Bolsa, mercados y cotizaciones

Primer mes en bolsa: Inmocemento pierde un 23% y Cox casi un 5%

Enrique Riquelme, presidente ejecutivo de Cox. Foto: David García

Este jueves se cumple el primer mes como cotizada de Inmocemento. La filial de FCC salió a bolsa el día 12 de noviembre y lo hacía con un precio de referencia de 4,25 euros. Quizás era premonitorio que ese día no lo celebrasen con el tradicional toque de campana, porque a los pocos minutos de salir a bolsa ya perdían cerca del 10% de su valor.

La evolución de las acciones de la compañía que engloba el spin off que hace FCC de su negocio inmobiliario (Metrovacesa, Realia y Jezzine Uno) y cementero (principalmente Cementos Portland Valderribas) no está siendo la esperada tras el listing y, desde entonces, se han dejado más de un 23%.

No ha servido de revulsivo tampoco la operación que anunciaron hace dos semanas, consistente en la venta de la cementera Giant por 190 millones de euros (137 millones en plusvalías) a Heidelberg Materials North America y que valora la empresa en cerca de 568 millones de euros, según se indicó a finales de noviembre a través de la CNMV.

En el caso del área de cemento, el 99% de Cementos Portland Valderrivas que forma parte de Inmocemento incluye las participaciones del 87,8% en la tunecina Société de Ciments d'Enfidha y del 45% en la estadounidense Giant Cement Holding, esta última objeto de venta.

Cox tendrá que esperar hasta el sábado para poder celebrar su primer mes apareciendo en las pantallas de la bolsa. En este caso, aunque el balance también es negativo, la sangría es mucho menor y sus títulos pierden algo menos de un 5%. La compañía de servicios de agua y energía tuvo un debut complicado. El proceso de colocación se atascó y se retrasó el toque de campana y antes de la salida a bolsa la empresa tuvo que reducir hasta en dos ocasiones el tamaño de su operación, captando finalmente 185 millones de los 200 millones previstos inicialmente.

Objetivo del 25% de liquidez

En una entrevista concedida a este medio a finales de noviembre, el presidente ejecutivo de Cox, Enrique Riquelme, confirmaba que el objetivo de liquidez era del 25%, "para captar el interés de fondos y grupos globales e institucionales". "Hoy estamos en una liquidez natural y todo el mundo está a la espera de la guía que demos al mercado que muestre por dónde vamos a partir de Navidad, mientras que en enero ya daremos los resultados del cierre de este primer año", agregaba.

El primer accionista ostenta un 65% del capital de la compañía, algo que detrae liquidez de la acción en bolsa. "No voy a vender pero si crecemos mucho y me tengo que diluir lo haré sin problema", confirmaba en la entrevista. "Tras hacer toda la travesía por el desierto ahora que empieza una nueva etapa no voy a vender", agregaba.

En ambos casos contrasta esta mala evolución en el primer mes con el debut de Puig, la otra compañía que ha dado el salto al mercado a lo largo de este año. En su caso, durante su primer mes como cotizada sus acciones se anotaron más de un 7%. No obstante, el resto del año no ha sido fácil y se deja más de un 20% desde el toque de campana. El último escollo lo tuvo la semana pasada tras tener que retirar algunos lotes de productos con problemas de calidad.

Lo que sí difiere entre Puig y estas dos, además del propio tamaño que ha llevado a la primera al Ibex y deja a estas dos últimas, de momento, en el Mercado Continuo, es el seguimiento que tiene por parte de los analistas. Mientras que la compañía dedicada al lujo cuenta con un seguimiento de hasta 16 casas de análisis (de las cuales 15 recomiendan comprar sus acciones), Inmocemento y Cox todavía no tienen cobertura alguna, lo que dificulta emitir valoraciones al no haber un análisis fundamental publicado aún.

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