Bolsa, mercados y cotizaciones

El canario en la mina europea canta de nuevo: Suiza sigue bajando los tipos de interés ante la amenaza deflacionaria

  • El Banco Nacional de Suiza ha fijado en el 0,5% la tasa oficial
  • El bajo crecimiento de los precios amenaza con la deflación
  • El BCE podría seguir los pasos de Suiza y bajar todavía más los intereses
Vista de Lucerna, Suiza / iStock

El Banco Nacional de Suiza (BNS) ha anunciado esta mañana que vuelve a recortar los tipos de interés del 1% al 0,5%. Esta bajada de 50 puntos básicos, esperada por el mercado, sirve de baliza para las previsibles bajadas que ejecutará el Banco Central Europeo a lo largo de 2025, cuando los analistas esperan que Fráncfort cierre sus tipos oficiales en el 2%, o incluso menos.

Mientras esa caída llega, el BNS se adelanta a la mayoría de los bancos centrales y sigue metiendo la tijera en los tipos de interés oficiales. Esta nueva bajada ahonda en una economía que parece cada vez más enfriada. "En el periodo transcurrido desde la última evaluación de la política monetaria, la inflación ha vuelto a ser inferior a la prevista. Pasó del 1,1% en agosto al 0,7% en noviembre", ha indicado la entidad en un comunicado. El BNS ha señalado que la baja evolución de los precios se ve condicionada fundamentalmente por los servicios nacionales.

Las nuevas previsiones del banco central suizo pronostican que la inflación de la Confederación Helvética coqueteará con el 0% en 2025. Viendo el riesgo de deflación, el mercado ya da por descontado que el BNS seguirá reduciendo intereses hasta cero. Tanto es así que la deuda alpina está en mínimos de rentabilidad. Esta bajada puede ser un antecedente de lo que el BCE realizará en las próximas reuniones. El gobernador del Banco Nacional de Suiza, Martin Schlegel, ha llegado a reconocer la posibilidad de establecer tipos negativos.

El canario europeo tiene frío

El crecimiento del PIB de Suiza podría servir de reflejo del resto de Europa: la nación del chocolate tuvo un incremento de su valor añadido del 0,4% en el tercer trimestre coincidente con el del conjunto de la Unión Europea, según datos de Eurostat. Ambos parámetros han tenido una evolución similar en el tiempo desde finales de 2021.

La mayor diferencia de los indicadores macroeconómicos lo ofrece, sin embargo, la inflación. Mientras que el índice de precios a nivel europeo arañaba variaciones interanuales del 11% en lo peor de la crisis inflacionista (a finales de 2022), el IPC suizo apenas llegaba al 3%, según Eurostat. Desde ese momento, ambos indicadores han descendido paulatinamente. Aunque la inflación de la eurozona se mantiene por encima del 2%, los precios suizos llevan dos meses por debajo del 1%.

El Banco Nacional de Suiza, como orgulloso miembro de un Estado neutral, tiene más margen de maniobra que las reuniones del Banco Central Europeo, donde se tiene que evaluar la evolución del conjunto de los veinte países del euro y analizar las realidades de cada uno.

Las decisiones del BNS pueden servir como antecedente de lo que está por venir en la política monetaria europea y, de momento, el canario en la mina parece que tiene frío. Con un crecimiento raquítico —en 2023, el PIB suizo se incrementó un 0,7% en precios constantes, según su oficina estadística— y una inflación que roza la neutralidad, los temores a un nuevo invierno económico en Suiza y Europa reaparecen como viejos fantasmas.

Todavía lejos de un nuevo "whatever it takes"

En 2014 se dio por finalizada la crisis policromática que azotó al Viejo Continente. La Gran Recesión tiñó a Europa de destrucción de empleo, desconfianza entre los Estados miembros, recortes presupuestarios, demolición del sector inmobiliario y una apatía en la actividad económica que duró años, con bajos niveles de inversión y crecimiento.

El escenario hoy no es el mismo que hace 12 años, cuando Mario Draghi, presidente por entonces del BCE, salvó al euro con tres palabras: "Whatever it takes" ("Lo que haga falta"). Ese discurso, además de calmar a los mercados, llevó al BCE a seguir la senda japonesa: bajar los tipos de interés al 0% e inundar de liquidez a todos los bancos comerciales de la eurozona. Todavía Europa no se ha recuperado de aquella apuesta a todo o nada.

La situación en Suiza, sin embargo, trae los temores de aquellos años, cuando el continente rozaba la deflación y la depresión económica, y Fráncfort lanzó una política expansiva. Aunque las cicatrices de entonces han sanado (buena prueba fue la respuesta durante la pandemia), nuevas heridas se han abierto en Europa: el estancamiento industrial de Alemania, la inestabilidad de Francia, una nueva presidencia estadounidense hostil y una guerra en el flanco oriental de la Unión Europea.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky