusia y 1.500 millones de Turkmenistán, puede levantar suspicacias en Bruselas. "Es poco probable que esto sea una opción viable a medio plazo pues es algo que viola los acuerdos de la UE, que quieren evitar que su suministro dependa de lazos subsidiarios con Rusia".

Aunque el gran problema es la infraestructura. Actualmente el gasoducto que lleva energía desde el Cáucaso a través de Italia solo puede transportar 10.000 millones de metros cúbicos pero "se necesitaría una enorme ampliación del gasoducto para 2027". Algo que se antoja complicado. Además, aunque se esperaban que sus dos grandes campos bombeasen 26.000 metros cúbicos conjuntamente para 2026, la realidad es que "las reservas están resultando inferiores de lo esperado y necesitan una inversión muy sustancial para aumentar la producción de gas lo suficiente para lograr sus objetivos".

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