La parálisis institucional es cada vez la opción más clara en Francia, sobre todo después de que el primer ministro, Michel Barnier, anunciase este lunes que intentaría aprobar el proyecto de Presupuestos de la Seguridad Social vía decreto, lo que le aboca a someterse a una moción de confianza. La ultraderecha de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) dijo que votará en contra, junto con los socialistas, en una futura moción de censura. Los partidos tienen 24 horas para presentar formalmente una moción de censura y un plazo de 48 horas para realizarla. Esto le da margen de tiempo al primer ministro para seguir negociando, pero todo apunta a una caída del Ejecutivo.
La presidenta del partido, Marine le Pen, ha anunciado que presentarán su propia moción de censura y que votarán a favor de "todas las que haya, sean una o varias, vengan de donde vengan", certificando que no se limitarán a presentarla de forma simbólica, sino que buscan tumbar al Gobierno y que están dispuestos a apoyar la de los grupos de izquierda si es necesario.
Según el artículo 12 de la Constitución gala, el presidente no puede disolver la Asamblea Nacional (Cámara Baja) hasta 12 meses después de las Elecciones Legislativas, que se celebraron el 30 de junio y el 7 de julio de este año. Esto llevaría al presidente de la República, Emmanuel Macron, a conformar un gobierno tecnócrata durante ese tiempo, con un primer ministro prácticamente sin funciones ejecutivas.
Ninguno de los bandos principales de la Asamblea posee mayoría absoluta, por lo que los partidos que conforman el arco parlamentario deben ponerse de acuerdo para formar Gobierno. Así, para evitar una inestabilidad gubernamental durante tantos meses, Macron echaría mano de un jefe de Gobierno más técnico y menos divisorio.
Según explicó la abogada de derecho público Fleur Jordan a la cadena pública Franceinfo, para evitar que se produzca esa inestabilidad gubernamental "Macron podría verse tentado a nombrar un jefe de gobierno menos divisivo, quien luego proporcionará ministros muy consensuados". En ese sentido, la experta reitera que "cuanto más ingobernable sea, más técnico será el Ejecutivo". En este sentido, la experta dice que ese "gobierno técnico" sería una coalición "con el acuerdo más amplio posible, pero no necesariamente entre aliados". Estos acordarían un nombre para primer ministro, pero "no necesariamente político", dice.
Así, este nuevo Consejo de Ministros no tendría ningún tipo de legitimidad política, sino que se serían evaluados por sus habilidades o funciones. Se trataría, en todo caso, de altos funcionarios, técnicos o especialistas en materias concretas". El abogado constitucionalista Benjamín Morel explicó en la cadena gala LCI que la idea de este nuevo gobierno tecnócrata "es que los partidos no participen en el Gobierno, porque no quieren ser responsables de la política realizada".
Este acto le permitiría a todos los partidos prepararse para unas nuevas elecciones el año próximo y aceptan hacer gobernable el país durante ese tiempo al no votar una moción de censura. A cambio, el gobierno prácticamente paralizaría las decisiones políticas durante un año, haciendo que no haya discusiones parlamentarias de gran calado. Morel asegura que esto a nivel político "es una pérdida tiempo mientras se esperan las elecciones legislativas".
Pero el Tribunal de Cuentas ya lanzó la voz de alarma ante lo que puede pasar si se produce una moción de censura a nivel cuentas públicas. En una entrevista en la mañana de este lunes en la cadena pública France 2, recogida por elEconomsita.es, el presidente de la entidad, Pierre Moscovici, lanzó la advertencia a la Asamblea Nacional: "Con una moción de censura entramos en una fase más incierta y la incertidumbre siempre es un poco preocupante en materia financiera", dijo.
En ese sentido, calificó la situación financiera del país de "peligrosa y preocupante", puesto que la deuda pública asciende al 110% del PIB del país (cerca de 3.200 millones), y creciendo. Asimismo, dijo que era de extrema urgencia empezar a reducir "nuestro déficit y controla nuestra deuda". Las previsiones es que este año cierre en el 6,1% del PIB, el doble del límite marcado por Bruselas y, según el FMI, se quedará estancado en el entorno del 6% al menos hasta 2029. Así, el magistrado calificó 2024 como "un año negro".
Las condiciones de la ultraderecha "degradan el déficit"
Las "líneas rojas" que pidió el grupo de ultraderecha en la Asamblea, Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), encabezando por Marine Le Pen, al Gobierno para no sacar adelante una moción de censura, tendrían un costo a las arcas públicas de 5.000 millones de euros, según los cálculos del Ministerio de Economía.
Entre estas medidas están la bonificación del reembolso de los medicamentos de la Seguridad Social, la indexación de las pensiones al IPC el primero de enero, en vez de en verano, o las ayudas médicas estatales de urgencia por la pandemia y la crisis inflacionaria.
El magistrado Moscovici aseveró que estas exigencias de RN "consisten en peticiones que degradan el déficit y luego quieren reprochar al gobierno que no lo van a cumplir". Así, el experto reiteró que para controlar el déficit "siempre es mejor ahorrar en el gasto porque podemos poner impuestos una vez, pero si lo hacemos dos veces, ¡sería un desastre!", exclamó. Así, reiteró que "es lógico" que en este proyecto de presupuestos el Gobierno hiciese un aumento extra de impuestos "lo hizo con una lógica que era la de la justicia fiscal".
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