Barcelona
En un mundo donde la innovación no se detiene y las industrias se reinventan constantemente, asignar entre un 10% y un 15% de la cartera a empresas emergentes con un potencial disruptivo y escalable sigue siendo una estrategia clave para quienes buscan rendimientos excepcionales a largo plazo. Estas compañías, aún en fases tempranas de reconocimiento, están marcando el camino hacia lo que podrían convertirse en gigantes del futuro. Como ya señalé en la primera entrega de esta serie, estas inversiones conllevan riesgos significativos, pero las oportunidades de retorno pueden ser comparables a haber invertido en compañías como Apple o Amazon en sus primeros días.
En esta ocasión, quiero profundizar en uno de los sectores con mayor potencial disruptivo en la actualidad: el almacenamiento de energía. Esta tecnología no solo promete superar los desafíos actuales de las energías renovables, sino también redefinir la forma en que generamos, distribuimos y consumimos energía.
Durante décadas, el almacenamiento de energía masivo no fue una necesidad real, ya que las fuentes tradicionales, como el carbón o el petróleo, cumplían esta función en forma de combustible. Sin embargo, la transición hacia energías limpias ha transformado el panorama, convirtiendo el almacenamiento avanzado en una pieza clave para estabilizar redes eléctricas que dependen de fuentes intermitentes como la solar y la eólica.
Además, la adopción masiva de vehículos eléctricos está acelerando el desarrollo de soluciones de almacenamiento más eficientes. Aunque las baterías de iones de litio dominan el mercado, enfrentan retos como la seguridad, la degradación con el tiempo y una vida útil limitada. Por ello, la industria está explorando tecnologías disruptivas como las baterías de estado sólido, las baterías de flujo y el hidrógeno verde.
En esta entrega, me centraré en las baterías de flujo, una tecnología diseñada para aplicaciones a gran escala que destaca por su durabilidad y flexibilidad. Estas baterías, que almacenan energía en tanques de electrolitos de larga vida útil, están posicionadas como una solución clave para estabilizar redes eléctricas y optimizar la gestión de recursos energéticos renovables. A continuación, analizaré las principales compañías que lideran este segmento y los avances que están realizando para transformar el sector energético.
Baterías de flujo: el almacenamiento energético para una nueva era
Las baterías de flujo, como las redox de vanadio y las de flujo de hierro, representan una de las soluciones más prometedoras para el almacenamiento de energía a gran escala. Estas tecnologías destacan por su capacidad para almacenar grandes cantidades de energía durante períodos prolongados, desde varias horas hasta varios días, gracias a su diseño basado en tanques de electrolitos. A diferencia de las baterías de iones de litio, su capacidad puede ampliarse fácilmente simplemente aumentando el tamaño de estos tanques, lo que las convierte en una opción ideal para aplicaciones a nivel de red eléctrica.
Otra ventaja clave de las baterías de flujo es su excepcional durabilidad: pueden superar los 20 años de vida útil con una degradación mínima, algo que contrasta significativamente con las baterías de iones de litio, cuyo ciclo de vida típico en aplicaciones estacionarias es de 7 a 10 años. Sin embargo, no están exentas de desafíos. Su menor densidad energética las hace menos adecuadas para aplicaciones donde el espacio es limitado, y sus costos iniciales, más elevados debido a su menor madurez comercial, siguen siendo un obstáculo para su adopción masiva.
A pesar de estos retos, varias empresas están liderando el desarrollo de esta tecnología, posicionándola como una herramienta fundamental para estabilizar redes eléctricas y gestionar la intermitencia de las energías renovables. A continuación, analizo a tres de los principales actores en este mercado emergente:
ESS
ESS Inc. se especializa en baterías de flujo de hierro, diseñadas para proporcionar almacenamiento de energía de larga duración en aplicaciones de servicios públicos, instalaciones comerciales e industriales, y microrredes. La compañía utiliza un electrolito basado en hierro, un material abundante, sostenible y económico, que reduce significativamente los costos y minimiza los riesgos asociados a la cadena de suministro.
Las baterías de ESS están diseñadas para superar los 25 años de vida útil, con ciclismo ilimitado y una degradación mínima de la capacidad, características que las colocan muy por encima de las alternativas de iones de litio en aplicaciones estacionarias. Esta tecnología promete convertirse en un pilar para la transición energética, especialmente en mercados donde la sostenibilidad y la longevidad son prioritarias.
Técnicamente, a lo largo de los últimos años el título desarrolla una clara tendencia bajista que lo ha llevado hasta el momento de los 320 dólares, alcanzados el año 2021, a los actuales 5,70 dólares. Me llama la atención la posibilidad de que la curva de precios esté formando una pauta de giro alcista en forma de cabeza y hombros invertido. Esta pauta, que podría estar advirtiéndonos de un suelo dentro de esa tendencia bajista, se vería confirmada si se superan resistencias en los 7-7,10 dólares. Buscando esa posibilidad se podría poner un pie en la zona actual y podríamos ir aumentando si supera esa resistencia, utilizando la técnica del acordeón, que consiste en ir aumentando a medida que el precio sube y hace lo esperado y reduciendo en cuanto pierde soportes y muestra cierta debilidad.
Invinity Energy Systems
Desde su sede en el Reino Unido, Invinity Energy Systems se ha consolidado como líder mundial en baterías de flujo de vanadio. Su tecnología, basada en electrolitos de vanadio, permite realizar ciclos diarios ilimitados sin pérdida de rendimiento, alcanzando una vida útil de 25 años.
Uno de los proyectos más destacados de Invinity es el Energy Superhub Oxford, que combina baterías de flujo de vanadio con tecnologías de iones de litio para crear uno de los sistemas de almacenamiento híbrido más grandes del mundo. Con proyectos en América del Norte, Australia y Asia, la empresa está desempeñando un papel clave en la integración de energías renovables y en el fortalecimiento de las redes eléctricas globales.
Desde el punto de vista técnico, el título también define durante los últimos años una clara tendencia bajista, pero a diferencia de lo que sucede con ESS, en este caso parece que ya podría haber establecido un suelo en las 8,50 libras. El problema que veo a corto es que para que haya nuevas evidencias técnicas que sugieran fortaleza e inviten a comprar, estando tan lejos de soporte, la presión compradora debería lograr batir las 20,50 libras. Mientras eso no suceda no soy partidario de comprar salvo que la cotización retroceda a soportes de 11,60 libras, que es un nivel que no debería de perder si el mercado sigue confiando en la tecnología de esta empresa. SI cae ese soporte de 11,60 es muy probable que veamos de nuevo las 8,50 libras.
Sumitomo Electric Industries
Pionera en el desarrollo de baterías de flujo redox de vanadio (VRFB) desde la década de 1980, la japonesa Sumitomo Electric Industries es un referente en el almacenamiento de energía a gran escala. Su experiencia abarca desde cables eléctricos y fibras ópticas hasta soluciones de almacenamiento energético.
Entre sus logros más destacados se encuentra el desarrollo de uno de los sistemas de baterías de flujo más grandes del mundo, con una capacidad de 60 MWh, instalado en la isla japonesa de Hokkaido. Este sistema desempeña un papel crucial en la estabilización de la red eléctrica y en la integración de energías renovables, demostrando el potencial de esta tecnología para transformar la gestión energética a gran escala.
Por técnico, he querido dejar para la última a esta compañía ya que a mi entender es la que mejor aspecto técnico tiene después de que el año pasado logró romper la resistencia histórica y horizontal que presentaba en los 2.045-2.300 yenes, que es el techo que había frenado en multitud de ocasiones desde el año 1987 las subidas en la compañía. Una vuelta a esa antigua resistencia, ahora soporte, sería la oportunidad para entrar en esa subida libre absoluta, que es la situación técnica más alcista que existe.
