
Mientras el presidente de Francia, Emmanuel Macron, busca una coalición entre bloques liberales, el partido socialista le exige "el nombramiento de un primer ministro legítimo de izquierdas". Asimismo, reiteran que si quiere que los de centroizquierda apoyen una coalición, el nuevo Ejecutivo debe comprometerse a cambiar las pensiones y ayudar con los problemas del coste de vida de los franceses.
Estas exigencias salen de una carta al jefe del Estado que los socialistas publicaron en la red social X (antes Twitter) momentos antes de la reunión que los representantes del partido tendrían con Macron en el Palacio del Elíseo este lunes. El presidente del Partido Socialista, Olivier Fraude, amenazó directamente al presidente con abandonar el diálogo si nombraba a un primer ministro de derechas.
Nous avons la conviction que seuls le dialogue républicain et la confrontation des points de vue peuvent nous permettre de trouver une issue à cette situation de blocage préjudiciable aux Françaises et aux Français. C'est pourquoi nous nous rendrons demain à l'Élysée.
— Olivier Faure (@faureolivier) December 9, 2024
Nous… pic.twitter.com/aTjWcmGsoi
"Bajo ninguna circunstancia participaremos de un gobierno dirigido por un primer ministro de derechas. Tampoco apoyaremos el principio de un gobierno técnico", escribió.
Esta segunda opción que mencionan los socialistas es un escenario que se le plantea a Macron. La posibilidad de formar un gobierno totalmente tecnócrata de consenso que aguante hasta que pueda volver a disolver la Asamblea Nacional en julio, lo que abocaría al país vecino prácticamente a una parálisis institucional hasta verano.
En líneas generales, se comprometen a no bloquear los presupuestos y no llevar a que el Ejecutivo utilice el artículo 49,3 de la Constitución, que le da poder para aprobarlos por decreto a cambio de someterse a una moción de censura, si se tienen en cuenta los proyectos que propone el Nuevo Frente Popular -coalición de izquierdas con la que los socialistas se presentaron a las legislativas de julio- .
Estas exigencias, reiteran, son "las preocupaciones primarias del pueblo francés", entre las que estarían las pensiones, el poder adquisitivo, justicia fiscal "y la preservación de los servicios públicos: vivienda, sanidad, seguridad, apoyo a los agricultores transición ecológica, etc.", escriben.
El Nuevo Frente Popular cuenta con un total de 182 escaños de los 577 que conforman la Asamblea Nacional de Francia (Cámara Baja), resultado de las elecciones legislativas de julio. De ellos, 66 pertenecen al Partido Socialista y 72 a La Francia Insumisa (LFI), un partido político que se sitúa en la izquierda y la extrema izquierda cuya principal figura es Jean-Luc Mélenchon, uno de los principales rostros de la izquierda francesa.
Los socialistas saben que pueden ser la llave hacia un nuevo Gobierno en Francia que saque a París de la parálisis. Macron quiere acercarse a ellos para conformar una posible coalición, ya que pueden generar el apoyo suficiente para que el Ejecutivo no pueda ser derrocado, tal y como le pasó a Michel Barnier, que fue el primer ministro más efímero de la Quinta República al durar solo seis meses.
? ¿Qué ha pasado en Francia y por qué ha caído el gobierno de Michel Barnier?
— elEconomista.es (@elEconomistaes) December 5, 2024
?? Lo cuenta @Carlos_Asensio
? Todos los detalles en el siguiente enlace: https://t.co/vdqkEhBBL7 pic.twitter.com/aYtAQODFMQ
Faure escribió en la misiva que cualquier garantía de no expulsar al próximo gobierno, denominada acuerdo de "no censura", dependería de "un cambio genuino en la dirección política".
A pesar de este tono exigente, hay voces que dicen que la alianza de izquierdas que se formó para poner coto a la ultraderecha de Marine Le Pen -que tiene 126 escaños en la Asamblea- podría disolverse ante un posible gobierno de coalición con fuerzas más moderadas de centro. "Nos mantendremos fieles al mandato que nos han dado nuestros votantes", dicen los socialistas, pero no han cerrado la puerta a una coalición con el centro.
El dirigente La Francia Insumisa, Manuel Bompard, amenazó a los socialistas en una entrevista en la cadena pública France 2, de que no tuviesen tentaciones de entrar en una gran coalición 'a la alemana'. "Le insto a no ceder a la tentación de un gobierno de unidad nacional y de una gran coalición", dijo.
Está previsto que los socialistas acudan al Elíseo este lunes y, a pesar de que el presidente invitó a todas las fuerzas a reunirse. Ni LFI ni la fuerza de ultraderecha, Agrupación Nacional fueron invitados a estas reuniones.
El presidente de RN, Jordan Bardella, lamentó no haber sido invitado al Elíseo este lunes. "Es un reconocimiento a la falta de respecto y la falta de elegancia del Presidente de la República que, de nuevo, actúa como si 11 millones de electores no existiesen", aseguró en la cadena privada TF1. Por su parte, Marine Le Pen tomó ya el papel de líder de la oposición. En Le Monde contaban que, de hecho, se alegra: "Me alegro de no haber sido invitada", dijo. En el diario francés aseguran que desde su entorno reiteran que este acto de Macron "es la entrega de la medalla de la oposición".
El presidente de la República busca tiempo de donde sea y, por eso, en su intervención del pasado jueves ante la nación, aseguró que sacaría adelante "un proyecto de Ley Especial" en el Parlamento para salvar los muebles antes de final de año.
A diferencia de lo que pasa en España, en Francia no se pueden prorrogar los Presupuestos por defecto, por lo que la Constitución contempla la creación de este tipo de leyes especiales que les permiten usar las cuentas de 2024 para 2025.
"Esta ley temporal permitirá, tal y como prevé nuestra Constitución, la continuidad de los servicios públicos y de la vida del país", aseveró el inquilino del Elíseo. "Los servicios públicos están garantizados y las empresas podrán seguir trabajando", aseguró.
Desde Agrupación Nacional, partido de ultraderecha liderado por Marine Le Pen, aseguraron que sí que apoyarían una ley especial que permita al Estado seguir adelante.
Cambio de estrategia
A pesar de que el pasado jueves Macron dijo que encontraría un nuevo primer ministro "en los próximos días", estos se están haciendo más largos de lo que preveía. El inquilino del Elíseo está empleando un cambio de método para tantear a las fuerzas políticas.
El presidente planteó la idea de reunirse de manera "multilateral" con todas las fuerzas para hacer "un balance de lo que todos han dicho, colectivamente, antes del nombramiento del nuevo primer ministro", aseguró al periódico Les Echos la líder de los senadores comunistas Céline Cukierman. Casi todos los partidos accedieron a esta nueva metodología, a excepción de la ultraderecha RN y el partido más a la izquierda de LFI.
Parece que la fumata blanca de Matignon (residencia del Gobierno) va a tardar en salir y es posible que "los próximos días" de Macron se conviertan en un par de meses y que la persona que encabece el Gobierno y los nuevos presupuestos llegue después de Navidad.